miércoles, 25 de mayo de 2011

Compañero juez


Los cocaleros saben mejor que nadie para qué cuernos sirve el poder. No por nada, ha sido el único sindicato boliviano en poner a uno de sus miembros en el Palacio Quemado y obviamente, ahora van por más. Asterio Romero, dirigente de los productores de coca del Chapare, donde el 90 por ciento de la cosecha se destina al narcotráfico, ha anunciado que su sector presentará sus propios candidatos a la elección de autoridades del Órgano Judicial. He ahí la respuesta ideal para eliminar la superpoblación carcelaria de Bolivia, donde más de la mitad de los presos han cometido delitos relacionados con la producción y tráfico de sustancias controladas. Los ayllus potosinos, cuya versatilidad política y económica se ha vuelto proverbial, también podrían postular algunos candidatos a jueces y magistrados, de esa forma no se van a complicar tanto cuando se produzca el linchamiento de algún policía o cuando decidan declararse protectores del contrabando. Hay tantos sectores ilegales e informales que necesitan representación en la justicia, que no alcanzarán los abogados para “legalizar” lo que hacen los “agentes del cambio”.

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