domingo, 15 de julio de 2012

Comparar es muy fácil

La regla dice que para quedar bien, hay que compararse con los peores. En temas de corrupción, el vicepresidente García Linera decidió compararse con El Vaticano, pues dijo que hasta en la Santa Sede hay corruptos. Lo dijo para zafarse de las incómodas preguntas que le hacían los periodistas sobre el nuevo escándalo en YPFB, que pinta aún más tenebroso que el caso Santos Ramírez, por lo que el Gobierno decidió trasladarlo a La Paz, donde tiene más oportunidades para ponerle paños fríos y evitar que salpique muy alto. El vicepresidente se ha equivocado al compararse con El Vaticano, un Estado que no figura en los últimos lugares del índice de corrupción mundial, como sucede con Bolivia. La Iglesia Católica es considerada una de las más eficientes en la administración de fondos públicos en el mundo. Según estadísticas del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, la Iglesia dirige en el mundo 6.038 hospitales, 17.189 ambulatorios, 799 leproserías, 13.238 centros para ancianos, enfermos crónicos y discapacitados, 8.711 orfanatos, 10.368 centros para niños, 10.565 consultores matrimoniales, 18.789 centros especializados para la educación y la reeducación social, 25.257 centros de pastoral de la salud. En total, las instituciones católicas dedicadas a la salud son 110.954 y nunca se ha conocido de un caso parecido al de YPFB.

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