miércoles, 25 de julio de 2012
Hágase el problema
Cuesta mucho que un funcionario público ofrezca una solución. La verdad
es que están más hechos para los problemas, de lo contrario ¿de qué
vivirían? El asunto es que, con mucho esfuerzo, el alcalde de La Paz,
Luis Revilla había dado con la punta del ovillo para conseguir un
interesante paliativo al caos en el tránsito en la sede de Gobierno.
Pese a la resistencia de los choferes, que reaccionaron con actos
vandálicos, puso en marcha una norma que prevé el cambio gradual de los
minibuses por buses de gran porte, que además de ahorrar espacio y
energía, preservan el medio ambiente y reducen los embotellamientos.
Como para “darle en el ojo”, el Gobierno sacó de la manga el proyecto
del teleférico, cuyo costo podría cubrir soluciones de mayor alcance,
pero vaya y pase. Pero hay más todavía. El régimen no tuvo mejor idea
que volver al problema, es decir convencer a los micreros de La Paz de
comprar más minibuses y para ello, les ha prometido un crédito de 100
millones de dólares que servirán para adquirir dos mil unidades de
industria china. Y como para darle la razón al columnista que afirmó que
“donde haya una solución, métanle un problema”, surge lo de Puerto
Aguirre. Los exportadores de soya estaban aliviados con la suspensión de
las prohibiciones, hasta que surge una minucia administrativa en la
Aduana que lo paraliza todo.
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