sábado, 11 de agosto de 2012

Explicaciones complicadas

Hace un tiempito nomás, la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, hizo saber al país que los funcionarios públicos y autoridades no tienen vida privada. Lo dijo a propósito de algunos casos de espionaje telefónico que ha perpetrado gente del Gobierno para conocer los “chismes” de los opositores. El líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, acaba de tomarle la palabra a la dignataria con una noticia bomba lanzada nada menos que a través de las redes sociales, algo así como las vitrinas del mundo, en las que nada queda oculto. En los líos de faldas conviene no meterse y para quienes están involucrados lo mejor es no ingresar en el terreno de las explicaciones, porque “el que explica se complica”. La ministra que dice haber sido dañada en su honor, no sabía responder el otro día cuántos nietos tiene y es obvio que muchas respuestas deben seguir en la nebulosa, porque también es cierto que “los padres suelen ser los últimos en enterarse de lo que hacen sus hijos”. La cosa viene complicada si es que le piden a Doria Medina que pruebe su denuncia, pues sólo existe una forma de probar este asunto y tiene que ver con la sigla de un viejo partido político boliviano. Si los ofendidos quieren probar otra cosa, también está peludo, porque se requiere el mismo procedimiento. Lo mejor es proceder  a la antigua y esconder todo en “el tercer patio”.

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