lunes, 9 de abril de 2012

La reacción que hacía falta

Si no hubiera sido por la renuncia del ex secretario de Gestión de la Alcaldía, Ronald Méndez, y la posterior avalancha mediática que se generó, sobre todo en las redes sociales, los loteadores del cordón ecológico de Santa Cruz seguirían hoy criando sus chivos, construyendo sus piscinas y tumbando árboles a gusto en las riberas del río Piraí, en las narices de todos. Afortunadamente se produjo la reacción que correspondía en el Municipio, enviaron policías y gendarmes a desalojar y, si bien no ha pasado el peligro, hoy se puede afirmar que se ha generado conciencia en la población sobre esta grave amenaza y más que nada, sobre el triste papel de algunas autoridades, que a veces actúan como cómplices y en otras ocasiones parecen ignorar los verdaderos problemas de la ciudad (ambos son lo mismo). Todos se preguntan cómo es posible que alguien se meta en el jardín de la casa, pasen meses y nadie dé la señal de alerta. Habrá que diseñar los instrumentos jurídicos e institucionales correctos para que esto no se vuelva a producir. Lotear el cordón ecológico es provocar a la naturaleza para que pase una factura mucho más grande que la que tuvieron que afrontar los cruceños en marzo de 1983.

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