Miss "Cambio"

Muchos se habrán quedado con las ganas de presenciar el concurso Miss Plurinacional que anunció el Ministerio de Culturas y que rápidamente retiró de la palestra ante el surgimiento de numerosos comentarios llenos de sarcasmo. Muchos cruceños, sobre todo, habrán creído que había llegado la hora de darle un giro a estos certámenes de belleza, que tradicionalmente han tenido como centro a Santa Cruz donde se ha producido una verdadera explosión que cansa y empalaga. Y no es que la belleza genere hastío, menos si viene de las damas, sino que normalmente estos eventos vienen asociados a un derroche de frivolidad y vacuidad, responsables de la fijación de ciertos estereotipos que terminan perjudicándonos a todos, especialmente a las jovencitas, cuyo valor seguramente va más allá de una cirugía, de un bronceado o de la dichosa banda cruzada o la corona en la cabeza. La “belleza” de la mujer es un negocio y el que lo haga está en todo su derecho de aprovecharlo. Pero lo que molesta es esta suerte de conspiración generalizada para que los concursos sean una cuestión de estado.