viernes, 20 de abril de 2012

Potencias educativas

Hay muchos que creen que la hegemonía mundial de Estados Unidos se está por terminar y que pronto será reemplazada por el liderazgo de China, Europa o tal vez la India o el conjunto de los países que integran el grupo de las economías emergentes, entre los que se encuentra Brasil.

Recientemente, el pensador colombiano Bernardo Toro, de visita en Santa Cruz, puso en duda el peligro de la hegemonía norteamericana, por el simple hecho de que los estadounidenses llevan décadas y en algunos casos, siglos de ventaja en materia educativa al resto de los países del mundo. Y ese es precisamente el factor que lo ha convertido en la potencia imbatible en el último siglo, seguramente capaz de vencer la crisis económica actual en mejores condiciones que los europeos.

En Europa, según Toro, han llegado a la conclusión de que las universidades norteamericanas son las mejores del mundo y que casas de estudio como las de Lovaina, Salamanca, Sorbona y otras, tienen un retraso de hasta 50 años en relación a Harvard, Yale, Columbia o el MIT, cuyas aulas han alimentado la carrera espacial y han sido responsables de los adelantos científicos más importantes de la era moderna. Y precisamente porque están en crisis, los europeos han decidido aplicar un presupuesto multimillonario para mejorar sus universidades y acercarlas aun cuando sea un poco a las estadounidenses. El problema es que Washington ya se dio cuenta de las consecuencias de haber descuidado la educación y ha decidido apostar aún más fuerte. La ventaja es que el sector privado está más consciente que nunca de la importancia de la educación como factor de desarrollo económico y social y está capitaneando este nuevo esfuerzo.

De acuerdo al análisis de Toro, América Latina podrá tener todo el potencial que quiera, los recursos naturales y una serie de ventajas comparativas, pero mientras no priorice la educación jamás podrá proyectar un desarrollo a gran escala. Los brasileños parecen haberlo descubierto y por eso es que están invirtiendo cantidades enormes en el campo educativo. Recientemente el Gobierno brasileño aprobó un programa de becas de casi dos mil millones de dólares para enviar a 75 mil investigadores al exterior, sobre todo a universidades norteamericanas. Algunos creen que no es suficiente y están promoviendo 26 mil becas adicionales. Brasil ha llegado a la conclusión de que mantener un nivel de crecimiento económico como el actual no es posible si no hay gente capacitada para enfrentarlo.

Salvo contadas excepciones como Chile, Costa Rica, Uruguay y en parte, Argentina, para el resto del continente será difícil vencer las brechas. El sistema educativo latinoamericano tiene más de 200 años de atraso con relación a Estados Unidos y Europa. En algunos países todavía se sigue discutiendo si la educación es importante para el desarrollo del país y se cambia el modelo educativo casi con la misma frecuencia que los gobiernos. Bolivia es precisamente el mejor ejemplo de ese desfasaje, del que habla mucho mejor todavía la irrisoria asignación presupuestaria,  que coloca a la educación entre las últimas prioridades.

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