viernes, 11 de mayo de 2012

Internet en Bolivia: 30 veces más lento; 50 veces más caro

El país con el servicio de internet más rápido del mundo es Corea del Sur. Un coreano común navega a una velocidad de 14,4 Megabytes por segundo, lo que equivale a casi 30 veces la velocidad media que consigue un internauta boliviano. Para hablar más gráficamente, si en Bolivia viajamos a 60 kilómetros por hora, en Corea lo hacen a 1.800 kilómetros por hora, lo que en este caso no representa ningún peligro, sino una ventaja abismal que es necesario acortar cuanto antes.

En Europa y Asia, las regiones que más se preocupan por este tema, la mayor lentitud que se puede conseguir es de 5,6 megabytes, que sigue siendo abrumadoramente superior al promedio boliviano, que es de 512 kilobytes, una medida que prácticamente no se usa en el mundo moderno y que es 11 veces más lenta que la cifra indicada arriba. En Bolivia, el servicio más lujoso que se puede conseguir apenas llega a un Megabyte y tres Megabytes cuando se trata de clientes corporativos, pero sus precios son exorbitantes.

En el país, el precio promedio de un Megabyte ronda los 300 dólares, mientras que el mismo servicio no llega a los 20 dólares en Panamá, el más barato de la región. Lo que se paga en Bolivia es más de cuatro veces superior al promedio de todo el continente que llega a los 72,8 dólares. Chile, por su parte, tiene el internet más rápido de la región, que es 12 veces más veloz que en Bolivia.

Esta inmensa brecha digital existente en Bolivia tiene serias implicancias en la educación, la comunicación y casi todos los ámbitos de la vida laboral y profesional. Internet ya no representa un servicio suntuario y tampoco es una extravagancia del mundo desarrollado. Se trata de una herramienta que ha penetrado todos los rincones de la realidad humana y constituye un indicador indiscutido del desarrollo de una nación.

Es paradójico que las naciones desarrolladas que integran el OCDE no sólo cuenten con el servicio de internet más rápido del mundo, sino también es el más barato, casi 12 veces inferior al promedio de América Latina y 50 veces por debajo de las tarifas que pagamos los bolivianos.

La penetración de internet también es otro desafío que es necesario superar. Con una cobertura que apenas alcanza al diez por ciento de la población, Bolivia ocupa el puesto 127 entre 142 países por el nivel del digitalización. Esto demuestra que a los abismos de la pobreza y la marginalidad ahora se suma la gran brecha digital que tiende al ensanchamiento y que se traduce en problemas de competitividad y atraso. Lo de Bolivia es muy patético, pues se mantiene muy lejos incluso de países de América Latina como Chile en el puesto 39, Uruguay (44), Panamá (57), Costa Rica (58) y Brasil (65).

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha expresado su preocupación acerca de este problema y ha hecho pública la necesidad de generar políticas que ayuden a achicar la brecha digital. Dice que la infraestructura de banda ancha, el uso y la adopción masiva de esta tecnología, tienen efectos positivos tanto en la integración regional como en el desarrollo económico y la inclusión social. El organismo considera que el desarrollo de la banda debe ser un eje básico de la integración regional.

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