lunes, 24 de diciembre de 2012

El país del simbolismo

“Cambio”, “Refundación”, “Revolución”, El nacimiento del nuevo Pachakuti”, “La fundación de un nuevo Estado”, el Gobierno de la honestidad”. Todas estas han sido premisas muy interesantes lanzadas en los últimos años para referirse al proceso político vigente, que también se propuso instaurar un modelo socialista basado en los ejes morales incaicos “Ama Sua, Ama Kella, Ama Llulla” y desde el punto de vista económico, levantar el “capitalismo andino” y la“economía comunitaria”. Durante este tiempo se ha tratado de reinventar la historia de Bolivia para demostrarle al país que todo ha nacido a partir de la asunción al poder de los hombres nuevos, de los salvadores y los creadores del “vivir bien”. En medio de un escándalo de corrupción, tal vez el más espurio de la historia republicana, el Gobierno ha lanzado un nuevo concepto “La Nueva Era”, que surge a partir de la celebración del solsticio de verano de este 21 de diciembre de 2012, una fecha que algunos habían marcado para el fin del mundo. Como nada de lo que se había anunciado ha ocurrido y como casi todo lo que prometió el régimen sigue como el calendario maya, en la más absoluta incógnita y marchando más bien hacia la catástrofe, habrá que esperar el siguiente anuncio apocalíptico o tal vez el cumplimiento de algunas profecías políticas que han venido haciendo ciertos analistas.

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