Eficiencia estatal

El Estado ha sido muy eficiente a la hora de destruir a la empresa AeroSur. Todo el aparato político, mediático, legal e institucional del Estado Plurinacional le saltó a la yugular a la compañía y en menos de tres años la puso al borde de la quiebra, extremo que parece ser un hecho consumado. Es posible que la situación de AeroSur no haya sido del todo saludable, pero seguramente ninguna empresa del país, privada o pública, haya podido soportar semejante acoso estatal, de la misma forma que ningún ser viviente es declarado “sano” cuando se lo observa “al milímetro” con todos esos aparatos sofisticados. Mientras el Gobierno cavaba el pozo y comenzaba a echarle tierra a AeroSur, con el mismo ahínco apuntalaba la consolidación de un nuevo monopolio en el transporte aéreo y al cabo de tres años también, la cúpula gubernamental ha festejado con bombos y platillos el supuesto éxito conseguido ¿en ambos objetivos? Nadie duda de la “victoria” lograda por el Gobierno en el tema de AeroSur, que dejará en la calle a más de mil personas, pero festejar un logro cuando la empresa homenajeada arroja pérdidas económicas que las paga la ciudadanía, parece ser un contrasentido. En todo caso, este hecho expresa muy bien los verdaderos propósitos de nuestros gobernantes.