jueves, 12 de abril de 2012

Buenos alumnos

Es paradójico que las principales víctimas de la persecución política en Bolivia se hayan convertido en los alumnos más aplicados de esta asignatura, tan de moda en los últimos tiempos. Estamos hablando de Santa Cruz, la ciudad que más presos políticos y dirigentes enjuiciados tiene, por ejercer su derecho al pluralismo y el disenso, valores fundamentales de la democracia. La judicialización de la política, fenómeno que ahora también parece extenderse hacia el sindicalismo y otros ámbitos de la vida del país, ha comenzado a generar una suerte de canibalismo en el medio local, más concretamente en el campo municipal. El martes pasado, dos concejales fueron detenidos por un tema que debió ser resuelto en el ámbito del diálogo y de las negociaciones entre las partes. Las acciones antidemocráticas están generando actitudes que delatan temor, cuando la verdadera respuesta debería seguir peleando por los valores como la libertad, la justicia y la autonomía, una palabra que ha desaparecido del léxico político cruceño. Con lo que ocurre no hacen más que alimentar la voracidad de la “nueva justicia” boliviana, la mejor aliada de la persecución.

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