viernes, 6 de enero de 2012
Dos años en el cuartel
El presidente Morales se ha mostrado complacido con la idea de extender a dos años el servicio militar obligatorio. Lo dice poco tiempo después de haber calificado a los cuarteles como el mejor escondite para aquellos jóvenes que deciden escapar a la responsabilidad cuando han embarazado a la corteja. Debió esperar un poco antes de lanzar esta propuesta, pues corre el riesgo de que algunos la consideren una sinvergüenzura, mucho mayor a la que espetó aquella vez y que no hizo más que engrosar la nutrida colección de “evadas” que está próxima a lanzar el tomo II. El pretexto para ampliar el servicio militar es la formación técnica de los conscriptos, hecho que resulta poco creíble, pues además de lanzar algunos disparos, hacer cuerpo a tierra y otros rudimentos de las artes castrenses, lo único que aprenden los soldados es a satisfacer los caprichos de los coroneles y generales, que usan a los muchachos de sus mucamas, carpidores y choferes. Eso de “servir a la Patria” ya fue desvirtuado por el propio Evo Morales y por las tristes historias de abusos ocurren todos los días. Llevarlo a dos años sería extender el suplicio y la humillación de los jóvenes. Si se habla de formación, lamentablemente los cuarteles no son ni de lejos, el mejor lugar para obtenerlo.
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