viernes, 28 de diciembre de 2012

Entre giles y confundidos

El Movimiento Sin Miedo ha calificado como un show la seguidilla de declaraciones de ministros y exministros en relación al escándalo de extorsión-persecución que estalló a raíz del caso Ostreicher. Hace unos días un ex viceministro de Gobierno dijo es posible que el embajador ante la ONU, Sacha Llorentty, sea un gil por no haberse dado cuenta que muy cerca de él actuaba una banda de abogados que habían hecho del control político un medio de lucro. Sin embargo, Llorentty afirma que sí conocía a los juristas que ahora están encerrados en Palmasola, a lo que habría que agregar lo que dijo el abogado ligado al MAS, Williams Bascopé, quien asegura que el exministro de Gobierno usaba la extorsión para anular a sus enemigos. Otro que se presentó a declarar fue Wilfredo Chávez, autor de fuertes acusaciones en contra de Nardi Suxo, ministra de Transparencia, quien afirmó que tal vez su denunciante está un poco confundido. En medio de todas estas idas y venidas, que cada vez se parecen más a la telenovela de la que habló el norteamericano Jacob Ostreicher, suman los pedidos de renuncia que hacen los propios legisladores oficialistas a los ministros implicados. Obviamente esto no es un show, es parte de una estrategia para buscar la confusión y lograr que los verdaderos “giles” queden al margen de toda esta trama siniestra que se tejió para mantener el cerco alrededor de Santa Cruz.

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