martes, 10 de julio de 2012

Colonialista y liberal

Bolivia no ha inventado nada en materia de los derechos de los indígenas. El paquete vino sellado con la denominada “Cuarta Generación de Derechos Humanos”, carro al que se subió el Gobierno del MAS con el objetivo de lucir “chic” ante la comunidad internacional. Dentro de ese embalaje llegó la Convención 169 de la OIT que obliga a los gobiernos a involucrar a los pueblos originarios en los proyectos de desarrollo y a consultarles cuando los planes afecten sus derechos, entre ellos, a disponer sobre su propio territorio. Como sabemos, el Gobierno “descolonizador” ignoró olímpicamente esta disposición cuando inició la construcción de la carretera por el medio del Tipnis. Cuando se dieron cuenta de que se habían chocado contra un gran muro, intentaron remediarlo con una consulta posterior, llena de recovecos colonialistas, como el intento de soborno con “espejitos de colores”, el acarreo de falsos dirigentes y también abundante alcohol y jolgorio, como hacían los viejos caciques de pueblo. La Convención 169 estable que la consulta se debe realizar de acuerdo a los usos y costumbres de los indígenas, a lo que el Gobierno ha respondido que ya no hay para qué seguir discutiendo porque se han asegurado la aprobación de los dos tercios de los dirigentes del Tipnis. Eso no sólo es colonial, es liberal hasta los tuétanos.

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