jueves, 26 de enero de 2012

Trabajo, pegas y trabajitos

Soy un preguntón enfermizo, lo que a veces me provoca más de un
inconveniente. El otro día me puse a interrogar al nuevo guardia de
seguridad del supermercado al que suelo acudir. Ramiro Choque, 19
años, bachiller y con muchas ganas de ingresar a la Universidad René
Moreno a estudiar agronomía.

Me pareció excelente su idea, aunque la noté poco factible. El próximo
año deberá hacer su tercer intento para aprobar el examen de ingreso a
la dichosa “U”, cosa que no parece nada fácil, tal como lo confirman
las lamentables estadísticas de nuestro estudiantado.

Ramiro quiere estudiar agronomía porque tiene alguna experiencia en el
trabajo de campo. Aprendió cómo cultivar hortalizas en una chacra que
posee su padre en El Torno.  “Menos mal que ahora la agricultura está
dando buenos resultados, por los precios favorables”, le comenté y
luego me sorprendí de saber que su padre también ha emigrado del campo
a la ciudad para hacer el mismo oficio de guardia, mientras que su
parcela ha quedado a la de Dios, llena de monte y maleza.

Con todos esos antecedentes, no fue fácil anticipar el futuro que le
espera a mi nuevo amigo Ramiro. Para él, el campo podría ser una gran
oportunidad sólo si consigue la preparación necesaria, las
herramientas y la oportunidad para producir en mejores condiciones. Es
obvio que no le hace falta ser ingeniero, pero tampoco existen
alternativas de formación que le permitan dar un paso adelante en sus
trabajos de labranza.

Como guardia de seguridad, “pega” no le va a faltar en esta ciudad
cada vez más insegura. Con esa misma resignación me respondió otro
joven que compartía la vereda con Ramiro en su puesto de venta de
películas piratas. Le pregunté si la arremetida contra los sitios de
Internet de donde descargan el “material” no lo va a “perjudicar”. “No
se preocupe, en Bolivia siempre van a aparecer una de estas pegas” y "trabajitos", me
contestó.

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