jueves, 10 de mayo de 2012

Abran paso

En la avenida Banzer -cada vez más intransitable-, cuando aparece una ambulancia, es curioso ver cómo algunos taxistas y micreros se pegan detrás del vehículo para aprovechar el espacio y avanzar más rápido. El oportunismo es una conducta muy común en la gente de nuestro medio, pero lamentablemente no siempre los que abren paso son los más indicados. Lo más frecuente es que en lugar de ayudarnos a avanzar, “las ambulancias” bolivianas nos conduzcan a un bloqueo.

El vicepresidente García Linera acaba de convocar a la gente a romper la huelga de los médicos, que están por cumplir dos meses de paro. Si de la población dependiera, el hastío que siente ya la hubiera llevado a romper todos los bloqueos reales y mentales que nos tienen de rehenes en este país. 

Los catedráticos del bloqueo nos obligaron a soportar por meses la interrupción del tráfico en la carretera más importante del país. Ellos han sitiado ciudades, han cerrado puentes, han clausurado escuelas y hospitales y la gente nunca ha reaccionado como quisiera, porque intuitivamente sabe que el remedio sería peor que la enfermedad y que lo mejor es insistir en el trabajo diario, la educación y la disciplina de avanzar por más que el camino esté sembrado de piedras, barricadas y alambres de púa, como los que pusieron en San Ignacio de Moxos, a iniciativa de los que más saben de estas cosas.

El bloqueo ha sido la forma en que los gobernantes actuales han alcanzado el poder y precisamente ahora son víctimas de su propia “medicina”. Lo triste es que no pueden pensar en otra cosa más que no sea el bloqueo como antídoto de los graves conflictos, que sin duda alguna, ellos han ocasionado, no la gente, que viene soportando por décadas esta misma situación y que espera con ansias la llegada de una “ambulancia” que abra el paso.

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