martes, 22 de mayo de 2012
Retorno a la normalidad
Luego del acuerdo firmado por el Gobierno y los dirigentes de los
trabajadores de Salud, los hospitales públicos comenzarán a funcionar
con normalidad luego de 53 días de huelga. Miles de consultas atrasadas,
más de 800 cirugías suspendidas en todo el país. Decenas de miles de
dolores, dolamas y achaques se juntarán a partir de esta semana en los
desvencijados centros de atención pública. Normalidad son las seis horas
que médicos defendieron con uñas y dientes. Normalidad será el “no hay
gasa, no hay camas, no hay jeringas ni sueros”. Normalidad serán los
enfermos acostados sobre las camillas en los corredores. Normalidad
serán las salas de espera malolientes con aire de desesperación y
miseria, mientras médicos y enfermeras deambulan en busca de respuestas
para los pacientes, palabra que no tiene nada que ver con “paciencia”,
sino con “padecer”, término que se ajusta en Bolivia mejor que en ningún
otro sitio. Han vuelto los médicos pero no hay comida en los
hospitales, los quirófanos del San Juan de Dios funcionan a medias y la
mayor parte de los equipos de diagnóstico están en ruinas. Debe ser por
esa normalidad que apenas la mitad de la población acude a los
hospitales.
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