jueves, 31 de mayo de 2012

La ley del 20 por ciento

Viendo un documental me enteré que el 80 por ciento del ruido de un auto lo producen las llantas cuando el aire circula a través de las ranuras. Hay que tener mucho oído para escuchar el motor, la caja y el sistema de transmisión que vienen a ser como el corazón y los pulmones de una persona, que sin duda alguna meten mucho menos bulla que la lengua, que a diferencia de las llantas, muchas veces no nos lleva a ninguna parte.

Con el cuerpo humano sucede algo parecido. El 80 por ciento de las energías que consumimos se gasta en mantener la temperatura en 37 grados y asegurar así el funcionamiento de todos los órganos. El 20 por ciento restante se lo llevan todos los demás, incluyendo el cerebro, que seguramente es uno de los menos exigentes, pero el más productivo. Lamentablemente muchos jamás aprendemos a usarlo correctamente.

Es trillado aquel dicho atribuido a Thomas Alva Edison, uno de los más grandes inventores de la historia: “el genio es 10 por ciento inspiración y 90 por ciento transpiración”, lo que resumía su inmensa capacidad de trabajo y esfuerzo que le permitió inscribir casi 2.500 patentes, entre las que se encuentra la famosa bombilla eléctrica que se usa hasta hoy.

La gran ventaja de los “iluminados” es que siempre están inspirados. Es desafío del resto de los mortales es no pasarnos la vida sudando y nada más. El asunto, como se ha visto, es saber cuidar y aprovechar los saldos de energía y recursos que siempre hacen la diferencia. A un magnate le preguntaron una vez cómo hizo para acumular tantos millones. “Cuidando los centavos”, respondió. Napoleón Hill decía que los sobresalientes son los capaces de recorrer la milla extra, cuando todos ya se han acobardado.

Bienvenidos los dólares

El Presidente Morales parece haber dicho su última palabra en relación a los vínculos diplomáticos con Estados Unidos: su gobierno no tiene interés de llevarse bien con Washington, postura que parece no ser objetada por las autoridades estadounidenses, que han dejado de insistir en la reconducción del diálogo que no hace mucho alcanzó el nivel de un acuerdo revalidado posteriormente por la Asamblea Legislativa Plurinacional. “Relaciones no, pero dólares sí”, parece ser la consigna oficial, conclusión que obtiene luego de conocerse que el Ministerio de Hacienda ha contratado dos bancos norteamericanos para colocar en Estados Unidos alrededor de 500 millones de dólares en bonos del Estado Plurinacional, una operación del más genuino capitalismo destinada a financiar las acciones del Gobierno boliviano. Las entidades financieras contratadas, el Goldman Sachs & CO y Bank of America Merrill Lynch, se encargarán de conseguir inversionistas deseosos de costear el “Socialismo del Siglo XXI” que lleva adelante políticas de corte estatista y que se ha declarado enemigo número uno del capitalismo mundial.

Bolivia en las cumbres

La mejor estrategia de Bolivia en las cumbres internacionales siempre ha sido pasar desapercibida o cuando mucho, lanzar el burocrático y cansino lloriqueo por el mar perdido en 1879, estrategia que fue interrumpida en los primeros cinco años de Gobierno de Evo Morales.

Siguiendo el sendero del chavismo, Bolivia optó desde el 2006 la táctica del griterío, las poses y las afrentas antiimperialistas como manera de llamar la atención del mundo, fórmula que funcionó al principio, como todo show, pero que ha comenzado a caer en el vacío (a veces con tintes de ridiculez) por la falta de contenido. Prueba de ellos son las sendas palizas diplomáticas que han tenido que soportar nuestros representantes en varias citas, entre ellas la de Cancún y la de San Salvador, sin mencionar el bochorno que nos tocó de vivir de anfitriones en Tiquipaya con la cumbre sobre el cambio climático.

Ni siquiera la localía ha sido ventaja para Bolivia para dignificar su papel en el contexto internacional, de tal manera que le permita hacerse escuchar en sus demandas y planteamientos. En 1979, cuando La Paz fue la sede de la asamblea general de la OEA, el organismo emitió una resolución que declaraba un asunto de “interés hemisférico” a la demanda marítima boliviana, espaldarazo diplomático que fue oscurecido por un golpe de estado que obligó a los embajadores americanos a escapar despavoridos, dejando una estela de asombro por lo sucedido.
Aquella resolución pasó prácticamente al olvido y nadie, ni siquiera Bolivia, hizo lo necesario para hacerla cumplir.

Estamos ante las puertas de una nueva cumbre de la OEA y será Bolivia la anfitriona en la localidad de Tiquipaya, los días 3, 4 y 5 de junio. La diplomacia nacional da por descontado que la cita se convertirá en la plataforma de lanzamiento de la nuestra estrategia en su histórica demanda marítima. Hasta el momento, sin embargo, es una incógnita la ruta que seguirá la Cancillería después de las fallidas amenazas de iniciar un juicio internacional que provocaron la interrupción el diálogo con Chile. Se han creado reparticiones oficiales para hacerse cargo de las acciones relacionadas con el asunto marítimo, pero nadie conoce sus avances. Con esos antecedentes el país no conseguirá más de lo que ha logrado en las últimas cumbres internacionales, que prácticamente ignoraron el reclamo boliviano. No cabe duda que hoy se corre el mismo riesgo, no sólo por la falta de consistencia de los planteamientos, sino porque hay otros temas que compiten, como la demanda argentina por las Islas Malvinas, la guerra contra el narcotráfico y la economía.

La amenaza más significativa contra las pretensiones bolivianas viene por el lado de Chile, un país que suele estudiar muy bien cada paso que da en las cumbres internacionales. Desde hace meses, el personal de la Cancillería chilena ha estado haciendo lobby con los países miembros de la OEA para conseguir que el organismo se mantenga al margen del diferendo marítimo, al que considera un asunto bilateral, posición que durante varios años también estuvo sosteniendo el Gobierno de Evo Morales. Nada menos que el secretario general del organismo, José Miguel Insulza, ya adelantó que la demanda boliviana volverá caer en saco roto.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Ladrones de shows

El vicepresidente argentino Amado Boudou, junto a su bella novia, se robaron el show en el acto de homenaje a las Heroínas de la Coronilla, el pasado 27 de mayo, donde hubo serenata y baile. El anfitrión de la noche fue su colega boliviano Álvaro García Linera, quien se prestó de mucho agrado a los pavoneos del mandatario del país vecino. La visita de Boudou se produce días antes de la Cumbre de la OEA que se celebrará en Cochabamba y el objetivo de la diplomacia argentina es lograr que su demanda por las Islas Malvinas logre el máximo de protagonismo en la cita multilateral, tal como ha sucedido últimamente en varias reuniones internacionales. Tras la visita de Boudou, el Gobierno boliviano ha anunciado que además de reclamar por el acceso soberano al mar, también alzará u voz por las Malvinas, con el riesgo de que este tema termine por imponerse, en otras palabras, se robe el show en Tiquipaya, como sucedió precisamente en la asamblea de San Salvador, donde Bolivia ni siquiera consiguió introducir el tema marítimo dentro de la agenda de discusión. Pero ese no es el único peligro. Todavía existe la posibilidad de que a alguien se le ocurra hablar la papalisa o de los pollos con hormonas en la cumbre.

El final de una farsa

Ahora resulta obvio que todo lo que se hizo alrededor del Mutún estos seis años no ha sido más que una farsa que ha terminado de derrumbarse con el anuncio de la empresa Jindal de retirarse del país, sin haber logrado en lo más mínimo las promesas de industrialización que tenían como meta final el salto de Bolivia a la siderurgia.

Un pueblo desconsolado que soñó con miles de empleos, con el nacimiento de un nuevo polo de desarrollo y con un torbellino de inversiones directas e indirectas, hoy se expresa molesto y sale a las calles a protestar por lo que cabalmente llaman como una estafa.

¿De quién es la culpa? Entre el Estado y la empresa concesionaria se echan la culpa y nadie sabe a quién apuntar, pero lo cierto es que fue el Gobierno el que eligió el socio, han sido las autoridades nacionales las que establecieron las pautas del contrato y obviamente fueron las instituciones estatales las que incumplieron con la parte que correspondía para echar a andar el proyecto, que requiere de una decidida voluntad política. Durante todo este tiempo la ciudadanía ha visto el ir y venir de promesas, amenazas, nombramientos, destituciones y los infaltables hechos de corrupción, pero nunca una decisión firme de avanzar con la explotación y la industrialización del hierro que alberga la mayor reserva mundial de ese mineral.

Mientras Bolivia se debate en la ineficiencia y la inmadurez que inmoviliza el avance económico, a muy pocos kilómetros de la frontera sobre territorio brasileño, la misma empresa que fue expulsada de Bolivia y que tenía todo listo para iniciar la industrialización en el Mutún, explota desde hace más de treinta años los yacimientos de Urucum, que reportan inmensas cantidades de regalías y recursos a la zona de influencia en el Estado de Mato Grosso. Aquella reserva, mucho menor a la que se encuentra en el territorio nacional, aporta con más de 17 millones de toneladas anuales de hierro y en el lugar se está construyendo una acería que originalmente debía funcionar en las inmediaciones de Puerto Suárez, provincia Germán Busch.

No es posible que teniendo los recursos con tanta abundancia, disponiendo de la energía que hoy tiene como destino prioritario la exportación a los países vecinos, los bolivianos tengan que soportar su pobreza por culpa de la falta de voluntad para echar a andar un proyecto que podría cambiar la triste historia de marginación de millones de habitantes.

El Mutún es un proyecto postergado desde hace medio siglo. La oportunidad que acaba de esfumarse ha sido una de las más valiosas, pues grandes países como China, India, Brasil, entre otros, han estado atravesando un periodo de bonanza, con un enorme aumento de la demanda de materias primas y por supuesto, de acero, cuyos precios han sido altamente favorables.

Nadie sabe cuándo volverá a producirse una nueva coyuntura propicia para volver a intentarlo. Bolivia ocupa hoy uno de los lugares más desfavorables para la atracción de inversiones y la realización de negocios, posición que se refuerza con noticias como la del Mutún.

martes, 29 de mayo de 2012

Tarea para la casa

Nueve policías fueron linchados el año paso y ya van dos asesinatos de uniformados en lo que va del 2012. Además, hay muchos otros casos que no se han esclarecido, como el ocurrido en el 2010 en un ayllu de Uncía al norte de Potosí que se declaró oficialmente protector del contrabando de autos. Hace unos días, el sargento David Guarachi fue asesinado a golpes por una turba que lo confundió con un ladrón en la localidad alteña de Ventilla. Este caso ha conmocionado profundamente a la Policía Boliviana, institución que ha estado atravesando una crisis institucional por el cambio de comandante y la posesión del coronel Víctor Santos Maldonado, en medio de la desconfianza de sus camaradas.
Maldonado dijo en el acto de su posesión que él no es un oficial de escritorio y que demostrará con acciones directas lo que es capaz de hacer (Chaparina, 25 de septiembre de 2011 es una evidencia a su favor). Como se sabe, el nuevo jefe es detective, así que rápidamente podrá demostrar sus habilidades con el esclarecimiento de la muerte aquellos policías linchados. Así se gana el favor de la tropa y además, “la caridad empieza por casa”.

Detrás de los linchamientos...

Han vuelto a recrudecer los linchamientos en el país, lo que delata el fracaso de las reformas estatales que supuestamente debían conducir al establecimiento de un sistema con mayor justicia, más equidad e inclusión.

Lo que más está fallando, sin duda alguna, es el sistema judicial, cuyos reformadores discuten si es recomendable usar las hojas de coca para determinar los fallos, mientras los otros se concentran en el minucioso plan de persecución política que ahora penaliza también el apoyo a los indígenas marchistas. Un ministro de Estado que trata de justificar el irregular nombramiento de un jefe policial, llega al extremo de admitir que el cumplimiento de las leyes es opcional y la vigencia de los procedimientos puede suspenderse temporalmente.

Los linchamientos son la mejor expresión de que la ausencia de Estado sigue siendo el problema fundamental de Bolivia. La mayoría de ellos ocurren en las áreas rurales, donde hay otros “imperios” que han sustituido a las normas y a la autoridad. No es casual que desde el año pasado, más de diez policías hayan sido linchados por vecinos y comunarios que se escudan en la justicia comunitaria para esconder situaciones reñidas con las leyes, especialmente contrabando y narcotráfico.

En Yapacaní, hace unos días, una multitud se encargó de truncar un operativo antidrogas de la Policía que intentaba intervenir en un centro de acopio de cocaína. La gente se movilizó para proteger a los mafiosos y consiguió su objetivo. Menos mal que ningún efectivo resultó herido como sucedió semanas atrás muy cerca de allí, en la zona de San Germán, donde dos policías fueron tomados de rehenes y azotados por los “narco-comunarios” que defienden la vigencia de un nuevo orden que aparentemente goza de la connivencia estatal.

Los casos más recientes, el asesinato de un policía que fue confundido por un ladrón en El Alto y el linchamiento de un sospechoso en la localidad de San Julián, forman parte del mismo fenómeno de la anomia social que lleva a los ciudadanos a defenderse como pueden de la criminalidad que no encuentra freno, porque la Policía está más atenta a los quehaceres del poder que derivan en corrupción y la reproducción de un esquema gubernamental que descuida la verdadera misión de las instituciones.

El “proceso de cambio” ha derivado lamentablemente en un sistema que le facilita las cosas a la economía ilegal e informal. Desde los púlpitos oficialistas nadie repara en admitir la realidad de los “chuteros” y otros sectores que gozan de la tolerancia oficial. A través de los fenómenos como los linchamientos, los ataques a la Policía y la conducta de grandes masas de la población que reivindican el delito como medio de supervivencia, no hay duda que estamos en el camino infalible hacia la descomposición social del país, un paso previo a la desaparición del estado formal y sus leyes.

Hoy es la Policía la que resulta víctima de los que se sienten empoderados por el régimen para imponer sus propias normas. Mañana serán otras las instituciones que resultarán incómodas para la nueva Bolivia marginal que se está construyendo. Es obvio que los gobernantes, sus organizaciones y todo lo que pueda estorbar a la vigencia del nuevo orden también figuran en la lista. Es como un terremoto o un aluvión que no deja nada en pie. Hay regiones de México donde esto ya está ocurriendo.

lunes, 28 de mayo de 2012

Tiquipaya II

La Cancillería boliviana está preparando su artillería para conseguir que la OEA ratifique una resolución que emitió en 1979 durante una asamblea celebrada en La Paz, que declaró a la demanda marítima boliviana como un asunto de “interés hemisférico”. Aquella vez, hace 33 años, la reunión del organismo panamericano fue interrumpida por el golpe de Estado del general Alberto Natusch Busch, papelón que dejó descolocado el pronunciamiento, el espaldarazo internacional más importante que haya recibido la reivindicación boliviana. Dentro de unos días la reunión de la OEA se celebrará en la localidad cochabambina de Tiquipaya, sede de la Cumbre sobre el Cambio Climático organizada por el Estado Plurinacional y que se hizo famosa por ciertos papelones que opacaron las importantes discusiones que se habían dado cita en aquel lugar. En Chile hay nerviosismo porque en Tiquipaya pueda repetirse la historia de 1979, pero en Bolivia son muchos los preocupados porque nuevamente el infaltable bochorno boliviano se imponga en la cita multilateral. Los amantes del deporte son los menos angustiados. Ellos están seguros de que al menos fútbol sí habrá, como en todas las cumbres a las que asiste Bolivia.

sábado, 26 de mayo de 2012

Capitalismo salvaje

El auge de los precios internacionales de los minerales ha alentado la
invasión de minas privadas en los últimos años. Se calcula que
alrededor de 70 campamentos mineros independientes han sido tomados
por la fuerza en lo que va del 2012. Los campesinos que irrumpieron
violentamente en esos predios dicen defender la madre tierra,
conciencia ambientalista que suele aflorarles sólo en la época de
vacas gordas. Lo mismo está pasando con la quinua. El valor de este
producto se ha incrementado notablemente y los campesinos se agarran a
golpes por las tierras para cultivar el cereal. Lo más drástico está
sucediendo en el Chapare. La gran demanda de coca y sus derivados en
el mercado internacional, las facilidades de exportación, además de
las grandes ventajas regulatorias y la seguridad jurídica de la que
goza este sector, han provocado una bonanza histórica, al punto que
los impulsores de la industria están dispuestos a acabar con una
inmensa reserva natural y todo lo que ella alberga, incluidos seres
humanos. Como se verá, los únicos que no se han dado cuenta que el
capitalismo salvaje sigue vigente en el país son los indígenas del
TIPNIS.

Desintegración institucional

Los miembros de la banda de asaltantes que asesinaron a un periodista deportivo en El Alto, la segunda ciudad más peligrosa w Bolivia, habían cometido ocho homicidios antes de ser atrapados por la Policía. Este es el verdadero escándalo que se esconde detrás de una Policía que ha vuelto a convertirse en noticia por la corrupción, los líos de poder y el manoseo político de la institución.

Hablar de los detalles es demasiado abundar, cuando los medios de comunicación están plagados de denuncias, rumores y versiones que solo hablan de la tremenda corrosión en la que está envuelta la Policía Boliviana, institución que acaba de cambiar de jefe por tercera vez en un año, las tres veces por hechos de corrupción.

Coincidentemente, en las tres ocasiones se ha observado que la corrupción -un problema endémico y de larga data en la Policía-, está relacionado con la espuria manipulación que hace el poder político de esta entidad que debería estar dedicada exclusivamente a mantener la seguridad ciudadana y preservar el orden público.

Lo complicado es que tanto manoseo parece derivar, no solo en la desintegración de la credibilidad, sino en la acentuación de las pugnas internas que también derivan en formas de chantaje y amenazas hacia miembros del Gobierno. Es precisamente el caso del general Sanabria, que lanza una advertencia desde su celda en Estados Unidos y la situación de Jorge Santiesteban, quien advierte con divulgar nombres de funcionarios implicados en el sonado caso de la Unipol.

Este escenario fue precedido por una serie de denuncias lanzadas por la ministra anticorrupción contra el oficial destituido y por declaraciones del excomandante policial y actual viceministro, Miguel Vásquez, quien indica que dentro de la Policías existen grupos mafiosos.

Con esos antecedentes no parece extraño afirmar que el 79 por ciento de la población en Bolivia no confía en la Policía, según lo revela una reciente encuesta realizada por la empresa Ipsos Apoyo. En las cuatro ciudades más pobladas del país esta cifra alcanza el 82 por ciento.

El estudio muestra que la gente no ve a la Policía como un aliado en la lucha contra la delincuencia, un problema que aumenta en el país que azota con violencia creciente. Casi todas las experiencias de la ciudadanía con la institución verde olivo son negativas, ya sea porque muy pocas veces están cuando se los necesita, porque aparecen con actitudes de abuso y prepotencia o porque simplemente son noticia constante en los órganos de prensa, por bullados hechos de corrupción, politiquería y actos de represión hacia grupos en conflicto. Lamentablemente, si la Policía se presta mansamente a la cooptación política como lo ha venido haciendo últimamente, estará contribuyendo al deterioro de la democracia y a la consolidación de un proceso autocrático que incrementará aún más el malestar de la población con respecto a la institución. Lo peor de todo es que la delincuencia tiende a aumentar, la población es constantemente atacada por bandas peligrosas y el número de homicidios crece sin control. De esto es precisamente de lo que se habla cuando tanto se insiste en la descomposición orgánica del Estado y del vaciamiento institucional y sus terribles consecuencias.

Las velocidades de la justicia

La retardación es un problema crónico en la justicia boliviana. Los datos hablan solos: casi el 80 por ciento de los presos de la cárceles bolivianas no tienen sentencia, lo que a la larga termina convirtiéndose en una ventaja para algunos, que al cabo de tres años automáticamente recuperan su libertad y pueden librarse de una sentencia mayor. Existen ilustres ejemplos sobre este tipo de casos que no “tipifican” cuando se trata de un opositor como Leopoldo Fernández que está por cumplir cuatro años tras las rejas. La rapidez sí aplicó recientemente para ocho nuevos imputados por el caso terrorismo, tras la queja expresada por un funcionario que amonestó en público a los fiscales que se encargan de la investigación. Por otro lado, el Defensor del Pueblo acaba de presentar una denuncia contra la fiscal que investiga la represión de los indígenas ocurrida en septiembre del año pasado en Chaparina, por una supuesta obstaculización y lentitud en la conducción del proceso. El colmo de las incongruencias que se dan hoy en la justicia lo refleja el proceso contra una jueza que intentó anular de manera irregular el juicio contra un ministro de Estado.

jueves, 24 de mayo de 2012

De modas y malacrianzas


Una vez le preguntaron a la Madre Teresa de Calcula si no estaba malcriando a los pobres. “Suficiente tiempo han malcriado a los ricos, yo creo que les toca a ellos”, respondió.

En Bolivia todos estábamos preparándonos para que “malcríen” también a los pobres, a los indígenas y a otros grupos históricamente postergados por la sociedad y el estado, pero lamentablemente los adulados han resultados ser otros: contrabandistas, cocaleros, chuteros y por desgracia también los narcotraficantes.

Lo del “gobierno ecologista” no resultó más que una pose que descolocó a todos, ya que no cabe duda que el ambientalismo está de moda, cosa que no me parece nada mal.

La moda refleja las tendencias del mundo. El minimalismo en la arquitectura está pasando también a la vestimenta y cada vez son más los jóvenes que deciden no caer en el consumismo y la acumulación, que ya son vistos como una aberración. Comer natural, reciclar, reutilizar, usar energías alternativas, utilizar más la bicicleta y caminar, economizar, son modas que Europa se han vuelto un estilo de vida y que muy pronto se van a convertir en una obligación para que no tengamos que hacerlo por supervivencia.

Se trata de frenar nuestras malacrianzas y de usar mejor la inteligencia, acostumbrada a la búsqueda de diferenciarnos de los demás o contra los otros, en lugar de usarla para resolver problemas y buscar el bien común. El mundo ha llegado a un punto en que debe comprender que nadie se puede salvar si no ayuda a enfrentar los desafíos de su entorno y los de sus vecinos.

Hoy más que nunca se hace imprescindible pasar de la moda a la era de la conciencia social y ambiental, adoptar una visión de la solidaridad y la colaboración. Se acabó el tiempo de las poses, de las modas y las malacrianzas.

En boca de un general

Ayer eran los coroneles y ahora son los generales los que ponen en
vilo al Gobierno. Desde Estados Unidos, donde cumple una condena de 14
años por narcotráfico, el general René Sanabria, ex zar antidrogas de
Bolivia y quien fuera responsable de inteligencia del Ministerio de
Gobierno, ha enviado una carta en la que le pide a las autoridades
bolivianas identificar a los funcionarios públicos implicados en el
narcotráfico, más concretamente a los que fueron sus cómplices o los
que hicieron la vista gorda cuando él se dedicaba a exportar cocaína
al por mayor, trabajo en el que fue sorprendido por la DEA y la
Policía de Chile en un operativo secreto que ni siquiera fue
comunicado a los agentes bolivianos. El principal aludido ha sido el
ex ministro de Gobierno Sacha Llorentty, quien ha calificado como una
patraña el comentario de Sanabria. El otro general que amenaza con
hablar es el recientemente destituido comandante general de la
Policía, Jorge Santiesteban. Advirtió con revelar todas las
implicaciones del caso de corrupción que rodea a la Unipol, en el que
también estarían implicados algunos jerarcas de la administración
gubernamental. En las calles ya se oye el coro: “que hablen, que
hablen…”.

Santa Cruz: futuro y amenazas

El departamento de Santa Cruz pronto tendrá cuatro millones de
habitantes. Sigue siendo la tierra de las oportunidades, su enorme
potencial parece inagotable, tiene rienda suelta para desarrollar áreas
como el turismo, la industria y los servicios. De a poco se ha convertido
en el centro de las actividades culturales del país y el desarrollo urbano
no parece tener límites. ¿Puede echarse a perder todo esto?

Desde el punto de vista de la ciudad capital, los expertos no se
cansan de advertir que Santa Cruz va camino a la insostenibilidad y
que la explosión demográfica, la falta de previsión y de atención de
los problemas, pueden agravar el desorden, la inseguridad, el
narcotráfico y la marginalidad. Y observando a la región, la falta de
liderazgo, la ausencia de cohesión y la pérdida del rumbo de las
élites, parecen poner en peligro el sitial que el departamento está
llamado a cumplir en el país. Parece que hemos perdido la perspectiva
histórica que impide visualizar el horizonte que nos espera.

Hay eventos que deberían recordarse y lamentablemente pasan al olvido.
El 19 de mayo pasado se cumplieron 54 años de la masacre de Terebinto
que provocó la muerte de numerosos líderes cívicos de Santa Cruz que
libraban una de tantas batallas contra el centralismo, que jamás ha
dudado en derramar sangre para mantener el control del país alrededor
de la plaza Murillo.

No se trata de alimentar rencores, sino de identificar los procesos
que se han generado en Santa Cruz, que hoy luce sin rumbo, con sus
líderes sumidos en las catacumbas ya sea porque se sienten
amedrentados o porque están decididos a mantenerse en la oscuridad de
algunos grupos, como siempre lo han hecho.

A finales de los años 50 se vivió una crisis terrible en la región,
con muertos, persecución y presos políticos. Pero también fue la época
más prolífica en cuanto a liderazgo y capacidad de lucha por la
autodeterminación, un derecho al que nunca se debe renunciar. Hasta
hoy estamos disfrutando de los beneficios que consiguió esa generación
de cruceños que jamás claudicaron ante el avasallamiento y la
imposición.

Qué Santa Cruz está estancada, es una realidad que no se puede
ocultar. Lo terrible es que estamos camino a experimentar un inmenso
vacío cultural que nos puede hacer presa fácil de la funesta
neo-colonización que se está impulsando desde el Gobierno, con la
invasión cocalera y sus secuelas, la destrucción del aparato
productivo y del hábitat del oriente boliviano y la imposición de una
economía ilegal-informal que terminará por descomponer totalmente el
tejido social de la región, el que mayor cohesión social y fortaleza
institucional ha logrado en los últimos 50 años.

Mientras esto sucede, Santa Cruz se refugia en la “farandulización”.
Nos quejamos porque no hay grandes escritores y pensadores para
destacar, pero lo primero que hacemos es repartir medallitas entre los
exponentes de la trivialidad, los organizadores de concursos de
belleza y los que alimentan el empalagoso tintineo de la televisión,
cada vez más vacía y procaz. Los dueños de los grupos que manejan las
cosas en la región siguen andando en círculos, buscando cómo
eternizarse en el oficio de medrar con algo que se les ha escapado de
las manos.

Nadie puede entender que Santa Cruz no se atreva a dar ni un solo paso
con la autonomía, después de semejante lucha y que se haya rifado con
tanta facilidad este proceso que está llamado a salvar a la democracia
y a la existencia misma del Estado boliviano.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Donde manda coronel...

A la Policía Boliviana le incomoda más el irrespeto a los rangos y las estrellitas de los hombros, que la misma corrupción. Fuerte ha sido la reacción de algunos oficiales por la destitución del Comandante Nacional de la Policía, General Jorge Santiesteban y la posesión en su lugar, del Coronel Santos Maldonado, quien además de no haber alcanzado la más alta graduación en la institución verde olivo, tampoco es egresado de la polémica Academia de Policía, donde “es poniendo” para sacar el título. Quienes critican a Maldonado dicen que no tiene méritos para ejercer el cargo que le ha asignado el Gobierno, pues el egresó de la escuela de detectives. Hubo un oficial que llegó al extremo de retirarse del acto de posesión de su nuevo jefe e inmediatamente presentó su renuncia. No hay duda que el malestar tiende a aumentar, sobre todo porque los méritos que suelen ver los policías no son los mismos que observa el Gobierno a la hora de elegir a sus colaboradores. Santiesteban fue quien comandó el operativo denominado “masacre del hotel Las Américas” y Maldonado dirigió la proverbial pateadura de indígenas del 25 de septiembre de 2011 en Chaparina. Esta falta de coincidencia puede traer problemas.

martes, 22 de mayo de 2012

Retorno a la normalidad

Luego del acuerdo firmado por el Gobierno y los dirigentes de los trabajadores de Salud, los hospitales públicos comenzarán a funcionar con normalidad luego de 53 días de huelga. Miles de consultas atrasadas, más de 800 cirugías suspendidas en todo el país. Decenas de miles de dolores, dolamas y achaques se juntarán a partir de esta semana en los desvencijados centros de atención pública. Normalidad son las seis horas que médicos defendieron con uñas y dientes. Normalidad será el “no hay gasa, no hay camas, no hay jeringas ni sueros”. Normalidad serán los enfermos acostados sobre las camillas en los corredores. Normalidad serán las salas de espera malolientes con aire de desesperación y miseria, mientras médicos y enfermeras deambulan en busca de respuestas para los pacientes, palabra que no tiene nada que ver con “paciencia”, sino con “padecer”, término que se ajusta en Bolivia mejor que en ningún otro sitio. Han vuelto los médicos pero no hay comida en los hospitales, los quirófanos del San Juan de Dios funcionan a medias y la mayor parte de los equipos de diagnóstico están en ruinas. Debe ser por esa normalidad que apenas la mitad de la población acude a los hospitales.

Municipios en vías de destrucción

Todos los días el Ministerio de Hacienda informa de algún municipio cuyas cuentas han sido congeladas por algún problema de gobernabilidad. Recientemente, la entidad HS Datos, reveló que un tercio de las 337 alcaldías del país están envueltas en conflictos que prácticamente han paralizado la gestión en esos distritos, donde reinan los enfrentamientos, las pugnas políticas internas, el revanchismo entre facciones, denuncias y otras complicaciones que suelen derivar también en bloqueos, violencia y a veces muerte, como ocurrió en el municipio de Yapacaní.

Decenas de alcaldías han cambiado de mando en los últimos años por la vía de la trampa política constitucionalizada a través de la Ley Marco de Autonomías. El último caso se dio en La Guardia, donde el municipio ha pasado de “modelo nacional” a uno más del montón, donde ya comenzaron a notarse los signos de la inestabilidad, con obras paralizadas, trabajo a media fuerza y denuncias de corrupción.

En algunos municipios como el de Buena Vista, han tenido que atravesar más de un periodo de desestabilización y el accionar de las autoridades se limita prácticamente al ir y venir de la politiquería mientras que las obras, los vecinos y los problemas se mantienen a la espera. Todo esto no solo se come tiempo valioso, sino también cuantiosos recursos y el tremendo desgaste que ocasiona un descrédito de la democracia municipal. A todo esto se debe sumar el inmenso costo que significa volver a llamar a elecciones en aquellos distritos, como sucederá este año en Punata y otras comunas.

Es obvio que mientras permanezcan vigentes los artículos 144 y 145 de la Ley Marco de Autonomías no habrá paz en los municipios del país. En realidad ninguno está exento de la crisis y la inestabilidad, tal como se puede observar en la alcaldía de Santa Cruz.

La incidencia nociva de la politización, la agudización de males endémicos como el cuoteo y el contubernio entre facciones, está destruyendo lo positivo que se pudo hacer en materia de consolidación de la democracia local y la autonomía en más de 25 años El “pasanaku municipal” como bien lo llama un especialista en el tema, no es algo nuevo en el país, sin embargo, este es un problema que tiende a acentuarse, perjudicando fundamentalmente a los vecinos de las áreas rurales, donde la Alcaldía suele ser la única opción para materializar los beneficios del Estado. En teoría, los cambios introducidos en la legislación estaban destinados a mejorar el control social y fortalecer la lucha contra la corrupción, pero lamentablemente ninguno de estos aspectos han sido las causas de la inestabilidad, sino la angurria por el poder y por consolidar una hegemonía que no se consiguió en las urnas. Lo peor de todo es que ni siquiera con el dominio oficialista sobre las alcaldías se acaban los problemas ya que inmediatamente –y porque sí-, surgen las pugnas intestinas que derivan en agitación y el posterior desequilibrio.

Es obvio que todo forma parte de una estrategia destinada a desacreditar la democracia municipal con miras a fortalecer el centralismo caudillista, una forma de administración estatal retrógrada y que está muy alejada de la búsqueda de respuestas del ciudadano, especialmente de los más humildes, los que viven en las provincias y los distritos periféricos. Fortalecer los gobiernos locales es una tendencia natural del perfeccionamiento de la democracia dirigida hacia el bien común. Destruir las alcaldías es una malsana política que traerá graves consecuencias y postergaciones al país.

lunes, 21 de mayo de 2012

Aluvión de sismos

Con los sismos está pasando lo mismo que los conflictos, ambos están sobrepasando su nivel récord. Un informe del Observatorio San Calixto de La Paz, revela que cada día hay un movimiento sísmico en el país y en lo que va del 2012, ya suman más de 120 los pequeños movimientos telúricos en el territorio nacional. Afortunadamente la gran mayoría no ha sobrepasado los tres grados en la escala de Richter, lo que ha librado de daños materiales y personales a las poblaciones afectadas. El único sismo de magnitud considerable se registró el pasado 15 de mayo en el Beni, el segundo más grande en la historia del país, al alcanzar 6,7 grados. Los especialistas consideran que Bolivia está atravesando un período de liberación de energía que se inició el año pasado, gestión en la que se produjeron 222 movimientos telúricos. En los últimos meses la tierra ha temblado en Oruro, en Tarija, Santa Cruz, Cochabamba, Beni y La Paz. Si bien no hay mucho de qué preocuparse, hay que considerar que Bolivia ha sufrido terribles terremotos como el del 22 de mayo de 1998 que dejó 60 muertos y graves daños en las poblaciones de Aiquile y Totora. Expertos en distintas materias recomiendan que, así como sucede con el aluvión de conflictos, con los sismos habría que prepararse para lo peor. Nunca se sabe en este país lleno de sorpresas.

domingo, 20 de mayo de 2012

La amenaza interna

Es difícil que un hijo respete a su padre cuando este se farrea toda la plata que supuestamente debe ser destinada para comprar alimentos, pagar la educación y cubrir los gastos de salud de la familia. Peor todavía cuando el borracho golpea a la madre y a los hijos cuando estos le reclaman por el defectuoso enfoque de las prioridades. Todos los días se escucha al Gobierno repetir que no hay plata para aumentarle a nadie, que no se puede incrementar el presupuesto de salud y educación y se vende la idea de que los bonos son “la tuti” de la lucha contra la pobreza, cuando en  conjunto no representan ni siquiera el dos por ciento del Presupuesto General de la Nación. En este contexto, la gente se entera de que Bolivia figura en una lista de los cuatro países que más gastan en armamento en América del Sur, junto con Ecuador, Colombia y Chile. Recientemente, datos oficiales de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) revelaron que estos países gastan entre el 1,4 y el 2,74 por ciento del Producto Interno Bruto en el rubro “defensa”, que en el caso boliviano, está dirigido únicamente a enfrentar las amenazas internas; es decir, a la gente que reclama y se molesta por este mundo al revés.

Gas: lo que se dice y lo que se hace

Pese a que durante seis años se ha repetido que las petroleras conspiraron contra el Gobierno de Evo Morales, nadie ha podido aportar ni una sola prueba sobre esta denuncia. Lamentablemente, este discurso sigue repitiéndose al mismo tiempo que se hacen intentos por seducir a las compañías para que inviertan en el país en condiciones mucho más favorables que las surgidas a raíz de la nacionalización. Se dice que nunca más se va a expropiar una empresa extranjera, como se hizo recientemente con una compañía del rubro de la electricidad, pero casi de forma paralela se expresa una fuerte arenga favorable a la nacionalización y se pide a todas las naciones del mundo emular el ejemplo boliviano, un modelo que ha arrojado evidentes señales de fracaso, reconocido incluso por las autoridades actuales, que hablan mejor con sus actos que a través de sus palabras.

Es un hecho que Bolivia necesita atraer inversiones con urgencia, el Gobierno lo reconoce y lo expresa con señales de desesperación, pero la única forma de lograrlo es a través de un discurso coherente y reglas claras. Hace unos días, las autoridades de la Unión Europea aceptaron de buena gana las explicaciones que brindaron las autoridades por la reciente expropiación de las acciones que la Red Eléctrica de España (REE) tenía en la Transportadora de Electricidad; sin embargo, le han exigido a Bolivia que apruebe una ley específica sobre inversiones, porque sin seguridad, con este discurso y la inestabilidad política que siempre está presente en el paquete de riesgos bolivianos, muy pocos se atreverán a venir al país.

Hay otros factores que conspiran contra Bolivia además de la dualidad y la falta de normas que estimulen las inversiones. Países de la región como Perú, Brasil y Colombia están haciendo las cosas demasiado bien, hecho que los convierte en un imán de los capitales que se invierten en el rubro de los hidrocarburos. En Perú, las inversiones en el área energética han pasado de los 278 millones a más de cinco mil millones de dólares en el 2011, mientras que en territorio brasileño se destinarán 224 billones de dólares en el área productiva de Presal.

En el continente se está viviendo un período previo al rebalanceo de la oferta energética, proceso estimulado por los recientes hallazgos de gas no convencional que podría modificar sustancialmente el mapa gasífero del Cono Sur, donde Bolivia debe volver a ocupar el lugar estratégico que tenía antes de la nacionalización. De no superar la crisis actual, que pone en aprietos al país incluso para cubrir la demanda interna, el país quedará rezagado y con dificultades para darle continuidad al contrato de exportación al Brasil más allá del 2019. De hecho, cuando se cumpla este plazo y en caso de que se ratifique el contrato, será difícil que el Gobierno boliviano pueda conseguir precios tan favorables como los actuales. Eso implica necesariamente tener que ampliar los mercados  para mantener el mismo nivel de ingresos. Y eso solo se puede conseguir con inversiones, no con foros en los que se repiten arengas políticas que no le hacen nada bien a la economía y particularmente a la industria gasífera.

Fuego cruzado

La ministra de Transparencia y lucha contra la Corrupción, Nardi Suxo, ha señalado al comandante nacional de la Policía, Jorge Santiesteban, como el responsable de amenazas hacia ella y su familia, en represalia–según manifiesta-por la investigación del ingreso irregular de 54 cadetes a la Universidad Policial (Unipol) que involucra al uniformado de alta graduación. Por otra parte, Santisteban es también el blanco de sospechas de legisladores de la oposición, quienes denuncian que el Gobierno lo encubre, porque se trata de un oficial que fue pieza clave del “caso terrorismo”. Santiesteban comandó el operativo que terminó con el ajusticiamiento de Eduardo Rózsa Flores y dos ciudadanos extranjeros en el hotel Las Américas, el 16 de abril de 2009 y que dio origen a la mayor cacería política de los últimos tiempos en el país. Recientemente el excomandante de la Policía y actual viceministro de seguridad ciudadana, Miguel Vásquez, denunció que dentro de la institución del ¿orden?, existe una mafia que ya intentó asesinarlo para no siga denunciando actos de corrupción. En este fuego cruzado, todos parecen tener algo de razón. Es cuestión de armar el rompecabezas.

viernes, 18 de mayo de 2012

Las redes sociales

Ha causado mucho revuelo la idea de aplicar controles a las redes sociales, al constatarse que sitios como el Facebook o Twitter, son usados para insultar o publicar contenidos racistas. Justo ayer se conoció de una sanción judicial a una joven tuitera brasileña que usaba su cuenta para difundir ideas xenófobas. Esa es una prueba de que es posible normar sin censurar ni violentar la libertad de expresión, como se intenta hacer en Bolivia. Este tipo de reacciones no son privativas del régimen político boliviano. En Inglaterra surgió un amplio debate sobre la necesidad de aplicar algunas restricciones a las redes sociales luego de que se desatara la ira popular, los saqueos y el vandalismo, una reacción que surgió del movimiento de los “indignados” cuya fórmula de comunicación y organización se forjó en las redes sociales. La conclusión a la que llegaron los ingleses es que resulta prácticamente imposible contener a la multitud que hoy interactúa en la “nube”, pero sí es posible influir en ella para que el resultado no sea el caos y la anarquía. Hasta ahora; sin embargo, el balance es positivo. Fueron las redes sociales las que obligaron al rey de España a pedir perdón por la cacería de elefantes y ellas también fueron las grandes artífices de la finalización de una dictadura de 29 años en Egipto.

La democracia necesita otro pacto

De manera muy prematura y aunque muchos traten de negarlo, ya se vive un clima preelectoral en Bolivia, con miras a las elecciones del 2014. Con más de dos años de anticipación se comienza a hablar de alianzas, aparecen encuestas y de manera muy visible, los líderes políticos, tanto del oficialismo como de la oposición realizan algunos contactos que anticipan un escenario muy diferente al que hemos estado presenciando en los procesos electorales vividos desde el 2005.

Pese al inmenso poder acumulado por el oficialismo en los seis años de administración estatal, ha vuelto nuevamente el desafío de enfrentar la gobernabilidad de Bolivia y todo indica que el desgaste acelerado, obligará a sus líderes a buscar nuevas alianzas políticas en vista del deterioro observado en la relación con los movimientos sociales que le sirvieron de base social para mantenerse con bastante holgura en el poder.

La oposición, por su parte, se encuentra nuevamente frente al reto de buscar la unidad en medio de un cuadro lamentable de desintegración, producto del fuerte hostigamiento oficialista que no sólo aniquiló el proceso autonómico que le servía de bandera, sino que ha provocado una diáspora descomunal.

Las líneas disidentes tuvieron ya una experiencia exitosa en la elección del alcalde de Sucre hace unos meses y lo lógico sería que intenten repetir la fórmula cuando se produzca la elección del nuevo gobernador del Beni luego de la renuncia de Ernesto Suárez. En caso de producirse la dimisión Mario Cossío, en Tarija, no hay duda que estaríamos frente a un excelente ensayo preelectoral que nos daría una pauta de lo que puede suceder el 2014.

La oposición, desde el desbande y la falta de un discurso coherente y el oficialismo, desde el agotamiento de sus propuestas y sin posibilidades ya de volver a encantar al electorado, no tienen más opción que volver a buscar los pactos que permitieron recuperar la democracia y mantener cierto nivel de estabilidad durante casi 20 años. El objetivo sigue siendo el mismo, construir un Estado, edificar un país viable y darle a la población una dosis de paz social que permita trabajar y buscar la prosperidad colectiva.

Durante dos décadas, las fuerzas políticas y sociales del país construyeron una democracia pactada que se deterioró por diversos factores, pero pese a todo, hoy podemos concluir sin temor a equivocarnos, que siempre es mejor buscar el entendimiento y tratar de conducir el país en el marco de la concertación que intentar amalgamar una hegemonía basada en la imposición. De cualquier forma, se ha visto que este último intento ha fallado, con el agravante del deterioro de la justicia y el estado de derecho.

La sociedad boliviana se ha equivocado muchas veces, pero nunca ha sido proclive a la instalación en el país de una autocracia y menos una que busque la perpetuación. El reto es pactar de nuevo, reconducir la democracia, establecer las bases de un entendimiento. Estamos en condiciones de admitir que Bolivia lo ha intentado todo, que ha probado distintos sistemas y alternativas políticas posibles y que la única manera de seguir construyendo es a través del diálogo, la concertación y el respeto a la libertad y el pluralismo.

jueves, 17 de mayo de 2012

La dictadura que nos espera

Mi amigo Osvaldo, gran conocedor y relator de todo lo que sucede en la Chiquitania, me hablaba el otro día del gran poder que han ganado los brujos. Me decía que en los pueblos, los chamanes, curanderos y adivinos tienen gran aceptación entre la gente, ante la incertidumbre que genera la excesiva conflictividad social y los enfrentamientos.

Osvaldo teme que dentro de 20 años ellos sean quienes tomen el Gobierno. Aunque no creo en los brujos, me pareció chistoso que estos charlatanes sean los beneficiados del gran trabajo que han realizado los aspirantes a dioses que nos han estado gobernando los últimos seis años y que hoy están muy cuestionados.

Afortunadamente los brujos nunca van a gobernar y la gente volverá a aferrarse a su fe, a sus valores y a sus tradiciones cuando pase el vendaval. Yo sí creo que dentro de unos años habrá una dictadura muy fuerte que dominará el mundo. Sus leyes se impondrán en todos los países, los Estados se dedicarán casi exclusivamente a atender las demandas de este nuevo dictador, implacable, vengativo y extremadamente rígido.

No sabemos cuánto va a durar esta dictadura y tampoco existe la seguridad de que vamos a salir vivos. Pese a todo, el nuevo imperio será muy sabio y sus leyes estarán dirigidas hacia la búsqueda de un nuevo equilibrio en el planeta, que ha sido atacado durante siglos por millones de dictadorcillos que están por ocasionar un colapso mundial. Por si todavía no sabe el nombre del futuro tirano, en realidad es “ella” y se llama Naturaleza, que ya comienza a pasarle la factura a una humanidad que ha manejado irresponsablemente sus frutos y que ha intentado con mucho ahínco, violentar sus leyes. Es posible que aún estemos a tiempo de amortizar las terribles consecuencias que nos esperan.

Justicia embudo

Ernesto Suárez, exgobernador del Beni, renunció al cargo porque no halló ni un solo espacio en la nueva justicia boliviana para reclamar sus derechos arrebatados ilegalmente por el régimen político en funciones. Suárez se cansó de peregrinar como lo hacen muchos opositores, para quienes el Poder Judicial es una suerte de muro infranqueable. Una diputada que fue víctima de espionaje, al mejor estilo de la KGB o de la Stasi, no tuvo eco en el Ministerio Público para sentar su denuncia, amparada por todas las leyes nacionales y la Constitución. Sin embargo, una querella en su contra interpuesta por el Ministerio de Gobierno por supuesta instigación a la sedición (léase apoyar la marcha del Tipnis) ya tiene un fiscal designado y el proceso está en curso. Algo similar les ocurre a los acusados por el denominado "caso terrorismo". Recientemente el diputado húngaro Gergely Gulyas, quien exige la libertad de su compatriota Elöd Tóásó quedó azorado por lo que ocurre en Bolivia. Antes de abandonar el país dijo que "Bolivia no respeta ni sus propias leyes" y al llegar a Budapest anunció que planteará ante la Unión Europea revisar la cooperación que suministra al Estado Plurinacional.

Elogio del atraso y la ignorancia

Martin Luther King desconfiaba de aquellos que eran capaces de ver virtud en la ignorancia. Veía mucha malicia en los que trataban de asociar la humildad con la falta de conocimientos, algo que ha sido utilizado con demasiada frecuencia por gobernantes que han terminado sacándole provecho a esa forma de razonar y a la idea de igualar hacia abajo.

En los años 40, cuando Juan Domingo Perón irrumpió en el escenario político argentino, se puso de moda la frase "alpargatas sí, universidades no" y el resultado de una política de semejantes características produjo una tremenda involución en un país que fue pionero en la educación en el mundo, que eliminó el analfabetismo mucho antes que Europa y que había conseguido organizar un sistema educativo más eficaz que el norteamericano, pese a que este había sido el modelo a seguir.

La educación jamás ha sido un factor de atraso de los pueblos, sino todo lo contrario. En las familias chinas, los miembros menos aventajados suelen trabajar duro para conseguir que al menos uno de los hijos pueda estudiar  y superarse para que después sea capaz de ayudar al resto del clan. Muchos pueblos hacen lo mismo, confiados en que los "hijos predilectos" devolverán con creces las ventajas recibidas. En casi todos los casos sucede así, aunque nunca faltan los malagradecidos. Lo más común, sin embargo, es que los profetas se vean obligados a buscar otras tierras para predicar su verdad.

En este momento, en Estados Unidos existe un fuerte debate sobre las razones que han llevado a la potencia mundial a perder importantes espacios a nivel  internacional y no dudan en señalar que ha sido el descuido en la educación y especialmente en la investigación científica el que menguó el poderío norteamericano. Durante las últimas décadas, los estadounidenses redujeron fuertemente el presupuesto de la NASA, lo que frenó en parte la carrera espacial, responsable de los grandes inventos modernos, el origen de los nuevos materiales y descubrimientos en diferentes campos que van desde la industria, la salud, la tecnología hasta la alimentación.

Afortunadamente se han dado cuenta a tiempo y de a poco están restableciendo los presupuestos históricos que les asegure la vanguardia en innovación científica y tecnológica, bases de la estructura económica.

Elogiar el atraso, jactarse de ser feliz por no estudiar, lanzar críticas hacia las nuevas tecnologías de la información y la comunicación frente a un auditorio empobrecido que necesita precisamente superar el abismo que produce la falta de conocimientos, no pueden ser tomados como una buena señal y menos una ocurrencia inocente.

Gracias a las nuevas tecnologías, las redes sociales y las facilidades que existen hoy para acceder a la información el mundo se ha vuelto plano; las distancias entre los "grandes" y los "pequeños" tienden a acortarse y hoy más que nunca los niños de Achacachi, de San Matías o de Yacuiba pueden tener las mismas posibilidades que sus pares de Nueva York o Ámsterdam de acceder al pleno de la cultura y el conocimiento universales. Por eso es que en este momento, elogiar el atraso, la desinformación y la ignorancia es un pecado que no se puede tolerar.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Alambrar el cielo

Cuenta una leyenda de un hombre tan rico y poderoso, que en su ambición se propuso adueñarse también de las estrellas, porque se sentía con el derecho y la habilidad para poseerlas sólo para él. En el fondo sentía celos y su intención era que ninguna brillara más que él. Una mañana, después de tanto cavilar, se propuso alambrar el cielo para rodear a las estrellas con alambre de púa para que nadie más pueda tener contacto con ellas. Se pasó el resto de su vida y perdió toda su fortuna intentando acumular la mayor cantidad de alambre y postes para lograr su objetivo, mientras las estrellas seguían brillando como nunca. Esta historia les viene como anillo al dedo a quienes han lanzado la “brillante” idea de controlar el acceso y la libertad de expresión que se ejerce en las redes sociales en Bolivia y en todo el mundo. Además de mantener al país a paso de tortuga, con el Internet más lento y caro del mundo, es muy poco lo que se puede hacer para controlar el medio más eficaz que ha inventado la humanidad para comunicarse. Lo pueden atestiguar regímenes autoritarios que llevan mucho más tiempo en estas lides, como China y Cuba. Alambrar el cielo no sólo es imposible, es absurdo y descabellado.

Dolorosa realidad

La noticia de una niña de 12 años que dio a luz por segunda vez en la maternidad Percy Boland no tuvo mayor resonancia en medio de la estridencia del conflicto de los médicos y trabajadores de salud.

La chica, oriunda del municipio de Cabezas, fue sometida a una cesárea dos años después de su primer alumbramiento. Las autoridades relacionadas con la niñez investigan un tenebroso caso de prostitución y abuso alrededor de esta desdichada criatura, cuya historia lamentablemente no es un caso aislado.

En el último año, más de tres mil adolescentes han dado a luz en el hospital maternológico cruceño y casi un centenar de ellas no pasaban de los trece años. En la gran mayoría de los casos se trata de abuso sexual, un delito penado con hasta 25 años de cárcel y que debería ser investigado de oficio por el Ministerio Público; sin embargo, en muy pocas ocasiones los culpables son sancionados, ya que sea porque llegan a un arreglo con los familiares de las víctimas o porque el violador es pariente cercano de la menor abusada, cuya existencia quedará marcada para siempre por una gran herida abierta a causa de la impunidad y la falta de atención a su drama.

Según datos difundidos recientemente, los embarazos de chicas de 10 a 19 años de edad han ido en aumento en Santa Cruz. Han pasado de 14 mil casos en el 2004, a 27 mil en el 2009, mientras que en el 2010 se registraron 35.281 casos en todo el departamento. En lo que va del 2012 ya suman 16 mil las adolescentes abusadas que terminan embarazadas.

Bolivia tiene uno de los más altos índices de embarazos en adolescentes en América Latina. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el 25 por ciento de los embarazos en el país corresponden a chicas de entre 12 y 18 años de edad, cifra que en el 2008 estaba en el 18 por ciento. El promedio a nivel continental no sobrepasa el 15 por ciento, aunque preocupa el incremento de este fenómeno en casi todos los países, donde al igual que en el país, existe una combinación nefasta de falta de educación, marginalidad, hacinamiento e impunidad, pues casi siempre hay abuso de por medio.

Las consecuencias que este problema acarrea son más graves de lo que se piensa. Estamos hablando de que un 40 por ciento de los alumbramientos en Santa Cruz corresponden a adolescentes, muchas de las cuales enfrentan dificultades para criar a sus hijos. Detrás de los dramas sociales que vemos en las calles, como la drogadicción, la criminalidad y el abandono está precisamente esta realidad de hogares destruidos, madres solas, cuya descendencia está prácticamente condenada a repetir las tragedias.

El abuso, la explotación infantil, la prostitución de menores, son realidades lacerantes que merecen una mayor atención de las instituciones gubernamentales, de las instancias que tienen que ver con la justicia, la educación y la protección de la familia.

El Estado no está haciendo lo suficiente por los problemas sociales. Las evidencias gritan con este tipo de dramas humanos. No es suficiente con entregar bonos, con inaugurar obras y estrenar edificios.

Hace falta que todos los estamentos del Gobierno, ya sea en los niveles central, departamental o municipal, se humanicen y tomen contacto con las realidades que están lastimando a la gente.

martes, 15 de mayo de 2012

Álvaro Uribe habla fuerte

El expresidente colombiano, Álvaro Uribe, se ha convertido en una pieza clave del clima electoral que ya se vive en Venezuela, con miras a las elecciones que se celebrarán en octubre. Uribe acaba de descargar denuncias de grueso calibre contra el presidente venezolano, Hugo Chávez, a quien acusa de haber convertido a su país en un paraíso del narcotráfico.

A través de su cuenta de Twitter, el líder liberal, señaló que en Venezuela los asesinatos han subido de cuatro mil a 19 mil como consecuencia del aumento del narcotráfico, actividad que también ha alentado la “industria” del secuestro, con 1.179 casos en el 2010, más de 19 veces que el número registrado el año 2002. Uribe acusó a su excolega de manipular la justicia y dar refugio a terroristas vinculados al tráfico de drogas. Todo indica que el exjefe del estado colombiano seguirá en su afán de denunciar casos de esta naturaleza y que no se limitará sólo a Venezuela.

Recientemente se sumó a denuncias que hizo una diputada nacional, sobre la supuesta existencia de bases militares venezolanas en territorio boliviano. Lo de Uribe puede estar señalando un gran giro en la política internacional, tomando en cuenta que su nombre suena para ser el sucesor de Miguel Insulza en la OEA.

Una salida para los conflictos

Pese a que los conflictos sociales parecen tener el mismo talante de siempre, aunque cada vez más numerosos y violentos, existen algunas características nuevas que es necesario destacar. Empezaremos hablando por el paro de los transportistas de La Paz, que durante dos días se ensañó contra la sede de Gobierno, con bloqueos y agresiones hacia la ciudadanía, en protesta por la puesta en vigencia de una ley que intenta ponerle freno al caos y la tiranía de los choferes, acostumbrados a imponerle sus mañas a las ciudades y a los usuarios.

Con la complicidad de las autoridades policiales y gubernamentales, los transportistas hicieron de las suyas durante dos días en La Paz. La gente tuvo que hacer peripecias para sortear los bloqueos y el acecho de conductores ebrios apostados en las esquinas para hacer prevalecer su prepotencia. Los vecinos paceños, curtidos como nadie en esto de lidiar con la agitación, las marchas y los conflictos más hostiles, sacaron a relucir por primera vez su indignación, contra quienes supuestamente están llamados a prestar un servicio respetuoso, pero que generalmente hacen todo lo contrario.

Justo cuando  muchos ciudadanos paceños estaban organizándose para repeler otro día de castigo de los choferes, se instaló el diálogo, tras el que surgió el acuerdo que permitirá abrir el camino al ordenamiento del transporte público en La Paz y posiblemente en todo el país, si es que los municipios, los ciudadanos y autoridades de todo nivel deciden emular la valentía de los paceños, la prevalencia de las normas y la fortaleza institucional que mantuvo la alcaldía paceña, abierta al diálogo con los transportistas sin que ello implique negociar los principios de la ley del transporte que impulsará una verdadera revolución en este ámbito.

No cabe duda que este episodio rompe por completo la tendencia generalizada que está conduciendo al país por las sendas de la anomia, la ilegalidad y la informalidad. Muestra que la ciudadanía quiere leyes y acepta una autoridad que establezca el orden y la concordia entre los distintos sectores, no la polarización que disgrega y descompone la sociedad.

Este conflicto ha demostrado un fenómeno que ha estado prácticamente ausente en el país, sobre todo en la última década y es el protagonismo de la clase media. No hay duda que tanto la protesta de los indígenas del Tipnis, que plantea un asunto principista, como la prolongada huelga de los médicos y trabajadores de salud, han acicateado este despertar de estamentos que han estado adormecidos contemplando el protagonismo de sectores que tradicionalmente han sido los gestores de los cambios y de las propuestas que tienen como finalidad fundamental la toma del poder para lograr una mejor tajada de los recursos del rentismo estatal.

En este clima tan confuso se ha producido una suerte de alianza entre la Central Obrera Boliviana (COB) y sectores que jamás han estado a su lado en las protestas y reivindicaciones, coalición que el Gobierno ha denominado como contraria a la historia nacional, pero que de cualquier forma resulta enriquecedora, porque muestra no sólo unidad y cohesión, sino también la necesidad de marcar un rumbo que evite la desintegración social.

Se trata de un fenómeno que muestra cómo, intuitivamente, la sociedad suele buscar mecanismos naturales de protección que evitan dar el paso final hacia el abismo. En el caso boliviano, otra vez señala la ausencia de Estado, mientras la ciudadanía es la que señala la ruta que es necesario seguir.

lunes, 14 de mayo de 2012

Negocio redondo

“Gas para los Bolivianos” es el eslogan más repetido y el que más adeptos ganó en los años previos a las elecciones del 2005. La recuperación de los recursos naturales y la promesa de industrializarlos para generar más riqueza y empleos ilusionó a muchos ciudadanos que se volcaron a las calles y luego a las urnas para apoyar el proyecto. Seis años después vale la pena hacer un balance, justo cuando la empresa que se hizo cargo de los yacimientos del Mutún, comienza a hacer las valijas de retorno a la India, porque la falta de gas, entre otras dificultades, conspiraron contra la industrialización del hierro y el gran salto a la industria siderúrgica. Un reciente informe sobre el uso del Gas Natural Vehicular (GNV) ejemplifica mejor sobre el destino que al final tuvo ese gas por el que tanto se peleó en el 2003 y que cobró más de 60 vidas humanas. Mientras que el gas que le vende Bolivia a Brasil y Argentina alimenta 3.713 estaciones de servicio, en Bolivia solo hay 212 surtidores de gas. Gran parte de los automóviles en el país se mueven con gasolina y diesel importados de Venezuela, Chile o Argentina, con dinero del  gas que se exporta. No cabe que este no es un buen negocio, pero redondo sí es.

domingo, 13 de mayo de 2012

¿Prohibido progresar?

Los ejecutivos de un supermercado de Santa Cruz se vieron en
figurillas tratando de explicarles a los dirigentes de una asociación
de gremiales de la Villa Primero de Mayo, preocupados y a la vez
amenazantes por la posible pérdida de clientes ante la reciente inauguración
de una nueva sucursal del supermercado a cuatro cuadras de la plaza principal de
esa populosa zona. En lugar de estar festejando por semejante
inversión, la primera de su género en un barrio popular, los
comerciantes defienden su derecho a seguir lucrando con el desorden,
las malas condiciones higiénicas y la evasión impositiva. Es curioso
que adopten esta actitud, cuando sus colegas del Plan Tres Mil se
niegan a ocupar un moderno mercado recientemente construido por la
Alcaldía y prefieren continuar sus actividades en el tolderío sucio y
maloliente frente al hospital. De a poco los supermercados se han ido
expandiendo hacia las zonas periféricas de la ciudad, no sólo porque
llegan con buenas ofertas y excelentes condiciones para los clientes,
sino porque los mercados populares no son capaces de evolucionar.
Basta observar lo que ocurre con el Mercado Nuevo. Todo ha quedado muy
lindo y flamante, pero los comerciantes lamentablemente no abandonan
el modelo precario y antihigiénico que los caracteriza.

El Mutún y la historia de Bolivia

Uno de los diez hombres más ricos del mundo, Eike Batista, puso sus ojos en el Mutún mucho antes de que se mencionara el nombre de la empresa Jindal. Cuando llegó al poder, lo primero que hizo el Gobierno de Evo Morales fue sacar a empellones a la compañía de Batista, la EBX, por un supuesto error burocrático sin mayor importancia, que pudo haber sido subsanado, de haber existido una real voluntad de echar a andar este proyecto, el mayor emprendimiento industrial de la historia de Bolivia y que colocaría al país en las grandes ligas de la siderurgia.

Es inútil dar y cavar en los pormenores que han rodeado a la historia reciente del Mutún, con la Jindal, la falta de gas, los contratos, las denuncias, las boletas de garantía y la entrega de terrenos, aspectos calificados como minucias por expertos, cuando lo importante es analizar por qué el Estado Central con base en la plaza Murillo (el de hoy y el de siempre), se ha empeñado en ponerle palos a la rueda a este proyecto, un gigante dormido que tal vez tarde mucho en despertar porque así le conviene al modelo político, económico y estatal diseñado para Bolivia desde la colonia y que no ha sido modificado pese a tanta machacona con el “cambio”.

Conviene reflexionar qué pasaría en Bolivia si se produjera la necesaria y definitiva voluntad política para poner en funcionamiento a toda su plenitud el proyecto del Mutún. Estamos hablando de una inversión multimillonaria que se concentraría en la zona fronteriza con Brasil, donde se formaría un polo de desarrollo nunca visto en el país, lo que supone, por supuesto, inversiones en infraestructura, una inmensa movilización poblacional y el surgimiento de una nueva locomotora económica para el país dentro de Santa Cruz, que desde ya es el principal actor en este campo en el país.

Desde el punto de vista geopolítico, se produciría un movimiento muy significativo favorable hacia el oriente boliviano, que vendría a cuestionar el modelo de desarrollo andinocentrista enfocado hacia el Océano Pacífico. El Mutún está a orillas del río Paraguay y el desarrollo de la siderurgia empujaría al país hacia la hidrovía que nos conduce hacia el Atlántico. Aquello pone en aprietos a las élites paceñas que siempre han gobernado este país, cuyos intereses se encuentran en la vigencia de los puertos chilenos. No hay duda que el Mutún contribuiría a desarrollar el corredor de exportación y un puerto que colocaría en mejores condiciones al país para negociar con Chile, país urgido de conseguir una puerta más expedita hacia el Atlántico.

Con el Mutún, se consolidaría definitivamente la marcha hacia el oriente y el país comenzaría a construirse y definirse desde esta zona del país. Este proyecto es la gran salida al estado fracasado netamente extractivista que se forjó desde 1825 y que no consigue encontrar su horizonte de progreso. Este proyecto significaría el gran salto hacia la industrialización que, por supuesto, abriría las puertas hacia la diversificación. Con el Mutún toda el área de influencia, que abarca una inmensa extensión en la que intervienen varias regiones del hinterland sudamericano, bloqueado por la falta de acceso a los puertos y por el chantaje de organizaciones internacionales que se escudan en preceptos ambientalistas. No hay duda que el Mutún cambiaría la historia de Bolivia y para bien.

Lamentablemente hay muchos –y con mucho poder-, que todavía se niegan a que esto suceda.

Vida privada

A propósito de un evidente caso de espionaje que viola todas las normas y la Constitución, la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, ha dicho que los funcionarios públicos prácticamente no tienen vida privada, y que ésta se circunscribe -para ellos- a las cuatro paredes de su vivienda. Esta afirmación es inexacta y peligrosa, sobre todo para ella, que es funcionaria estatal. En primer lugar, niega la presunción de que todos somos iguales frente a la ley y segundo, le da vía libre a los periodistas y cualquier ciudadano interesado en difundir información, a interesarse por todos aquellos ámbitos de la vida de los personajes públicos que hasta el momento nunca han sido motivo de “interés público”. Si los periodistas le hacen caso a doña Amanda, desde ahora deberán tomar como “noticiable”, por  ejemplo, los hábitos nocturnos, los líos de faldas (y pantalones), las preferencias de consumo y muchas otras andanzas y opciones de nuestros gobernantes, que seguramente son controversiales y llenas de complicaciones como las de cualquier mortal. Seguramente la ministra tendrá que aclarar mejor el incidente para no desatar indeseables consecuencias.

viernes, 11 de mayo de 2012

Las mismas mañas

Los conflictos del país y la concentración de la opinión pública en los abusos que comete el Gobierno nacional no nos dejan ver lo que ocurre a nuestro alrededor y la conclusión es que a nivel local parecen estar reproduciéndose los mismos comportamientos, mañas y atropellos de los que tanto se quejan algunos dirigentes de nuestro “campanario”. El conductor del programa televisivo “Sin letra chica”, Carlos Valverde ha hecho pública una citación que le fue entregada para presentarse a declarar ante un módulo policial del Plan Tres Mil, para responder a una acusación de desacato, figura jurídica medieval usada con mucho espero por el régimen gobernante para ejecutar la persecución política que todos hemos estado presenciando en los últimos años. Valverde ha denunciado que la demanda en su contra viene de una funcionaria del Municipio de Santa Cruz y según afirma, “lo que buscan es hacerme dormir en el Plan el fin de semana que viene. Otra periodista cruceña también ha estado denunciando el acoso desde el interior de la Alcaldía, por haberse preguntado por el origen de la crisis que afecta al Gobierno Municipal.

Internet en Bolivia: 30 veces más lento; 50 veces más caro

El país con el servicio de internet más rápido del mundo es Corea del Sur. Un coreano común navega a una velocidad de 14,4 Megabytes por segundo, lo que equivale a casi 30 veces la velocidad media que consigue un internauta boliviano. Para hablar más gráficamente, si en Bolivia viajamos a 60 kilómetros por hora, en Corea lo hacen a 1.800 kilómetros por hora, lo que en este caso no representa ningún peligro, sino una ventaja abismal que es necesario acortar cuanto antes.

En Europa y Asia, las regiones que más se preocupan por este tema, la mayor lentitud que se puede conseguir es de 5,6 megabytes, que sigue siendo abrumadoramente superior al promedio boliviano, que es de 512 kilobytes, una medida que prácticamente no se usa en el mundo moderno y que es 11 veces más lenta que la cifra indicada arriba. En Bolivia, el servicio más lujoso que se puede conseguir apenas llega a un Megabyte y tres Megabytes cuando se trata de clientes corporativos, pero sus precios son exorbitantes.

En el país, el precio promedio de un Megabyte ronda los 300 dólares, mientras que el mismo servicio no llega a los 20 dólares en Panamá, el más barato de la región. Lo que se paga en Bolivia es más de cuatro veces superior al promedio de todo el continente que llega a los 72,8 dólares. Chile, por su parte, tiene el internet más rápido de la región, que es 12 veces más veloz que en Bolivia.

Esta inmensa brecha digital existente en Bolivia tiene serias implicancias en la educación, la comunicación y casi todos los ámbitos de la vida laboral y profesional. Internet ya no representa un servicio suntuario y tampoco es una extravagancia del mundo desarrollado. Se trata de una herramienta que ha penetrado todos los rincones de la realidad humana y constituye un indicador indiscutido del desarrollo de una nación.

Es paradójico que las naciones desarrolladas que integran el OCDE no sólo cuenten con el servicio de internet más rápido del mundo, sino también es el más barato, casi 12 veces inferior al promedio de América Latina y 50 veces por debajo de las tarifas que pagamos los bolivianos.

La penetración de internet también es otro desafío que es necesario superar. Con una cobertura que apenas alcanza al diez por ciento de la población, Bolivia ocupa el puesto 127 entre 142 países por el nivel del digitalización. Esto demuestra que a los abismos de la pobreza y la marginalidad ahora se suma la gran brecha digital que tiende al ensanchamiento y que se traduce en problemas de competitividad y atraso. Lo de Bolivia es muy patético, pues se mantiene muy lejos incluso de países de América Latina como Chile en el puesto 39, Uruguay (44), Panamá (57), Costa Rica (58) y Brasil (65).

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha expresado su preocupación acerca de este problema y ha hecho pública la necesidad de generar políticas que ayuden a achicar la brecha digital. Dice que la infraestructura de banda ancha, el uso y la adopción masiva de esta tecnología, tienen efectos positivos tanto en la integración regional como en el desarrollo económico y la inclusión social. El organismo considera que el desarrollo de la banda debe ser un eje básico de la integración regional.

jueves, 10 de mayo de 2012

Abran paso

En la avenida Banzer -cada vez más intransitable-, cuando aparece una ambulancia, es curioso ver cómo algunos taxistas y micreros se pegan detrás del vehículo para aprovechar el espacio y avanzar más rápido. El oportunismo es una conducta muy común en la gente de nuestro medio, pero lamentablemente no siempre los que abren paso son los más indicados. Lo más frecuente es que en lugar de ayudarnos a avanzar, “las ambulancias” bolivianas nos conduzcan a un bloqueo.

El vicepresidente García Linera acaba de convocar a la gente a romper la huelga de los médicos, que están por cumplir dos meses de paro. Si de la población dependiera, el hastío que siente ya la hubiera llevado a romper todos los bloqueos reales y mentales que nos tienen de rehenes en este país. 

Los catedráticos del bloqueo nos obligaron a soportar por meses la interrupción del tráfico en la carretera más importante del país. Ellos han sitiado ciudades, han cerrado puentes, han clausurado escuelas y hospitales y la gente nunca ha reaccionado como quisiera, porque intuitivamente sabe que el remedio sería peor que la enfermedad y que lo mejor es insistir en el trabajo diario, la educación y la disciplina de avanzar por más que el camino esté sembrado de piedras, barricadas y alambres de púa, como los que pusieron en San Ignacio de Moxos, a iniciativa de los que más saben de estas cosas.

El bloqueo ha sido la forma en que los gobernantes actuales han alcanzado el poder y precisamente ahora son víctimas de su propia “medicina”. Lo triste es que no pueden pensar en otra cosa más que no sea el bloqueo como antídoto de los graves conflictos, que sin duda alguna, ellos han ocasionado, no la gente, que viene soportando por décadas esta misma situación y que espera con ansias la llegada de una “ambulancia” que abra el paso.

Calles de la amargura

Los indígenas que defienden la integridad del TIPNIS fueron obligados a atravesar un callejón de insultos, rodeado de barricadas y alambres de púa a su paso por la ciudad de San Ignacio de Moxos, donde finalmente se cumplió aquella fábula tantas veces repetida de que los originarios -en el viejo estado colonial-, no podían pisar las plazas de los pueblos. Es curioso que semejante realidad se haya hecho carne en un período en el que supuestamente se rescata la dignidad de los nativos de esta tierra.

Los dirigentes de la CIDOB tuvieron que soportar en silencio la humillación, pero han advertido que ellos serán quienes van a señalar también el trazado de la carretera y que esperan ser respetados en su decisión.

Hace más de un mes que los médicos del país están en huelga y es lógico que la desesperación lleve al Gobierno a convocar a la gente a rebelarse contra una medida tan dura. Lo que no es coherente es que el Ministerio correspondiente, no mueva ni un dedo para evitar el abuso que han cometido los transportistas de todo el país, especialmente los paceños, que no solo han dejado a la población sin un servicio elemental, sino que han bloqueado las principales arterias de la sede gubernamental, han agredido a la gente y la han obligado a vivir un verdadero suplicio. Los colegios tuvieron que suspender las clases, la ciudadanía hacía hasta lo imposible para llegar hasta sus fuentes de empleo, todo en medio de ataques verbales y físicos de los choferes, que abogan por el desorden y la ausencia de control.

No hay miras de que las calles bolivianas vuelvan a la normalidad y que la gente deje de amargarse la vida para llegar al trabajo, a la escuela o al hospital. Se vienen tres días de movilizaciones de la Central Obrera Boliviana y el Gobierno pretende hacer lo suyo con una marcha de “autodefensa” en la que están involucrados varios movimientos sociales afines al oficialismo.  La consigna parece ser mantener al país bajo una eterna pulseada entre dos gigantes que se pelean por el poder y los ingresos económicos, mientras la ciudadanía que se las busca para sobrevivir como puede, paga los platos rotos. Por eso es que resulta incongruente hacer un llamado a la población a que se rebele. De ser así no habría quién trabaje para que otros peleen, entre ellos un Estado parasitario que siempre ha sido el botín político de un sector.

Y mientras el grueso de la gente vive estas penurias por la ausencia de Gobierno que busque la justicia y el orden, otros también viven “calles de la amargura” muy puntuales, como aquellos dos policías que ha sido secuestrados por comunarios potosinos que rechazan una concesión minera en la zona de Mallku Khota. Ante la amenaza de que puedan ser linchados como ocurrió en el año 2010 en Uncía y como acaba de suceder en el área de influencia de Yapacaní, con un ataque de “narcocomunarios”, más de 500 policías y el gobernador de Potosí en persona se han movilizado hacia el lugar del conflicto.

Lo más insólito de este país es que los senderos también se vuelvan tenebrosos para quienes insisten en producir, exportar y dar de comer a la población, como ocurre con los agricultores, agobiados por prohibiciones, tomas de tierra, inseguridad jurídica y un acecho gubernamental que no parece tener límites.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Europa y su laberinto

Europa se parece cada vez más a Latinoamérica, cuando lo normal era que los de este lado del charco siempre estemos mirando al Viejo Mundo para tratar de imitarlos, si no era para envidiarlos. La crisis económica ha puesto patas para arriba a todo un continente y no saben cómo salir del atolladero. En España, los socialistas tiraron la toalla porque sabían cómo enfrentar el riesgo de la quiebra, como sucedió con Grecia e Irlanda. La derecha española trata de remediar con recortes, despidos y cinturones apretados, algo que Sarkozy trataba de hacer en Francia con la gran ayuda de Alemania, el único país que parece estar con las cuentas bien hechas. Pero los franceses no quieren saber nada de recortes, todavía añoran el estado de bienestar de la vieja socialdemocracia que hace aguas por todos lados. Han aclamado al socialista, François Hollande nuevo presidente electo, quien le ha prometido a la población devolverle todos los privilegios, favores y ventajas que llevaron a los estados europeos al borde del desastre. Será interesante ver cuál de las dos, la derecha o el socialismo, salen airosos de esta crisis. En Grecia, más parecidos a nosotros todavía, han optado por la ultraderecha como receta para solucionar los problemas.

Los “amigos” y los “enemigos” del capital

Bolivia se ha consolidado como uno de los países menos atractivos del continente para las inversiones extranjeras y con las últimas noticias, la situación podría empeorar. Mientras tanto, América Latina se convierte en un espacio privilegiado para los capitales externos, sobre todo de Europa, Estados Unidos y Japón, los principales interesados en el auge continental, que se produce en un contexto de incertidumbre de los mercados globales, especialmente los europeos y norteamericanos.

En la última década, los regímenes políticos populistas del continente se han encargado de satanizar los capitales extranjeros y tal vez ahora que se alcanzan cifras récords, superiores a los 154 mil millones de dólares (datos de la Cepal del 2011), conviene hacer un balance que indique cómo les ha ido a los dos grupos de países, los que atraen y los que repelen a los capitales.

En el primer grupo se encuentran Brasil, México, Chile, Colombia y Perú, que en total han recibido 124 mil millones de dólares en la gestión pasada, es decir, más del 80 por ciento de la inversión extranjera directa, mientras que el 20 por ciento lo han captado Argentina, Venezuela y Uruguay, entre los más significativos de este segundo conjunto de naciones. El grupo del ALBA, más precisamente, sólo ha recibido el 4,3 por ciento de inversión. Cuba y Nicaragua no aparecen en las estadísticas por la insignificancia de los números.

Una simple mirada nos ayuda a comprender que en la primera lista se encuentran precisamente los países que han logrado escalar posiciones en el mapa social del continente con adecuadas políticas de lucha contra la pobreza y la desigualdad. Estas naciones han sabido aprovechar el periodo de auge de los precios de las materias primas, a través de la incorporación de capitales que coadyuvan en la diversificación de la economía, la creación de empleos y el fomento de la competitividad, con tecnología y cualificación del trabajo. Las economías que más captan inversiones son las más productivas, las que más crecen y las que están en mejores condiciones de afrontar situaciones adversas, como una caída en el precio de los productos primarios, que en el caso boliviano han ocasionado mayor dependencia y fragilidad.

Si bien es cierto que muchas de las inversiones se dirigen hacia los sectores de la energía y la producción de materias primas, caso del 57 por ciento de los capitales que llegan a América del Sur (sin Brasil), de a poco se está produciendo un fenómeno inverso en algunos países como Brasil donde el 46 por ciento de las inversiones son destinadas a las manufacturas y el 44 por ciento a los servicios, en tanto que menos de 10 por ciento son dirigidas hacia los recursos naturales. En México, América Central y el Caribe, este proceso ha sido consolidado con más el 53 por ciento en servicios, 40 por ciento en manufacturas y 8 por ciento en recursos naturales.

Pero no todo es negativo para el segundo grupo. Al parecer, los países “enemigos” de la inversión, han comenzado a darse cuenta de su error. Venezuela, por ejemplo, ha aumentado en un 339 por ciento la inversión extranjera, Ecuador en un 107 por ciento y Nicaragua en un 91 por ciento. Bolivia recién empieza a despertar y ya arrojó un incremento del 28 por ciento el 2011.