jueves, 8 de diciembre de 2011

Lo que no dice la CEPAL

Evo Morales ha quedado “chocho” por los piropos que lanzó la
secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, a unos logros
económicos que consiguieron los neoliberales en Bolivia hace casi
treinta años, pero que lamentablemente nadie ha podido superar.

Desde 1985 el país atraviesa por el más largo periodo de estabilidad
macroeconómica, sin inflación, sin mayores sobresaltos, pero no hay
crecimiento, no aumenta la producción, el empleo sigue en las mismas y
la lucha contra la pobreza apenas muestra unos aleteos que han sido
ponderados con mucha bondad por la funcionaria del organismo, pese a
que otras organizaciones de gran renombre como la FAO (nada menos)
afirma que en Bolivia hay más de dos millones de personas que sufren
de hambre.


Los neoliberales consiguieron poner orden cuando el modelo
minero-estatista se había agotado y había mandado a la bancarrota al
Estado. No se pudo avanzar, porque desafortunadamente, los precios de
las materias primas que exporta Bolivia eran muy bajos y apenas
alcanzaban para mal administrar la puja distributiva en un país que no
ha podido superar la tragedia del rentismo asociada a la excesiva
dependencia de la producción primaria.


Los neoliberales nunca tuvieron el estaño a precios récords, nunca
hubo petróleo a 100 dólares el barril y tampoco los jugosos recursos
del gas cuyos precios también han trepado  niveles nunca vistos. ¿Oro
a 1.500 dólares la onza troy? Ni en sueños, tampoco soya en los
valores que se pagan hoy. En definitiva, ninguno de los gobernantes
que tomaron las riendas del país pensaron alguna vez atravesar por la
bonanza económica que le ha tocado vivir al presidente Morales, quien
se jacta de ser el artífice de unas reservas internacionales que han
sobrepasado los 11 mil millones de dólares.

Pero digamos que ha sido el Gobierno de Evo Morales el gestor de esta
bonanza, no vale la pena discutir. Pero en ese caso, sería la misma
Bárcena la encargada de contradecir el modelo económico masista, pues
precisamente la ha reclamado que se dedique a producir, a crear empleo
y que no despilfarre tanto el dinero que ingresa al país gracias a los
precios internacionales.


Nadie va a discutir el acierto que ha tenido la creación de los bonos,
cuya incidencia ha sido determinante para bajar algunos puntos en la
extrema pobreza pero ¿qué más? La inversión pública ha subido, pero no
en la misma proporción de los ingresos. En el periodo que lleva Evo
Morales en el Palacio Quemado, el dinero que ha ingresado a las arcas
estatales es cinco veces mayor al de las anteriores administraciones y
la inversión apenas ha subido del 4,73 al 11,83, mientras que el gasto
corriente se ha multiplicado casi por tres. En los últimos seis años,
el gobierno ha gastado 558 mil millones de bolivianos, cifra que
supera a la que gastaron los gobiernos predecesores en 15  años, es
decir 358 mil millones de bolivianos.

¿En qué gasta el Gobierno? Sólo hay que echarle una ojeada al
Presupuesto Genereal de la Nación para constatar que más de la mitad
de la plata se va en los ministerios de Defensa y de Gobierno,
mientras las carteras de Salud y Educación juntas, no llegan al diez
por ciento, lo que echa por tierra la idea de que este es un régimen
que apunta a superar los problemas sociales históricos.

Es por eso que Bárcena le dice a Evo Morales que gaste menos y
produzca más. Porque Bolivia ha duplicado sus importaciones y cada vez
produce menos alimentos, menos hidrocarburos y también menos
minerales, lo que explica por qué las cifras indiquen que el empleo en
el país se ha vuelto más precario que en el pasado, porque la
informalidad, el contrabando y el narcotráfico son las únicas
actividades en auge.

No hay comentarios:

Publicar un comentario