jueves, 30 de agosto de 2012

Bolivia y la modernización

Cuál es la diferencia entre cualquier niño boliviano y Michael Sayman, el chico de 13 años, hijo de un compatriota y una señora peruana que inventó en Estados Unidos una aplicación para la gigantesca empresa Apple? Él habla inglés, pero es algo que se podría remediar en nuestro país, si dejaran de emitirse mensajes adversos contra la globalización y la modernización. Otra cosa significativa no hay, además de la velocidad para navegar en internet que dispone Michael, 50 veces superior a la que tenemos en esta parte del mundo. Eso también es muy fácil de solucionar.

Michael se convirtió en un genio gracias a las bondades de la sociedad de la información de la que puede formar parte cualquier boliviano, chico o grande. Todo es cuestión de mentalidad, apertura y tener en cuenta que el mundo de hoy se ha vuelto más accesible para todos los seres humanos. Si alguien quiere leer los 25 mil libros que leyó el vicepresidente,  los puede tener de forma gratuita en internet. Solo necesita conectarse con cualquier computadora (que cada vez son más baratas) y estará a las puertas del pleno del conocimiento y la cultura humana.

El conocimiento, la información, las ideas, la creatividad ya no son asunto solo de las élites. El mejor ejemplo es Michael, que ni siquiera ha terminado la escuela, donde seguramente no le han enseñado todo lo que sabe en materia de tecnología. Eso significa que el sistema educativo tiene que adaptarse a las nuevas formas de producir, transmitir y asimilar el conocimiento.

Afortunadamente la tarea se ha vuelto más fácil para las sociedades y los estados. Cualquier escuela rural podría tener acceso a las más grandes bibliotecas del mundo y los estudiantes podrían intercambiar información con Michael o cualquier chico del planeta (por supuesto, en inglés, no queda otra) y gozar de la posibilidad de adquirir más conocimientos, crear, recrear y producir innovaciones no solo en el campo tecnológico, sino también en el área social, ambiental o económica. De hecho, el gran desafío actual de Bill Gates, el más grande genio de la tecnología, es producir un nuevo modelo de inodoro, más eficiente y accesible, con el objetivo de salvar más de 1,5 millones de vidas humanas cada año.

Aunque a muchos les cueste creerlo, la sociedad de la información, que se mueve gracias a las más desarrolladas tecnologías, nos está volviendo más humanos, más sensibles y atentos a las necesidades de los demás. El intercambio y el dinamismo con el que se mueve la información están moviendo a las sociedades a buscar soluciones –como la del inodoro-, que han estado postergadas por décadas, porque las élites han fijado otras prioridades.

Lamentablemente hay muy pocos gobernantes que han dado cuenta de las bondades de mantener a las sociedades abiertas al conocimiento y la innovación. En Argentina, una de las provincias más pobres (San Luis), fue la primera en instalar una red de internet gratis en todo su territorio, hecho que ha redundado en grandes beneficios en la educación y el desarrollo social. Por lo general, las élites políticas e intelectuales prefieren mantener las grandes brechas existentes por cuestiones de poder, soberbia y un paternalismo absurdo e inútil que mantiene en el atraso a países como Bolivia, donde además, existe una ignorancia supina de lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario