domingo, 4 de diciembre de 2011

Y ahora quién podrá creerles

Una breve revisión de los archivos de prensa permite constatar lo felices que se sintieron las autoridades del Estado Plurinacional cuando la organización Transparencia Internacional (TI) reflejó algunos avances en la lucha contra la corrupción entre el 2006 y el 2010. Por ejemplo, en el 2006, la agencia de noticias oficialista, ABI, calificó como “grato” el informe de TI, que colocaba a Bolivia en el puesto 105 del índice mundial de corrupción, es decir, 12 puestos de ventaja en relación al año anterior. En el 2008, la misma agencia puso en grandes titulares el estudio anual del organismo y el Viceministerio de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción, afirmó en un comunicado que “esta información internacional permite reiterar públicamente el compromiso de trabajo en la prevención y búsqueda de sanción de los actos de corrupción, bajo el mandato presidencial de cero tolerancia a la corrupción e impunidad. Ahora resulta que Transparencia Internacional, su informe y su ránking no valen un carajo para la ministra Nardy Suxo. Con un poco más de seriedad no solo ganaríamos en credibilidad sino también en armar una verdadera lucha contra la corrupción.

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