lunes, 23 de mayo de 2011

Impostura regional


Algunos inocentes creen que el jueves pasado se produjo la
capitulación de la dirigencia “opositora” de Santa Cruz, con la
posesión de la asambleísta de la etnia yuracaré-mojeña inventada por
el Estado Plurinacional. Ese fue apenas uno de los tantos remezones
que se han producido luego de la rendición voluntaria e inexplicada
hasta el día de hoy, que protagonizaron el actual gobernador de Santa
Cruz Rubén Costas y su colega beniano, Ernesto Suárez, quienes
rompieron la unidad del Conalde y decidieron aceptar la convocatoria
ilegal y amañada del referéndum revocatorio del 2008.

Lo ocurrido hace unos días en la Asamblea Departamental de Santa Cruz,
aunque parezca increíble, fue apenas el resultado de una puja por
pegas en la que resultaron vencedoras unas ratas que abandonan un
barco que comenzó a hundirse hace mucho tiempo y que, obviamente serán
ellas precisamente, las aliadas de los futuros inquilinos del inmueble
de la avenida Omar Chávez. Lo del jueves ha sido el ingreso triunfal
del MAS a aquel edificio y lo ha hecho a su estilo, con una grosera
imposición y burlándose de todos con un truco folclórico, cuya
finalidad es ofender y humillar a la ciudadanía, que todavía creía en
los discursos trillados y las poses desafiantes de los que hace mucho
entregaron los sables.

Lo único que ganaron Rubén Costas y Ernesto Suárez con aquella actitud
fue figurar de últimos en la lista del patíbulo autoritario del MAS.
Ellos deberían saber y tal vez Leopoldo Fernández pueda contarles, que
hay cosas peores que la cárcel. La prueba es Pando, convertido en una
plataforma de exportación de cocaína hacia el Caribe; en el canchón de
unos aventureros que cometen abusos indecibles con la gente sencilla y
humilde de esa alejada región. Todo lo que ha ocurrido después de esa
famosa conferencia de prensa que dejó atónitos a los bolivianos que
creían que había una forma de salvar a la democracia, ha sido el
resultado de una única rendición, que la abrió el ex presidente Jorge
Quiroga y la sellaron dos prefectos que hasta ese día eran los
abanderados de la autonomía y de la defensa del estado de derecho.

La toma de Pando, el exilio de miles de ciudadanos, el encarcelamiento
de cientos de opositores, el derrocamiento de decenas de alcaldes, la
persecución de empresarios, dirigentes cívicos y ahora jueces, la
destitución del gobernador de Tarija y por supuesto, la posesión de
una impostora en la Asamblea de Santa Cruz, el pie de toque del último
gran golpe, son consecuencia de un acto que tiene pendiente un juicio
político. Lo mismo podría decirse de las secuelas que aún les espera a
los habitantes de esta región, cuyos medios de vida y de producción
están amenazados.

El MAS no viene sólo a romper un pacto político y a repartirse las
pegas de la Gobernación. Su intención es destruir el hábitat de esta
región, despojarla de su patrimonio para entregarla a esa nueva élite
de cocaleros y traficantes de tierras y por supuesto, desbaratar por
completo el tejido social que permitió el establecimiento de un pacto
y unos consensos que dieron como resultado un modelo exitoso,
sostenible y con un inmenso potencial. ¿Quién va a responder por esto?

A medida que se van multiplicando las señales de sumisión, la
ciudadanía que le confió el voto a los que prometieron defender la
democracia, se va dando cuenta que lo que hay en realidad es una
impostura disfrazada de oposición en el departamento. Los verdaderos
opositores están presos o en el exilio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario