martes, 10 de abril de 2012

La revolución banalizada

Imágenes de la última elección de Miss Ciudad de El Alto. Alguna
vez se dijo que los alteños soñaban con la revolución. Otros creen
que los alteños sueñan lo mismo que cualquier mortal. Los
revolucionarios plurinacionales parecen ir en la misma dirección.

Siempre se dijo que esta era una “Revolución cultural” y si bien se enarbolaron signos que invocaban el retorno al pasado, a lo telúrico, a lo originario, las directrices parecen cambiar en la medida que el Gobierno se enfrenta con una realidad que quiere desconocer (los indígenas) y suplantarla por los verdaderos intereses que lo llevaron al poder (la coca, el producto más capitalista que existe en Bolivia).
El vicepresidente García Linera dijo que, cumplidas todas las etapas de la conquista del poder, aún quedaba por apropiarse de la cultura. Y pese a que todavía le siguen dando duro a algunos valores occidentales como la religión católica, la libertad de expresión, la democracia y las leyes liberales, por otro lado banalizan la revolución con algunos gestos que algunos intelectuales del cambio (ahora disidentes) consideran decadentes.
Hace unos días, el Ministerio de Culturas del Estado Plurinacional, cuyo principal objetivo es la descolonización del país, organizó un Día del Mar totalmente distinto.
Era una mezcla de kermesse de pueblo con feria ganadera y festival de reguetón. La última ocurrencia de este ministerio es la organización del concurso de belleza “Miss Plurinacional”. ¿Qué viene después? ¿Miss colita plurinacional? ¿Concurso de ponchos mojados?

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