miércoles, 8 de agosto de 2012

Historia repetida

El presidente Morales ofreció una clase de historia un poco mejor documentada que las que acostumbra dar en sus discursos, aunque siempre con el objetivo de provocar alguna lágrima sobre el pasado de los indígenas. Es verdad todo lo que dijo sobre la explotación, el derramamiento de sangre y el horror que sufrieron los pueblos originarios de América a manos de los conquistadores. También es verdad que a los nativos se los considerada seres “sin alma”, consideración que en su momento fue aplicada a los negros y a las mujeres.  El colonialismo siempre necesita anteponer ciertos prejuicios de superioridad de una cultura sobre la que es necesario dominar, y arrebatarles el alma es precisamente el requisito indispensable para luego quitarles sus posesiones materiales. Si el presidente observa bien, eso es precisamente lo que está haciendo su Gobierno con los habitantes del TIPNIS. Al descalificarlos, al decirles que son enemigos y cómplices del “diablo imperialismo”, sólo están buscando la forma de destruirles el alma para que los “superiores”, los cocaleros, los brasileños y los narcos, ocupen con facilidad el territorio que les pertenece a los yuracarés, moxeños y chimanes. La única diferencia es que Colón entregaba espejitos de colores a cambio del oro y la plata. Hoy reparten motores fuera de borda.

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