miércoles, 16 de mayo de 2012
Alambrar el cielo
Cuenta una leyenda de un hombre tan rico y poderoso, que en su ambición
se propuso adueñarse también de las estrellas, porque se sentía con el
derecho y la habilidad para poseerlas sólo para él. En el fondo sentía
celos y su intención era que ninguna brillara más que él. Una mañana,
después de tanto cavilar, se propuso alambrar el cielo para rodear a las
estrellas con alambre de púa para que nadie más pueda tener contacto
con ellas. Se pasó el resto de su vida y perdió toda su fortuna
intentando acumular la mayor cantidad de alambre y postes para lograr su
objetivo, mientras las estrellas seguían brillando como nunca. Esta
historia les viene como anillo al dedo a quienes han lanzado la
“brillante” idea de controlar el acceso y la libertad de expresión que
se ejerce en las redes sociales en Bolivia y en todo el mundo. Además de
mantener al país a paso de tortuga, con el Internet más lento y caro
del mundo, es muy poco lo que se puede hacer para controlar el medio más
eficaz que ha inventado la humanidad para comunicarse. Lo pueden
atestiguar regímenes autoritarios que llevan mucho más tiempo en estas
lides, como China y Cuba. Alambrar el cielo no sólo es imposible, es
absurdo y descabellado.
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