La marcha de los enfermos

Cuando parecía que todo ya estaba dicho en materia de protestas en Bolivia, el país donde se inventó el “paro movilizado”, “la radicalización de las medidas” y la “tensa calma”, nos venimos a enterar de una medida inédita y surrealista que surge a raíz del paro indefinido de los médicos. Alrededor de 200 enfermos renales que reciben tratamiento de diálisis en diferentes hospitales públicos de La Paz marcharon frente a las puertas del Ministerio de Salud, supuestamente por falta de atención. Pese a las quejas, se pudo constatar que ninguno de los centros de hemodiálisis de la sede de Gobierno había cerrado sus puertas y la atención era normal. Claro que cuando se habla de “normal” se debe entender que para la atención de 22 máquinas de diálisis hay solo cinco especialistas y frecuentemente faltan los insumos y también es insuficiente el personal administrativo. Quedó claro entonces que la politización de las protestas ha llegado incluso a las camas de hospital aunque en el fondo, los enfermos renales terminaron desnudando una realidad que supuestamente debían ocultar con sus protestas contra los médicos.