El “paralelismo” es un concepto clave en la historia del MAS y su acceso al poder en Bolivia. Este movimiento creció y se multiplicó en las cumbres paralelas que se propagaron en todo el mundo debido a las fuerzas antiglobalizadoras que terminaron globalizándose como todo lo que sucede ahora gracias al auge de las tecnologías de comunicación. Cuando el MAS tomó el Palacio Quemado se dedicó a fomentar el paralelismo en todo, en las organizaciones sindicales, en las instituciones de profesionales, en los movimientos campesinos, en los comités cívicos y hasta en las juntas vecinales. Qué paradoja. Hoy, todas esas instituciones no le sirven para organizar una cumbre social creíble y lo que ha logrado juntar, le daña aún más la imagen que pretendía lograr con esta macroreunión. Los operadores políticos del Gobierno están muy molestos con la negativa de la COB de asistir a la reunión y todo indica que la cumbre paralela que han anunciado partidos políticos, dirigentes obreros e indígenas, tendrá mucho más realce que la oficial. Las cosas que tiene la política boliviana, los ciclos que se repiten y que lamentablemente no conducen a nada.
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