viernes, 4 de mayo de 2012
La novena marcha y sus provocaciones
La novena marcha de indígenas del oriente boliviano no será la última.
Es posible que deban marchar muchas veces más durante este periodo
gubernamental o en los que vendrán. La situación de la democracia
boliviana, sobre todo, su patológico estado de inmadurez, nos advierte
que los conflictos, los bloqueos y las huelgas seguirán siendo el método
más común y efectivo de conseguir el respeto de los derechos de los
grupos más castigados socialmente y por supuesto, de obtener ventajas de
un Estado que no tiene miras de producir un giro hacia otro destino que
no sea el rentismo que nos obliga a mantenernos en una eterna puja por
la distribución de los recursos. Si la sociedad busca aportar, el mejor
camino es la tolerancia, el respeto y la búsqueda del entendimiento. En
el pasado ya se han experimentado otros métodos como la violencia, la
represión y el atropello y todos han fracasado. La marcha de los
indígenas que defienden el Tipnis puede convertirse en una nueva
oportunidad para unir a los bolivianos, para despertar el lado solidario
que surgió tan espontáneamente el año pasado. Es una lástima que en
otros sectores, esta marcha despierte su lado más canallesco.
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