lunes, 6 de agosto de 2012

El contrabando y sus costos

La presidente de la Aduana, Marlene Ardaya, dijo hace unos días que atacar con fuerza a los contrabandistas de autos podría significar un costo social muy alto, por lo que sugirió mantener cierta distancia para no provocar muertos y heridos. Los malpensados creyeron que se trataba de un falso argumento y que a lo mejor la funcionaria estaba tratando de ponerse en sintonía con la postura del primer mandatario, quien reconoce la existencia de una bancada parlamentaria compuesta por “chuteros”. Pero como este sector no sabe de límites y el ingreso desmedido de autos al país pone en peligro el equilibrio fiscal, porque obliga al Estado a aumentar la importación de combustibles, el Gobierno no puede dejar de cumplir su responsabilidad, aunque a algunos no les guste, sobre todo cuando se trata de criminales. Y eso es precisamente lo que han demostrado los “chuteros” recientemente en la localidad potosina de Colchani, donde se recibieron a balazos a una patrulla militar que interceptó una caravana de contrabandistas. El “costo social” fue de un “chutero” muerto, uno detenido y cuatro vehículos incautados. Las autoridades deben admitir que mientras más condescendencia se muestre hacia ciertos grupos ilegales, mayor será el costo social, económico y político. Parece que ya lo están analizando mejor.

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