martes, 31 de mayo de 2011

El que gobierna, viaja

Durante los últimos meses se ha estado comentando sobre la inusitada pérdida de interés del presidente Morales por los viajes. Apenas dos vuelos al exterior desde diciembre del año pasado, es decir, desde que fue detenido en Panamá el ex jefe antidrogas de Bolivia, René Sanabria. Desde hace tiempo también se comenta con mucho más insistencia que quien en verdad maneja los hilos del Gobierno boliviano es el vicepresidente Álvaro García Linera, a quien se le atribuyó la responsabilidad por el “gasolinazo” y quien ha diseñado todo el plan político-jurídico de la elección de las autoridades del Órgano Judicial, que incluye, por supuesto, el desplazamiento de la Policía en el control del servicio de Identificación. García Linera es también el que hace los viajes. Acaba de llegar de Argentina, donde se entrevistó con la presidenta Cristina Fernández y en este momento ya está en Madrid, España, donde ha sido invitado por una universidad para hablar sobre la realidad nacional. Está prevista también una entrevista con el vicepresidente tercero del gobierno español, Manuel Chaves, y con el líder del Partido Socialista. La única ventaja es que el nuevo viajero no confundirá el Reino de España con una república y tampoco dirá que los aymaras lucharon contra el Imperio Romano.

Gobierno "chuto"


En Bolivia vivimos inventando palabras para disfrazar la ilegalidad. “Coca excedentaria”  le decimos a la coca que es usada para fabricar cocaína y que ha sido durante los últimos 30 años el caldo de cultivo del movimiento político que hoy nos gobierna a todos. “Chutos” son los autos de contrabando, cuyos propietarios han sobornado vigilantes fronterizos, han falsificado placas, han comprado las conciencias de dirigentes campesinos y líderes de ayllus que confiesan sin ambages que son protectores del “contrabando”, actividad que fue calificada por un ex ministro de Educación (de este Gobierno, por supuesto), como un medio de supervivencia habitual de numerosas comunidades rurales, que hoy combinan este rubro con el tráfico de drogas, pues son complementarios.

¿Hace cuántos años que se declaró ilegal a la internación y comercio de ropa usada en el país? ¿Cuántas hectáreas por encima de las que mencionan las leyes hay sembradas en Bolivia? ¿Qué se hace para incorporar a la legalidad al 70 por ciento de las actividades económicas que no pagan impuestos, que no cumplen con los requisitos de sanidad ni ninguna otra norma de comercio o de seguridad, que violan leyes laborales, ordenanzas municipales y hasta penales.

El presidente Morales dice odiar la burocracia y es cada vez más notorio el desprecio que siente por las leyes. Lo dice abiertamente y lo practica con regularidad. No se entiende entonces, que casi al mismo tiempo que la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobaba la amnistía para decenas de miles (no se sabe cuántos son) de autos ilegales, el Órgano Ejecutivo lanzaba el Decreto Supremo 772 que establece nuevas restricciones a las exportaciones legales y que provocó un cuello de botella en las fronteras, obligando a retornar a muchos camiones cargados. Ni siquiera el personal de la Aduana, institución que se quejó por el “perdonazo” a los “autos chutos”, podía entender las recientes determinaciones, que agravan aún más la inseguridad jurídica y ahuyentan las inversiones legales.

Durante varias semanas previas, el anuncio de la amnistía de los “autos chutos” estuvo en boca de varios senadores que combinan sus actividades legislativas con ciertos negocios informales, mientras autoridades del área económica hacían intentos por minimizar la medida y en otros casos expresaban cierto rechazo. Esa fue la forma del Estado Plurinacional de lanzar la advertencia a los contrabandistas de que estaba por abrirse la tranquera de la ilegalidad y en consecuencia, dar el banderazo para que puedan cruzar la frontera con su mercadería.

Los que critican la falta de coherencia de un Gobierno que puso en la categoría de “delito penal” al contrabando y que supuestamente le declaró la guerra a los contrabandistas, olvidan considerar que el origen y la razón de ser de este régimen es la ilegalidad y que mientras permanezca en el poder no hará otra cosa más que consolidar este sistema de cosas.  La lucha contra la corrupción, las leyes y los decretos que restringen ciertas actividades, son meros instrumentos destinados a destruir a los enemigos, cuya lista se ha extendido a todo aquel que insista en respetar las leyes y conducirse por el sendero de la formalidad. El instinto de supervivencia indica que el mejor camino es obviamente el que está marcando el Gobierno “chuto”. Así lo van a asimilar muchos bolivianos que hasta ayer creían que era posible evitar este descalabro.

lunes, 30 de mayo de 2011

La farsa y la realidad

Lo mismo que igual. Fue simplemente una farsa la promesa de hacer cambios sustanciales a la Ley del Régimen Electoral en lo relativo a la libertad de expresión. Se mantienen las restricciones al derecho a la información y lo que es peor, se institucionaliza la censura previa en Bolivia, ya que los periodistas que pretendan entrevistar a los candidatos a ocupar cargos en el Órgano Judicial, deberán mandar antes su cuestionario para que algún funcionario del Tribunal Supremo Electoral, es decir, del régimen, lo tachonee a su antojo. Los operadores del Gobierno del MAS le han agarrado terror a la prensa, porque están convencidos que la comunicación libre tiene más poder del que realmente tiene. Ellos creen, por ejemplo, que los medios poseen la capacidad de hacer quedar de burros a los que son inteligentes y viceversa. No quieren sobreexponer a “sus” candidatos a jueces y magistrados, porque tienen miedo a esas distorsiones, como si la gente fuera tonta y no pudiera darse cuenta con una simple entrevista, quién es quién y para quién juega. De la misma forma están convencidos que la propaganda tiene la virtud de reemplazar a la realidad. Y así están gobernando, a puro spots, jingles y transmisiones en vivo.

domingo, 29 de mayo de 2011

De trancas y bloqueadores


Lo que ocurre con el bloqueo en la frontera con Perú, donde están con ganas de empatar el récord de un mes de Evo Morales, debería servir para que el Presidente le ponga freno a las rabietas que están comenzando a encrespar a los chilenos. En la región de Puno, alrededor de 15 mil aymaras han puesto de cabeza a todo el sur peruano, haciendo las mismas demandas que en Bolivia se convirtieron en política de Estado;  es decir, ahuyentar empresas extranjeras. Mirando lo que pasa en ese lugar, donde además de interrumpir un importante corredor de exportación, los manifestantes han saqueado, han tomado rehenes y han causado destrozos de toda índole, uno se pone a pensar qué pasaría si en lugar usar los puertos chilenos, las importaciones y exportaciones bolivianas se hicieran por Perú, alternativa que resurgió recientemente. Qué ocurriría si, por una de esas casualidades, Bolivia consigue un acceso al Pacífico (con o sin). Al día siguiente no serán 15 mil sino más los bolivianos de las 36 nacionalidades, incluidos los híbridos y futuros cruzamientos, los que estarán dispuestos a bloquear y dejarnos a todos fritos, sin comida ni nada. En esta Bolivia donde cada vez se importa más (no confundir con importancia), es bueno tener vecinos serios como Chile y Brasil. Cambiarlos por trancas sería un grave error.

¿Le importa el país al Gobierno?


¿Qué está haciendo el Gobierno de Evo Morales para solucionar los graves problemas del país? Acabamos de salir de un estruendoso y fallido gasolinazo que desnudó la catastrófica situación financiera del Estado y las únicas respuestas que han surgido del régimen es más represión, más persecución, más politiquería y mucho más de aquel esquema que llevó el MAS a concentrarse únicamente en acaparar poder y a descuidarse por completo de la economía.

Las medidas que toman las autoridades del área económica son paliativas y en muchos casos contradictorias. Supuestamente el gasolinazo estaba dirigido a erradicar las cuantiosas erogaciones que hace el Estado para subsidiar los combustibles, con montos cada vez más crecientes y que este año podrían alcanzar los mil millones de dólares.

Paradójicamente, desde el mismo Gobierno surge la “brillante” idea de declarar una amnistía para los automóviles ilegales, lo que significará, sin duda alguna, un incremento notable en el consumo de carburantes; es decir, más importaciones, más subsidios y por supuesto, la posibilidad de que el déficit fiscal se eleve al cinco por ciento, una cifra que hubiera puesto con los pelos de punta a los “gobiernos neoliberales”, que jamás gozaron de los excelentes precios internacionales actuales que propiciaron ingresos para el Estado de casi 60 mil millones de dólares en los últimos cinco años. Qué pueden significar frente a esa cifra tan monstruosa, derrochada sin contemplaciones por el Estado Plurinacional, algo así como 600 millones de dólares por concepto de los “autos chutos”.

Nadie quiere invertir en Bolivia. Por más ruegos, amenazas y anzuelos que lanza el Gobierno, los indicadores y numerosos estudios confirman cada vez con mayor nitidez que el país se ha vuelto uno de los territorios menos atractivos del mundo para los capitales extranjeros. Y en lugar de tratar de cambiar esta historia que nos condenará a la inmolación, el presidente Morales insiste con sus torpezas, con sus ataques a los empresarios y otras acciones hostiles que profundizan el problema. Para subsanar esta anemia financiera, el Estado está procediendo a vaciar las arcas del Banco Central, de donde ya han sacado más de 3.500 millones de dólares en préstamos para empresas estatales elefantiásicas que no producen más que spots publicitarios, como sucede con YPFB, que gasta más en propaganda que en proyectos de exploración y perforación.

Los burócratas supinos que manejan el tema agropecuario en el Gobierno creen que ya superaron lo peor en la crisis alimentaria. Están entusiasmados por la época de cosecha, cuando hay abundancia y naturalmente los precios tienden a bajar. Pese a ello, insisten en las prohibiciones, en el control de precios y otras restricciones que precisamente ayudaron a profundizar la escasez. Los números indican que si bien la agricultura se ha recuperado en parte de la aguda sequía del año pasado, está muy lejos todavía de alcanzar los niveles que aseguren la soberanía alimentaria. En los últimos meses, el país batió el récord en la importación de comida y los pronósticos anticipan un nuevo período lleno de dificultades. Pero en lugar de ayudar a promover una explosión productiva en el agro, el régimen insiste en desincentivar, en amedrentar y enturbiar aún más el clima de negocios y la inseguridad jurídica. Para colmo, en lugar de atinar a subsanar los problemas, vuelve a herir la inteligencia pública con diagnósticos que no engañan a nadie.

Silbidos y rencores


Los bolivianos a veces somos duros de aprender, pero con un profesor
como Evo Morales resulta imposible que a uno se le metan algunas
lecciones que él suele dar. En los cinco años que viene repitiendo
discursos (más o menos tres por día, es decir unos cinco mil), una de
sus enseñanzas favoritas ha sido la de historia, que para él es
sinónimo de revivir rencores, algunos basados en la realidad y otros
sacados de la ficción, como ese  cuento que dice que a los indígenas
que aprendían a leer les sacaban los ojos. No ha habido día en que el
presidente no haya metido el dedo en la llaga, ya sea para dividir,
para confrontar o para hacerle hervir la sangre a unos contra otros.
El otro día, cuando visitó Sucre, el jefazo pudo comprobar lo buenos
alumnos que habían sido los capitalinos. Ellos han sufrido más que
nadie por la actitud vengativa del primer mandatario, quien los
amenazó en público cuando lo rechiflaron por primera vez, en el año
2006. Han pasado casi cuatro años de la masacre de la Calancha y los
sucrenses volvieron a silbarle, esta vez, recordándole que no
olvidarán lo ocurrido en noviembre de 2007.

viernes, 27 de mayo de 2011

Los otros "empresarios"

El presidente Morales les ha dicho a los empresarios bolivianos (los legales) que son unos buenos para nada y que sólo sirven para hacer política y conspirar contra él. Lo dijo hace unos días en Cochabamba, donde lamentó que grandes obras de infraestructura tengan que ser encaradas por compañías colombianas, venezolanas y de otros país, porque los constructores bolivianos no tienen el físico suficiente para ganar las licitaciones. Justamente en Cochabamba hay otros “empresarios” que podrían servir de ejemplo para los vilipendiados hombres de negocios locales. Son arriesgados y son capaces de trabajar en condiciones adversas. En el valle de Sajta, en pleno Chapare, instalan fábricas cada 20 metros y en lo que va del año han localizado más de 180 “establecimientos productivos”. En una semana fueron halladas 14 factorías, aunque sus propietarios salieron del lugar antes que los identifiquen. Son tan audaces que hasta han inventado fábricas móviles que llevan de un lado a otro por razones de seguridad. Este Penoco le preguntó a un amigo empresario (legal) si no le da vergüenza que sus colegas de Sajta le saquen tanta ventaja. “Otra cosa sería con seguridad jurídica”, respondió.

Identificación: mucho más que fraude

Hay cosas de las que ningún gobierno boliviano ha podido escapar. Gasolinazos, amnistía para los autos “chutos” e intentar meterle mano al manejo de las cédulas de identidad. Hay que reconocer, sin embargo, que el Gobierno actual ha sido el más audaz. Nadie hubiera intentado un incremento de los carburantes del 80 por ciento, pero obviamente, ninguno tuvo que retroceder  de forma tan vergonzosa. Arrebatarle de un plumazo a la Policía Nacional un negocio tan lucrativo como el control del sistema de identificación y la otorgación de licencias de conducir también es inédito en los casi 30 años de democracia. Veremos cómo les va.

RIN, RUN y ahora la flamante propuesta de crear el Documento Único de Identidad (DUI). Bolivia ha cambiado decenas de veces su constitución y sus leyes, ha modificado por completo la organización del Estado y ha hecho lo mismo hasta con el nombre de la república. Por qué no va a adoptar este comportamiento caótico y esquizofrénico con algo tan banal como el carnet.

Todos los gobiernos intentaron quitarle a la Policía la exclusividad en esta atribución, manejada a su propio ritmo por los señores de verde olivo, más preocupados por hacer sus cobros y mantener el “negocito” que por cumplir con un derecho humano fundamental. Los políticos querían otra cosa. “Carnetizar” a medio mundo era el objetivo, pero no para que la gente comience a ejercer a partir de ahí sus derechos ciudadanos, sino para que acuda a votar masivamente en cada convocatoria a elecciones. Todas las iniciativas fracasaron porque surgieron al calor del electoralismo y los policías pudieron mantener intacto su “chaquito”.

El MAS quiere ir más lejos. Al proyecto hegemónico de Evo Morales ya no le alcanza la manipulación del Órgano Electoral, las carnetizaciones venezolanas, los votos fantasmas y el padrón biométrico. Las cosas se le han puesto demasiado duras al oficialismo y es muy arriesgado seguir insistiendo con la democracia plebiscitaria con el actual esquema. De ahí surge el plan siniestro que incluye la desmoralización de la Policía, de tal forma que nadie proteste cuando le quiten el chupete de la boca, para trasladar una responsabilidad tan delicada al seno del Ministerio de Gobierno, una cartera que no es capaz ni siquiera de responder por un pez gordo del narcotráfico que hacía sus negocios en una de las oficinas cercanas a la del jefe.

El plan es el fiel reflejo de lo que viene haciendo un Gobierno que se ha propuesto reescribir la historia de Bolivia y empezar, por supuesto, por su “revolución”. Quieren cambiar la estructura, el color y hasta el número de carnet de identidad. Hacerlo todo de nuevo, de tal manera que los diez millones de ciudadanos comiencen a existir a partir de la reforma. Eso incluye el cambio de otros documentos como el pasaporte y el permiso de conducir y seguramente, el trastrocamiento de numerosos papeles y trámites que podrían poner en peligro la propiedad y el patrimonio de la población. Naturalmente, el objetivo más inmediato y el más urgente es electoralista y para ello ha vuelto a la palestra pública, como por arte de magia, un personaje que hizo trucos dignos del mejor ilusionista en la ex Corte Nacional Electoral. Esta idea es tan ambiciosa como arriesgada, porque detrás de ella está el fraude y la mano torpe y desesperada de un régimen que ha perdido todos los escrúpulos.

jueves, 26 de mayo de 2011

Quejarse es gratis

Nunca antes los empresarios bolivianos han sido tan combatidos por un Gobierno que pretende empobrecerlos, reemplazarlos, acobardarlos y por último, hacerlos escapar del país. Los aventureros que acompañan al presidente Morales han sido los artífices de aquella teoría del “Estado Integral” que busca acapararlo todo, desde fabricar cartones, hasta producir azúcar y aceite. Esos aprendices de estalinistas crearon mamarrachos de empresas sólo por el gusto de fregar con competencia desleal a inversionistas bolivianos que arriesgan sus propios capitales y no los que sudan otros, como hace el Estado, que por supuesto no conoce la quiebra ni los balances y tampoco la reducción de costos o las reestructuraciones. Ellos pueden pasar de mil a cinco mil trabajadores y producir lo mismo, como sucede en Huanuni e invertir millonadas para no cosechar ni un grano de maíz, como ocurre con Emapa. Ahora resulta que el presidente Morales se da el gusto de quejarse de los empresarios bolivianos a los que le reprocha incapacidad y la falta de tamaño para invertir en grandes obras de infraestructura. La queja la expresó el mismo día en que sus colaboradores ratificaron la orden de prohibir las exportaciones de varios alimentos. Que siga el entierro!!!!

A lotear la justicia


Los cocaleros han sido los primeros en captar el espíritu y los alcances que tendrá la “revolucionaria” elección de los cargos en el Órgano Judicial, cuya clave no se encuentra obviamente, en la jornada electoral del 16 de octubre, sino en la selección de los postulantes que estará a cargo de la Asamblea Legislativa Plurinacional, a través de mecanismos que le van a asegurar al oficialismo el copamiento de las diferentes instancias judiciales.

Dirigentes de los sindicatos cocaleros del Chapare, que ya tienen presencia en los ministerios, en las gobernaciones, en el Congreso y en decenas de municipios del país, han anunciado que presentarán sus propios candidatos a jueces y magistrados y no será extraño que dentro de algún tiempo, algún colega sindicalista de Evo Morales, jure como como presidente de la Corte Suprema o del Tribunal Constitucional. Por qué va a sonar raro eso en la Bolivia de hoy, si el principal encargado de la lucha antidrogas en el país es precisamente un proveedor de materia prima de esta floreciente industria nacional.

La lógica del cuoteo que siempre se ha practicado en la política boliviana y que, por supuesto, también incluye al primer poder del Estado, es la que inspira a los “agentes del cambio” a impulsar la redistribución de los cargos orientada hacia los movimientos sociales que cogobiernan con el MAS. En los últimos meses, la base social del régimen de Evo Morales se ha enturbiado y hoy nadie se atrevería a partir las aguas y diferenciar nítidamente entre los leales y los disidentes. El proceso de decantación ha dejado afuera no sólo a la COB, sino también a algunas organizaciones campesinas e indígenas que si bien no han declarado el divorcio definitivo del Gobierno, han establecido fuertes diferencias que ponen en duda su incondicionalidad.

El anuncio de los cocaleros no es nada casual. Ellos, al igual que otros sectores que transitan por el sendero de la ilegalidad y la informalidad sí son incondicionales a un régimen cuya misión es brindarles seguridad y el pleno funcionamiento del liberalismo más extremo: “dejar hacer, dejar pasar”. El presidente Morales se los repite constantemente. En Bolivia no importan las leyes, sino los abogados que “legalizan” los actos “políticos” y a partir del 16 de octubre, serán claves los jueces para terminar de sellarlos. Bajo este esquema, el loteo de la justicia no sólo estará disponible para los productores de la coca ilegal del Chapare, sino también para los ayllus que protegen a contrabandistas y narcotraficantes, de la misma forma que el Estado Plurinacional le abrió las puertas del Senado a un dirigente degollador de perros,  que abiertamente justifica la tortura. De esa manera –recordemos-, la Asamblea Constituyente le brindó un valioso curul a la integrante de una familia de narcotraficantes que se benefició de sus excelentes contactos políticos.

El nuevo poder judicial boliviano será, más allá del cuoteo y de la persecución política (que constituirá una de sus principales competencias), el instrumento ideal para blanquear actividades y fortunas que hoy se encuentran proscritas o bajo el manto de la sospecha. Será el gran tamizador social que permitirá el ascenso de ciertas élites oscuras ligadas al régimen. Será la consolidación definitiva del paradigma presidencial que propone el quebrantamiento de las leyes como forma de avanzar y progresar.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Compañero juez


Los cocaleros saben mejor que nadie para qué cuernos sirve el poder. No por nada, ha sido el único sindicato boliviano en poner a uno de sus miembros en el Palacio Quemado y obviamente, ahora van por más. Asterio Romero, dirigente de los productores de coca del Chapare, donde el 90 por ciento de la cosecha se destina al narcotráfico, ha anunciado que su sector presentará sus propios candidatos a la elección de autoridades del Órgano Judicial. He ahí la respuesta ideal para eliminar la superpoblación carcelaria de Bolivia, donde más de la mitad de los presos han cometido delitos relacionados con la producción y tráfico de sustancias controladas. Los ayllus potosinos, cuya versatilidad política y económica se ha vuelto proverbial, también podrían postular algunos candidatos a jueces y magistrados, de esa forma no se van a complicar tanto cuando se produzca el linchamiento de algún policía o cuando decidan declararse protectores del contrabando. Hay tantos sectores ilegales e informales que necesitan representación en la justicia, que no alcanzarán los abogados para “legalizar” lo que hacen los “agentes del cambio”.

El turno de Internet


Política, economía (legal e ilegal), educación, comunicación, Fuerzas Armadas, Policía, justicia, religión. El dominio que pretende lograr el régimen del MAS en el país no podría ser completo si no consigue ejercer el control pleno del mundo virtual, convertido en estos días en espacio más dinámico de relacionamiento entre los seres humanos, el canal más amplio de la difusión de ideas y por ende, en la forma más acabada de ejercicio pleno de la libertad de expresión y de la propalación de los valores democráticos.

España acaba de convertirse en el nuevo ejemplo del potencial que poseen las herramientas virtuales para contrarrestar acciones de la hegemonía dominante. Las rebeliones de los pueblos árabes en contra de los tiranos que han gobernado por décadas países como Túnez, Yemen, Libia, Egipto, Siria y otros, no hubieran sido posibles sin el apoyo de las redes sociales formadas gracias a internet, cuya inmediatez y alcance resultan invalorables para las grandes masas oprimidas a las que se las han cortado todos los medios tradicionales de expresión. De hecho, el héroe de la revuelta egipcia que acabó con la autocracia de 30 años de Hosni Mubarak es Wael Ghonim,  un joven ejecutivo de Google que durante meses se dedicó a coordinar manifestaciones y mitines a través del Twitter y el Facebook y que gracias a su inmenso aporte a la libertad, ha sido nombrado por la revista Time, uno de los 100 personajes más influyentes del mundo.

En Bolivia, la red internet no llega más que al 10 por ciento de la población, y aún así constituye una gran amenaza para el régimen de Evo Morales, que está emulando a los gobiernos de Cuba, China y Venezuela en su trato con la comunicación y la libertad de prensa. El proyecto de Ley de Telecomunicaciones, no sólo establece serias limitaciones a la otorgación de licencias para el funcionamiento de emisoras de radio y televisión, sino que asienta sus garras en internet para evitar precisamente lo que ha ocurrido en el mundo árabe y también en Cuba, donde una sola bloguera, Yoani Sánchez y un puñado de periodistas independientes, han sido capaces de romper el bloqueo
informativo que mantenían desde hace 50 años los medios controlados por el Partido Comunista. En China gastan millonadas cada día para que también millones de funcionarios del Gobierno se dediquen a interceptar la comunicación electrónica y evitar así el desastre que significaría para el régimen, que se produzca una nueva revuelta de Tiananmen en tiempos del Facebook.

A medida que se deterioran los ideales de cambio que enarbolaba este régimen, recrudecen las acciones destinadas a controlar a la población y con seguridad se van a multiplicar las acciones en contra de la libertad de expresión, uno de los pocos espacios que el totalitarismo no ha sido capaz de sofocar por completo. Internet es para los autócratas el gran enemigo a derrocar, pero es igualmente para los ciudadanos, la gran esperanza de mantener vivos los ideales de la democracia y libertad.

En Venezuela, luego del cierre y la clausura de decenas de medios de comunicación tradicionales, internet cobró gran notoriedad y tanto órganos de prensa como los ciudadanos se volcaron masivamente a la red para mantenerse conectados con una realidad que no esté mediatizada por el régimen de Hugo Chávez. En Bolivia podría pasar lo mismo y es obvio que están tomando previsiones.

martes, 24 de mayo de 2011

Los nervios del ‘precio justo’


A partir de ayer, las bolsas de azúcar de un kilo vienen con un rótulo impreso que dice “Bs 6”, precio que ha sido fijado por el Estado Plurinacional, en coordinación con los ingenios azucareros, sometidos a una política de control, que fue precisamente la que provocó la caída de la producción y consecuentemente la escasez del producto y finalmente, el encarecimiento del azúcar, cuyo precio se atoró en diez bolivianos. El inicio de la zafra ha marcado una tendencia natural hacia la baja y hoy se puede encontrar azúcar a ocho y nueve, como máximo. Si nadie se pone nervioso es posible que caiga aún más. Los comerciantes minoristas, que conocen mejor que nadie las reglas del mercado no han dado garantías de cumplimiento del bendito rótulo que traen las bolsas, pero al mismo tiempo no podrán hacer nada frente a las fluctuaciones que marque circuito oferta y demanda. Todo será hasta que la torpe mano del Estado intervenga (esperemos que no) y enturbie las cosas. En ese caso, los vendedores sabrán muy bien qué hacer para burlar los controles y sacarle provecho a la funesta política del “precio justo”.

Ausentes de la realidad


El presidente Morales sigue insistiendo con su vieja cantaleta de que las petroleras extranjeras se niegan a invertir en Bolivia porque son unas chantajistas que lo quieren derrocar. Se la repite todos los años en cada uno de los seminarios, congresos y conferencias que organiza YPFB para convencer a expertos y ejecutivos internacionales de que el país se ha convertido en un paraíso para los capitales extranjeros. La última promesa es que aquí, las transnacionales van a recuperar sus inversiones mucho más rápido que en otros países, donde a veces tienen que esperar 35 años para comenzar a anotar ganancias.

Mientras que el Primer Mandatario fue el encargado de renovar sus insultos hacia las petroleras el otro día durante un evento sobre gas y energía celebrado en Santa Cruz, el vicepresidente García Linera tuvo la misión de pintarles una realidad paradisiaca, como si los presentes fueran unos completos ignorantes de lo que ocurre en Bolivia o cuando menos, unos porfiados militantes del “cambio”, capaces de tragarse y aplaudir cualquier discurso plurinacional, incluso el que pronunció el presidente de YPFB, Carlos Villegas, quien anunció la inversión de más de 10 mil millones de dólares en la cadena de hidrocarburos hasta el 2015.

Quien habla de tantas flores y pajaritos tiene que suponer que el auditorio ignora lo que acaba de ocurrir con el contrato de exportación de gas hacia Argentina, reformulado por tercera vez y reducido a la mínima expresión porque a Bolivia ya no le alcanza el gas ni para desarrollar proyectos propios, menos para incrementar sus exportaciones en los niveles que necesitan los argentinos, quienes hace mucho tomaron sus previsiones, al igual que brasileños y chilenos, con plantas de regasificación de LNG que adquieren de proveedores de localizados en ultramar.

Pensar y peor aún, tratar de convencer a gente inteligente y muy bien informada que Bolivia es el nuevo reino mundial para las inversiones extranjeras, especialmente en el área petrolera, es desconocer lo que está ocurriendo alrededor del país, que hace mucho perdió la oportunidad de convertirse en el eje de distribución de gas de América del Sur. Precisamente porque la nacionalización aplastó ese proyecto y condujo a la economía nacional a una anemia de capitales, es que han florecido otros polos que sí están captando cuantiosas inversiones, como Camisea en Perú y las reservas gasíferas no convencionales de Brasil (presal) y de Argentina.

Por último, hablar de Bolivia de la forma como lo hizo el vicepresidente, pintándolo como el nuevo polo de desarrollo sudamericano es ignorar los reiterados estudios que han realizado prestigiosos organismos como el BID, universidades extranjeras y entidades que se dedican a estudiar el clima de negocios en el mundo y que ubican al Estado Plurinacional en los últimos lugares de América Latina. Últimamente hasta los empresarios chinos, que vienen ejecutando la mayor expansión de capitales nunca vista en el continente,  se han quejado de la ausencia de garantías para invertir en Bolivia. Y que no venga el presidente Morales a decir que las reticencias chinas tienen que ver con cálculos políticos.

Inversiones son sinónimo de trabajo, producción y crecimiento y mientras el Gobierno de Evo Morales insista en sus demostraciones de torpeza originadas en una concepción politizada que ignora las reglas de la economía y que desvaloriza la búsqueda de un trato provechoso con el mundo, el país irá profundizando su anemia y su aislamiento.

lunes, 23 de mayo de 2011

Los 'suplicios' de la política


Qué hubieran dicho Abraham Lincoln, John Kennedy, Gandhi y Andrés Ibáñez si alguna vez les hubiesen dado la oportunidad de quejarse de los avatares de la política. Seguramente no habrían mencionado al chantaje como la peor de las ingratitudes de esta actividad, que siempre ha sido –y seguirá siendo-, sucia y, sobre todo, muy peligrosa. De hecho, todos los personajes nombrados líneas arriba murieron defendiendo sus ideas y conocieron seguramente los egoísmos y las miserias humanas que rodean a las artes relacionadas con el poder. Lamentablemente hay algunos que creen que la política es juego de niños, algo así como un “hobby” que se puede alternar entre los amigos de la “frater”, tal como lo han mencionado algunos analistas. Estos aprendices de políticos intentan jugar en las grandes ligas frente a individuos que no tienen familia ni oficio conocidos y que dedican las 24 horas del día a elucubrar todo tipo de estrategias para ocupar cualquier espacio que dejen libre los otros, aquellos que dicen que no están dispuestos a sufrir chantajes en la política. Desafortunadamente, la política les tiene preparados éste y muchos otros suplicios. ¡¡¡Pobrecitos!!!

Color verde olivo


El ex comandante nacional de la Policía, Ciro Farfán, ha comenzado a
despertar dudas sobre su destitución. El oficial dijo que antes de que
surja el escándalo sobre la camioneta con las placas clonadas, él le
había entregado al Ministerio de Gobierno una abultada lista de
policías vinculados a graves hechos delictivos. Entre los inculpados
hay numerosos capitanes, coroneles y también oficiales de alta
graduación.  Según publica la Red Erbol, Farfán ha dicho que en la
Policía existe una estructura de corrupción que es de conocimiento del
Gobierno. Afirma que faltaban tres semanas para que cumpla el plazo de
tres meses que le dio el presidente Morales para erradicar la
corrupción de la Policía y que justo cuando le pasó “la listita” a las
autoridades correspondientes, saltó lo de la camioneta. Se ha dejado
entrever que entre Farfán y el Ministro de Gobierno había corto
circuito y eso se deja ver en la actitud agresiva de Sacha Llorenti
hacia el general destituido, actitud que se extiende a toda la
institución. Seguramente no ha caído nada bien en la Policía la
lectura de aquella lista de” jergas coimeriles”. Fue un acto de
humillación que los policías saben bien de dónde viene y hacia dónde
apunta.

Impostura regional


Algunos inocentes creen que el jueves pasado se produjo la
capitulación de la dirigencia “opositora” de Santa Cruz, con la
posesión de la asambleísta de la etnia yuracaré-mojeña inventada por
el Estado Plurinacional. Ese fue apenas uno de los tantos remezones
que se han producido luego de la rendición voluntaria e inexplicada
hasta el día de hoy, que protagonizaron el actual gobernador de Santa
Cruz Rubén Costas y su colega beniano, Ernesto Suárez, quienes
rompieron la unidad del Conalde y decidieron aceptar la convocatoria
ilegal y amañada del referéndum revocatorio del 2008.

Lo ocurrido hace unos días en la Asamblea Departamental de Santa Cruz,
aunque parezca increíble, fue apenas el resultado de una puja por
pegas en la que resultaron vencedoras unas ratas que abandonan un
barco que comenzó a hundirse hace mucho tiempo y que, obviamente serán
ellas precisamente, las aliadas de los futuros inquilinos del inmueble
de la avenida Omar Chávez. Lo del jueves ha sido el ingreso triunfal
del MAS a aquel edificio y lo ha hecho a su estilo, con una grosera
imposición y burlándose de todos con un truco folclórico, cuya
finalidad es ofender y humillar a la ciudadanía, que todavía creía en
los discursos trillados y las poses desafiantes de los que hace mucho
entregaron los sables.

Lo único que ganaron Rubén Costas y Ernesto Suárez con aquella actitud
fue figurar de últimos en la lista del patíbulo autoritario del MAS.
Ellos deberían saber y tal vez Leopoldo Fernández pueda contarles, que
hay cosas peores que la cárcel. La prueba es Pando, convertido en una
plataforma de exportación de cocaína hacia el Caribe; en el canchón de
unos aventureros que cometen abusos indecibles con la gente sencilla y
humilde de esa alejada región. Todo lo que ha ocurrido después de esa
famosa conferencia de prensa que dejó atónitos a los bolivianos que
creían que había una forma de salvar a la democracia, ha sido el
resultado de una única rendición, que la abrió el ex presidente Jorge
Quiroga y la sellaron dos prefectos que hasta ese día eran los
abanderados de la autonomía y de la defensa del estado de derecho.

La toma de Pando, el exilio de miles de ciudadanos, el encarcelamiento
de cientos de opositores, el derrocamiento de decenas de alcaldes, la
persecución de empresarios, dirigentes cívicos y ahora jueces, la
destitución del gobernador de Tarija y por supuesto, la posesión de
una impostora en la Asamblea de Santa Cruz, el pie de toque del último
gran golpe, son consecuencia de un acto que tiene pendiente un juicio
político. Lo mismo podría decirse de las secuelas que aún les espera a
los habitantes de esta región, cuyos medios de vida y de producción
están amenazados.

El MAS no viene sólo a romper un pacto político y a repartirse las
pegas de la Gobernación. Su intención es destruir el hábitat de esta
región, despojarla de su patrimonio para entregarla a esa nueva élite
de cocaleros y traficantes de tierras y por supuesto, desbaratar por
completo el tejido social que permitió el establecimiento de un pacto
y unos consensos que dieron como resultado un modelo exitoso,
sostenible y con un inmenso potencial. ¿Quién va a responder por esto?

A medida que se van multiplicando las señales de sumisión, la
ciudadanía que le confió el voto a los que prometieron defender la
democracia, se va dando cuenta que lo que hay en realidad es una
impostura disfrazada de oposición en el departamento. Los verdaderos
opositores están presos o en el exilio.

sábado, 21 de mayo de 2011

Mojones de plastilina

En los últimos días se ha estado hablando de flan, plastilina y también de mantequilla. Han usado estos términos para referirse a lo que quedó de la otrora aguerrida dirigencia cruceña, esa que levantó los mojones de la autonomía y los plantó en toda la región y en muchas partes del país. Algunos siguen creyendo que Santa Cruz puede ser oposición o tal vez dar señales de resistencia frente al avasallamiento autoritario del régimen gobernante. Lo triste no es que sigan multiplicándose los gestos de sumisión y cobardía frente a la imposición, sino que la gente continúe creyendo que en el departamento todavía hay líderes capaces, por lo menos, de defender los medios de vida y de producción de los dos millones de ciudadanos que habitan esta tierra. Alguien tiene que dejar las cosas en claro y firmar la capitulación de una vez por todas, de frente al pueblo y sin tapujos. No le hace nada bien a la democracia seguir con esta impostura regional de frases trilladas y discursos baratos que insisten que en que “no lograrán arrodillarnos”. Hace mucho que estamos besando el suelo y hace mucho que debimos cambiar esos mojones de “cuchi”, por postes de plastilina o mantequilla.

viernes, 20 de mayo de 2011

Ingratas coincidencias

El prestigioso periodista boliviano Harold Olmos presentó el miércoles su libro “Allá donde me sepulten nadie se arrodillará”, un recuento milimétrico y perfectamente documentado sobre el “caso Rózsa”. Este informe periodístico delata con lujo de detalles el plan que armó el régimen de Evo Morales para desestabilizar a la oposición política que había encontrado en Santa Cruz su punta de lanza. Durante la ceremonia de presentación del libro, realizada en el Club Social 24 de Septiembre, circuló entre la concurrencia el dato sobre la destitución del comandante nacional de la Policía, Ciro Farfán y la posesión del sustituto, el general Jorge Santiesteban. Este oficial era el jefe de inteligencia cuando se produjo la matanza del hotel Las Américas, donde fueron ejecutados Eduardo Rózsa Flores y otros dos extranjeros. Él condujo el operativo policial aquella fatídica madrugada en la que actuaron también varios agentes del Gobierno que más tarde fueron acusados de “plantar” pruebas, sobornar testigos y armar un gran complot contra la dirigencia cruceña. Santiesteban fue destituido meses después en castigo por la fuga del ex prefecto de Cochabamba, Manfred Reyes Villa. Su premio no tardó en llegar.

La desintegración de la Policía


Ciro Farfán ha sido destituido de la comandancia de la Policía Boliviana luego de un estruendoso caso de corrupción. Apenas estuvo en el cargo dos meses y ocho días. Farfán asumió ese cargo en medio de otro escándalo que tuvo como epicentro al general  René Sanabria. En esos días comenzaron a granear los hechos de policías y oficiales envueltos en bandas delincuenciales y el presidente Morales le encargó al nuevo jefe limpiar la institución en un plazo de 90 días. Farfán no sólo incumplió con la tarea encomendada, sino que prohibió a sus subordinados hablar de corrupción policial. La orden no impidió, sin embargo, que se filtre el dato sobre una camioneta con la placa falsificada de propiedad del uniformado.

Todos los cambios y nombramientos policiales efectuados durante la gestión de Evo Morales han estado rodeados de polémica. Ciro Farfán recibió en premio ese cargo por la salvaje represión que condujo en la localidad de Caranavi, donde fueron ejecutados dos dirigentes campesinos que protestaban contra el Gobierno. Nadie que sabe que su puesto está basado en la docilidad, la connivencia y la lealtad al régimen político, tomará en serio una responsabilidad institucional de luchar contra la corrupción. Y la prueba es que Farfán no sólo se metió en el lodo confiado en la impunidad, sino que la podredumbre parece haberse incrementado en su corta gestión, tal como lo demuestra la existencia de una red delincuencial de clonación de placas de automóviles enquistada en Diprove.

¿Quién sustituye a Farfán? Se llama Jorge Santiesteban, el oficial que condujo la matanza del hotel Las Américas el 16 de abril de 2009 y que actuó subordinado a agentes civiles del Gobierno del MAS, que usaron a la Policía para ejecutar un macabro plan de criminalización de la dirigencia cívica y empresarial de Santa Cruz. ¿Qué moral puede tener el régimen de Evo Morales para exigirle rectitud y apego a las leyes al nuevo comandante? ¿Con qué autoridad puede el flamante jefe exigirle limpieza a los policías y oficiales a su cargo? Es obvio que dentro de la institución puede estar anidando el malestar por esta burda manipulación de los ascensos y las designaciones y por otro lado, un sentimiento de que el camino correcto es la sumisión absoluta al “proceso de cambio” y en función de eso, aprovechar lo mejor posible las ventajas de la militancia. Ese fue el razonamiento que llevó al general Sanabria a convertirse en narcotraficante y seguramente hoy seguiría enviando contenedores con droga a Chile, de no haber sido por la DEA que se le cruzó en el camino.

Mientras que la imagen de la Policía Boliviana se desintegra en este mar de corrupción, el régimen de Evo Morales se cuida las espaldas, pese a que es precisamente el responsable de esa descomposición. Aprovechándose de esta coyuntura, el Gobierno ha decidido quitarle a la Policía la responsabilidad en el otorgamiento de cédulas de identidad y licencias de conducir, lo que podría incrementar el malestar y la división dentro de la entidad. La medida, que está dirigida lógicamente a incrementar la manipulación de los registros electorales, es absolutamente irreflexiva y obviamente, muy lejos de la supuesta lucha contra la corrupción que tanto predica el Estado Plurinacional.

jueves, 19 de mayo de 2011

La paranoia de Hitler

Acaban de mandar a la cárcel a un hincha de Oriente Petrolero que portaba una pancarta de rechazo al presidente Morales durante un partido. Lo mismo pretenden hacer con un dirigente juvenil que quemó en público la Constitución Política del Estado. En tiempos de Hitler, en Alemania elaboraron una inmensa lista de las personas que había que vigilar porque representaban una amenaza para el régimen. El inventario resultó ser tan largo que se tuvo que imprimir en varios tomos y los oficiales de la Gestapo no daban abasto para controlar a tantos individuos, muchos de los cuales fueron encarcelados y asesinados. La persecución llegó a tal extremo, que Hitler descuidó la guerra por abocarse a la cacería de sus opositores. La paranoia lo llevó incluso a sospechar de los propios generales y mariscales que conducían las tropas alemanas contra los ejércitos aliados y muchos de esos oficiales terminaron ejecutados por órdenes del tirano. Cuando un grupo de militares atentó contra la vida del Führer, la lista de sospechosos alcanzó a cinco mil y todos fueron asesinados. Cuando terminó de ajusticiar al último de los supuestos disidentes, las tropas aliadas ya habían ocupado Berlín y Hitler tuvo que suicidarse.

Falla la "otra economía"


Algunas cosas demasiado raras están pasando en Bolivia. Los indígenas que habitan el Parque Isiboro-Sécure se oponen a la construcción de la carretera de 306 kilómetros que podría unir el Chapare con la población beniana de San Ignacio de Moxos. Por otro lado, dirigentes campesinos del Norte de La Paz y también del Beni, han manifestado su enérgico rechazo a la apertura de un camino y varios puentes entre las localidades de San Buenaventura e Ixiamas, hecho que ha motivado la queja del presidente Morales, quien ha llegado a acusar de chantajistas a los originarios del oriente boliviano, por oponerse a las ventajas del progreso.

Ambas posturas se escudan en la preservación de una importante porción de selva tropical; sin embargo, todo indica que detrás de todo existe una razón aparentemente moral, pero que en realidad es económica. Los nativos del parque Isiboro-Sécure fueron los mismos que hace un par de semanas incendiaron 40 viviendas de productores cocaleros que habían trasladado sus actividades a esa reserva natural y cuando rechazan la apertura de la ruta asfaltada es porque no están de acuerdo con la expansión de la economía conformada por el binomio coca-cocaína. De hecho, el ex candidato a presidente de Brasil, José Serra bautizó a la carretera en cuestión como la “autopista de la droga”, porque permitirá unir al Chapare con el Beni y Pando, donde se han establecido importantes vías de exportación de cocaína, no sólo a territorio brasileño, sino también a Venezuela.

En el otro caso, el del Norte de La Paz y otras zonas del Beni, constituye obviamente, el medio de expansión de la zona cocalera de los Yungas, donde las tierras, además de estar saturadas por las plantaciones de coca, están dando señales claras de agotamiento.

¿Qué es lo que en realidad rechazan esas comunidades indígenas que se han ganado el rótulo de chantajistas nada menos que del Primer Mandatario? Ninguno de los dos grupos desea integrarse a la cada vez más numerosa lista de “narco-comunidades” que existen en varias zonas del país y que han generado una suerte de saturación de un mercado que tiende a achicarse. Como se sabe, las rutas que introducían cocaína hacia Brasil prácticamente se han cerrado gracias a la acción decidida de las nuevas autoridades de ese país en alianza con la DEA. Lo mismo se puede decir de Chile, que a través de la captura del general Sanabria brindó un mensaje bien claro a los narcotraficantes bolivianos y finalmente está Argentina, donde están hastiados de la droga “made in Bolivia”, al punto que la presidenta ha amenazado con cortar incluso las importaciones de coca para el acullico.

Los indígenas no se oponen ni a Evo ni a las carreteras, sino que están preservando su economía que lógicamente la van a dirigir a la producción de alimentos, un rubro que sí tiene futuro en Bolivia. Y sin duda lo harán antes de que los nuevos cocaleros peguen el viaje de vuelta hacia el maíz, el café o las naranjas, cuyos precios tienden a aumentar.

El circuito coca-cocaína siempre ha sido gravitante en la economía boliviana, pero últimamente parece haber llegado a un extremo que convierte en poco atractiva a esta actividad. En 1987, en pleno auge del narcotráfico, alrededor de 700 mil personas vivían de este rubro ya sea directamente o en forma indirecta. Según algunos cálculos, esa cifra se ha multiplicado por tres en los últimos años, gracias a un efecto de socialización. Y naturalmente, cuando una veta comercial se satura, la reacción mecánica del mercado es la búsqueda de otras opciones. Para el Estado Plurinacional esto también representa un problema ya que la economía formal, que adolece de graves problemas, podría estar quedándose sin blindaje.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Consenso en las tribunas

Las graderías de los estadios son, en todas partes del mundo, la encarnación más determinada  de la libertad de expresión ilimitada, donde conviven manifestaciones de amor y odio, racismo, política y fútbol, que a veces pueden resultar contradictorias y en ocasiones esquizofrénicas. Quién no ha visto en las tribunas, por ejemplo, una imagen del ‘Che’ Guevara al lado de una esvástica nazi o réplicas de ataúdes al lado de frases románticas dirigidas al club favorito. En Bolivia la violencia y la agresividad racista nunca se han pasado de la raya y en cuanto a ideas políticas, menos. Los hinchas jamás han manifestado consistencia en sus convicciones y, como se dijo, la anarquía ideológica ha sido su principal característica.  Eso fue hasta ahora, cuando comienza a aparecer entre los hinchas cierto consenso que repiten en todos los estadios del país. El Gobierno no está muy contento con todo lo que dicen del presidente en los partidos y la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) ha decidido actuar. El otro día metieron preso a un hincha que portaba un letrero alusivo a Evo Morales y de acuerdo a las últimas disposiciones, quedan prohibidas las manifestaciones políticas en los escenarios deportivos.


El juez séptimo de Instrucción en lo Penal, Arturo Vargas, ordenó la detención de Maximiliano Pérez (derecha), acusado de poner una pancarta 'Evo Terrorista', en el  estadio Tahuichi Aguilera el domingo pasado.

La procesión va por dentro


La agenda pública que impone el Gobierno del Estado Plurinacional  de Bolivia dista mucho de los verdaderos problemas que enfrenta el país y de las amenazas que se yerguen sobre los bolivianos en el corto plazo. El ímpetu con el que el régimen de Evo Morales ha encarado el tema marítimo, con la finalidad de exacerbar los ánimos de la población en contra de Chile y el recrudecimiento de la persecución política, que vuelve a incorporar el componente de las confrontaciones regionales alimentadas por el factor del racismo, no alcanzarán sin embargo, para disimular los nubarrones que se avecinan en el campo económico, un ámbito que definitivamente se le ha escapado de las manos a los conductores del proceso de cambio.

Las luces de alerta parpadean todos los días y cada vez con mayor intensidad y los responsables de la economía nacional apenas atinan al disimulo. El ministro de Economía, Luis Arce Catacora, acaba de inventarle nuevas ventajas a la inflación y según afirma, este fenómeno es generalizado en América Latina (¿mal de muchos...?), una falacia fácilmente demostrable. La mayoría de las economías tiene bajo control el incremento de los precios, con excepción precisamente de los países integrantes del ALBA, especialmente Venezuela y Bolivia, donde la inflación alimentaria ha sido del 5,9 por ciento el último trimestre, casi cuatro puntos por encima del promedio regional,  que manifiesta una tendencia a la baja. La falta de inversiones y la caída de la producción agropecuaria, que obliga a aumentar la importación de comida no ayudan a presagiar un cambio positivo y en todo caso, el nivel inflacionario en el rubro alimenticio podría superar este año el 18,5 por ciento del 2010.

La inflación alimentaria es la peor de todas porque afecta a los más pobres y lo que ocurre en el país, no sólo derriba el mito propalado por el ministro Arce de que Bolivia sufre los ataques de una supuesta “inflación importada”, sino que refleja también el hecho de que el proceso de cambio está acentuando la tendencia hacia el empobrecimiento de las franjas más desfavorecidas de la población.

Lo que sucede con la inflación, por culpa de las políticas erradas que han desincentivado la producción, tiene un correlato natural en el crecimiento y otra vez, el desempeño de Bolivia en este aspecto será inferior al promedio de la región, donde países como Brasil, Argentina, Paraguay y Perú, son los mejores exponentes de la recuperación económica luego de la crisis de 2008. La economía boliviana en cambio, manifiesta un rezago que comparte otra vez con los regímenes populistas de la ALBA, donde el empleo, las exportaciones y la actividad productiva en general siguen en picada.

Pero aquí viene lo peor. Según las tendencias mundiales, las materias primas de las que depende el 50 por ciento de la economía boliviana (gas y minería) y el 90 por ciento de los ingresos por exportaciones, podrían enfrentar un impacto de precios bajos, luego de un prolongado periodo de alzas constantes. El Fondo Monetario Internacional ha recomendado a los países de economía primaria (Bolivia no industrializa ni un solo gramo de mineral y ni una sola molécula de gas) prepararse para una época de vacas flacas, con el recorte del gasto público, el mantenimiento de una política monetaria restrictiva y el ahorro de los ingresos extraordinarios para el futuro. ¿Qué puede hacer un país que cada día depende más de las importaciones de comida, gasolina, gas licuado y diesel, porque cada vez produce menos?

martes, 17 de mayo de 2011

¿Cuál rebelión?


Casi el mismo día que se anunciaba el renacimiento de una rebelión en Santa Cruz, porque el Estado Plurinacional Hipercentralista (EPH) acentúa sus tentáculos colonialistas sobre la región, en la Asamblea Legislativa Departamental (ALD) surge la idea de negociar con el Gobierno de Evo Morales para reformar los estatutos autonómicos departamentales con el objetivo de incorporar la nueva etnia inventada “yuracaré-mojeña”, definida recientemente como el fruto de un matrimonio interétnico, una suerte de “entrevero” masivo que normalmente suele tener otro nombre, no muy elegante, por cierto. La idea ha sido propuesta por el presidente de la ALD, Alcides Villagómez, quien tiene orden de reclusión en la cárcel de Palmasola, por negarse a aceptar la patraña plurinacional, con la que pretenden obviamente, no sólo desestabilizar al gobierno departamental, sino también, destruir la democracia y romper el tejido social de Santa Cruz. De aceptarse la negociación, mañana mismo aparecerán los “quechua-guarayos”, los “chiquitano-aymara” y muchos otros matrimonios de conveniencia en esta suerte de orgía autoritaria que impulsa el MAS.  Si algunos sectores cruceños quieren prestarse a ese juego, nadie se mostrará sorprendido, no será la primera vez.

El "nerviosismo" de los chilenos


El vicepresidente García Linera dijo que los chilenos habían comenzado a ponerse nerviosos con la estrategia que lleva adelante el Gobierno boliviano para recuperar el mar. Dónde habrá notado ese nerviosismo, porque a juzgar por las últimas expresiones de algunos representantes del vecino país, en Santiago reina un ambiente de locuacidad, bromas y hasta de chacota, motivado precisamente por las ocurrencias surgidas de este lado de la cordillera.

Cómo la estarán pasando de lindo los chilenos con el anecdotario que le prodiga la diplomacia altoperuana, que el pasado viernes, el propio canciller Alfredo Moreno, invitó a su despacho al cónsul boliviano en Chile, Walker San Miguel, para enterarse de primera mano de las últimas novedades. El delegado acudió a la cancillería mapochina a despedirse de algunos funcionarios subalternos y ni bien se enteró el ministro de su presencia en edificio, rompió el protocolo habitual y lo mandó a llamar a su despacho, donde lo tuvo más de una hora, platicando en un ambiente distendido sobre la ofensiva desplegada por el presidente Morales después del 23 de marzo, día en que anunció que Bolivia recurrirá a tribunales internacionales para lograr un acceso soberano al mar.

Chile se burló de Bolivia ni bien se produjo el anuncio público del presidente Morales de la invitación al juez español Baltasar Garzón para que patrocine la demanda boliviana ante la Corte Internacional de La Haya. Cómo habrá sido la carcajada cuando se supo que el magistrado que acorraló al ex dictador chileno Augusto Pinochet, rechazó el ofrecimiento, hecho que puso en evidencia que lo de la "estrategia" es lisa y llanamente una chapucería improvisada que se confirma con otro anuncio oficialista referido a que la Cancillería seguirá buscando expertos internacionalistas extranjeros para que le ayuden a recuperar el mar. A este paso, es obvio que Bolivia seguirá cosechando burlas y rechazos o a lo mejor, la anuencia de algún abogado aventurero en busca de notoriedad y por supuesto, una abultada cantidad de dólares.

Chile no sólo se ríe de esta guerra mediática en la que se ha metido Bolivia y que trata de vender como “estrategia diplomática”, sino también de las absurdas medidas que adopta el Estado Plurinacional dentro del país, con actos carnavalescos, la declaratoria de una jornada de asueto y un decreto que obliga a los medios de comunicación a repetir canciones y consignas con el objetivo de indisponer a la población contra los chilenos.

En realidad, la culpa no la tienen los chilenos por burlarse de las ingeniosidades que les proporciona el Gobierno boliviano. En honor a la verdad, ellos siempre se han reído de nosotros, porque jamás ha existido seriedad en el país para abordar la cuestión marítima, reducida a un mero comodín de los gobiernos de turno para exacerbar el ánimo de la población en épocas de inestabilidad política.

La gran novedad es que, por primera vez después de la firma del Tratado de 1904 que marcó la renuncia voluntaria de Bolivia a las costas del Pacífico, Chile tendrá la posibilidad de cerrar definitivamente este conflicto. Recurrir a tribunales internacionales en un ambiente dominado por las chambonadas es, sin duda alguna, el camino más seguro para sepultar para siempre las aspiraciones marítimas de los bolivianos.

lunes, 16 de mayo de 2011

El olfato paraguayo


Hay algo que los paraguayos vienen oliendo desde hace mucho tiempo en Bolivia y que nosotros mismos no alcanzamos a percibir. En su reciente visita a Asunción, el presidente boliviano fue acosado por los periodistas locales con preguntas sobre el armamentismo en el que ha incurrido su Gobierno y Evo Morales atinó a contestar que las armas que ha comprado en los últimos años son para luchar contra los narcotraficantes. En Paraguay no se tragan ese cuento, porque de lo contrario, el narcotráfico no estuviera en su mayor auge en el país. Lo que sospechan, en cambio, es que el régimen boliviano viene preparándose de manera muy anticipada para cuando las cosas se pongan color hormiga. Lo mismo hace Hugo Chávez en Venezuela, quien trató de desatar una guerra contra Colombia, simplemente para que los venezolanos no noten el desastre que hace con esa nación. La estrategia es más vieja que la historia y recientemente ha sido usada por los militares argentinos con la Guerra de las Malvinas, por Fujimori contra Ecuador en la región fronteriza de Tiwinza y los paraguayos –que son los que más saben de guerras en el continente-, temen que Evo pueda lanzarse  una nueva aventura descabellada en el Chaco.

domingo, 15 de mayo de 2011

Cuestión de aterrizar


La ONU le ha pedido a Evo Morales que deje la farsa y que se dedique a trabajar por la protección de la tierra. Supuestamente el presidente Morales es el defensor número uno de la Pachamama, pero en su propio país y bajo su administración, se destruyen anualmente más de 300 mil hectáreas de bosques. "Hay que aterrizar", ha sido el mensaje de la representante de las Naciones Unidas en Bolivia, Yorico Yasukawa, luego de presentar el estudio "Tras las huellas del Cambio Climático en Bolivia", que muestra el escaso apoyo del régimen boliviano a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Evo Morales suele achacar al capitalismo de la destrucción del planeta y él supuestamente conduce un sistema socialista. Durante su Gobierno se han expandido muy poco las tierras para la ganadería, la agricultura extensivas. La producción de alimentos ha disminuido y lo mismo ha ocurrido con la industria forestal. El único cultivo que ha crecido en los últimos años ha sido el de la coca y cada día se denuncian numerosas invasiones a parques y reservas naturales, tomadas por militantes del MAS para chaquear y dedicarse al cultivo de la hoja sagrada.

Se degrada la vida en Bolivia


A la democracia que se practica hoy en Bolivia le han dicho "payasa" y al presidente Morales lo han acusado de tener la cabeza llena de boberías. El primero fue Mario Vargas Llosa y el segundo calificativo pertenece al intelectual cubano Carlos Alberto Montaner, quien afirmó hace unos meses que el Mandatario boliviano "odia la modernidad y que tal vez quiera regresar a los tiempos del trueque, a un pasado idílico en el que se revitalicen los valores precolombinos".

Qué podrían decir esos dos intelectuales sobre la degradación que está sufriendo la democracia en Bolivia, reducida a un burdo enfrentamiento de contenido racial, más o menos parecido al que llevó a los ruandeses a discutir sobre el ancho de la nariz de los hutus y los tutsis, aspecto fundamental que determinaba derechos y privilegios ciudadanos y que derivó en uno de los peores genocidios de la historia de la humanidad. A este paso, muy pronto la ciudadanía boliviana "plurinacional", tendrá que dilucidarse en laboratorios de bioquímica, mediante estudios de ADN que ayuden a establecer si tal o cual persona pertenece o no a una etnia o si se trata del exponente de una hibridación aceptada por la nomenclatura racial del régimen, como sucede con la polémica raza "yuracaré-mojeña". Será lo mismo que ocurre con la crianza de ganado y habrá entonces que apelar a las mismas prácticas; es decir, medir la circunferencia del escroto, la alzada, las dimensiones del cuadril, etc. No habría de qué extrañarse, la historia está llena de ejemplos como éstos y Ruanda está a la vuelta de la esquina.

El otro espejo en el que podría mirarse la regresión de la democracia boliviana está en Cuba, un país que convirtió a la persecución política en la principal actividad "revolucionaria" que le ha permitido al régimen sobrevivir durante más de medio siglo, pese a mantener a la población al borde de la inanición. El sistema encabezado por los hermanos Castro consagró cinco décadas a dictar miles de leyes y decretos destinados a criminalizar a la gente y cuando este estado de "hiperlegislación" se agotó por empacho, crearon la famosa figura penal llamada "pre-delictiva" que le permite a los jueces del partido, encarcelar a un individuo que es "potencialmente" peligroso para el esquema. Por cada cubano hay otro que se dedica a vigilarlo y obviamente a ese ritmo han convertido a la isla en un "Estado-cárcel", donde impera el miedo y la desconfianza.

El Gobierno de Evo Morales no sólo busca degradar la vida de los bolivianos, reducirlos a meras categorías raciales, inducirlos a enfrentamientos fratricidas y convertirlos en parias, sin derecho a opinar ni a disentir y por lo tanto, obligados a callar, huir del país o sufrir la cárcel. Su más reciente intensión es conducir a las urnas a la ciudadanía como si se tratara de una masa de borregos, sin posibilidades de elegir y, por lo tanto, sin la forma de ejercer el más elemental de sus derechos democráticos.

En el peor de sus momentos, el régimen del MAS activa sus métodos más inescrupulosos, pone en marcha todo su aparato represivo y se dispone a dar el paso más degradante que puede sufrir una democracia: la tiranía.

sábado, 14 de mayo de 2011

Acaso con canciones...


Los chilenos ya se dieron cuenta de que los desafíos del Gobierno boliviano en el tema marítimo no son más que paradas de gallo tuerto y acaban de ofrecerle la última oportunidad para retomar el diálogo. El canciller del país vecino, Alfredo Moreno, ha emplazado a Bolivia a definir de una vez qué estrategia va a adoptar para hacer valer su pretensión de contar con una salida al mar. El ultimátum se produjo después de que el célebre juez español Baltasar Garzón decidió rechazar la oferta pública que le hizo el presidente Morales, de hacerse cargo de la demanda que supuestamente planteará la diplomacia boliviana ante la Corte Internacional de La Haya. En otras, palabras, el régimen boliviano ya dio a saber ante el mundo que ni siquiera ha conseguido abogado para que lo patrocine y que su gran estrategia consiste en obligar a los medios de comunicación nacionales a repetir mensajitos, himnos y estribillos alusivos al mar. Harán falta muchas cancioncitas para que los bolivianos vuelvan a entusiasmarse por la demanda marítima, luego de casi cinco años de letargo masista en este tema. La gente no suele ser tan esquizofrénica como los gobernantes.

viernes, 13 de mayo de 2011

La educación y las dictaduras

El Gobierno quiere embromar a los maestros con la amenaza de declarar “profesión libre” a la docencia. Los dictadores siempre han tenido problemas con la educación y sus salidas han sido de lo más estrambóticas. Banzer rompió la huelga del magisterio en el año 1974 con la clausura anticipada del año escolar y en 1980, Luis García Meza emitió un decreto que eliminaba a los aplazados. Miles de “bachiburros” le deben su título al militar golpista. La propuesta del MAS podría resultar más interesante. Permitiría, por ejemplo, que el presidente Morales se convierta en maestro. Podría dar la materia de “educación sexual” y demostrar en aula cómo un hombre a punta de pollo se puede convertir en homosexual. A lo mejor serviría para dar “anatomía” y mostrar los diferentes usos de una rodilla. El vicepresidente estaría a cargo de las clases de “cívica y política” con su tema: “Cómo pasar del Socialismo del Siglo XXI, al capitalismo andino, pasando por el comunitarismo para caer en el neoliberalismo, vía gasolinazo”. También podría hablar de “Las nuevas alianzas entre la ultraderecha y el trotskismo”. El ministro de Finanzas, Luis Arce, podría ser profesor de “macroeconomía” y sus temas: “las mil y un ventajas de la inflación” y “100 recetas para ahorrar con el uso de la yuca”.

Vale todo


Ha proliferado en algunos países un tipo de lucha en el que es lícito el uso de casi cualquier tipo de golpe para derribar al rival. Patadas, codazos, rodillazos. Se llama “Vale todo”, pero aun así, esta grotesca arte marcial tiene sus reglas básicas. No se puede morder ni pinchar con los dedos los ojos del contendiente. El presidente Morales, que se jacta de ser un gran deportista, estaría en problemas ya que él no acepta ningún tipo de límites y así lo demostró a todo el mundo cuando le aplicó un tremendo rodillazo a un defensor en un partido de fútbol. El árbitro, que entendió muy bien el mensaje, expulsó al agredido en lugar de amonestar al jefe, quien reiteradamente afirma que para él no valen las leyes cuando están de por medio la política y las decisiones, que según él, le ayudan a “avanzar”.

 No se puede entender de otra forma al régimen del MAS, que pese a su probada inoperancia para atender los verdaderos problemas del país, continúa en su desquiciada carrera por acaparar el poder en todo el territorio nacional. La escandalosa manera con la que pretende convocar a elecciones de autoridades en el Órgano Judicial y el atropello que comete en la Asamblea Legislativa Departamental de Santa Cruz son los ejemplos más claros del cumplimiento del paradigma que domina al “proceso de cambio”.

El régimen vende como “revolucionario” un proceso electoral en el que la gente acudirá a las urnas a votar con los ojos vendados, por candidatos designados por el oficialismo y de acuerdo a reglas absurdas que violan el derecho a la información de la ciudadanía. Se trata de consolidar el más vergonzoso acto de “democracia borreguil” inventada por el Estado Plurinacional comparable a negras etapas de la historia en las que existía el “voto calificado” y la prohibición del sufragio a determinadas franjas de la sociedad.

El caso de la Asamblea Legislativa cruceña raya en lo oprobioso. Se trata del único ámbito departamental que le queda por tomar al oficialismo y que para conseguirlo, llegó al extremo de inventarse una nueva etnia en el país, una suerte tribu híbrida, denominada “yucacaré-mojeña”, sin lengua ni territorio y que gracias al contubernio del Poder Judicial, ha sido usada para desplazar a un genuino representante indígena que cometió el “delito” de ser opositor al MAS. Ahora resulta que la persona que dice ser de la etnia “yucararé-mojeña”, que según afirma el Gobierno, pertenece al departamento de Santa Cruz, ni siquiera es nacida en la jurisdicción cruceña y tampoco representa a una comunidad nativa de la región, tal como lo demuestran recientes documentos que prueban más bien, su origen cochabambino. Mientras tanto, las autoridades nacionales llevan adelante un agresivo plan de amedrentamiento que incluye el encarcelamiento del presidente de la Asamblea y la amenaza de otros 12 representantes. El gobernador Rubén Costas ha denunciado que el verdadero objetivo es derrocarlo como se hizo con su colega tarijeño Mario Cossío, refugiado en Paraguay.

La gran pregunta es si las circunstancias sociales y económicas del país llevarán en algún momento al Gobierno a aflojar el torniquete totalitario. En realidad no ha dejado de ajustarlo y tal vez aplique más fuerza a medida que el bosque de problemas se le vaya poniendo más denso. Los machetazos para abrirse camino serán más enérgicos e indiscriminados y la ciudadanía necesita saber si los líderes de una resistencia –que debería existir por supuesto-, están a la altura de esta lucha o, de lo contrario, seguirán escudándose en las poses y los discursos trillados.

jueves, 12 de mayo de 2011

Las manchas del tigre


Han comenzado a aparecer “felinos cautivos” en torno al accidente de la avioneta de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) en la que murieron cuatro expertos de la ONU en lucha antidrogas, nada menos que en la zona más conflictiva de Los Yungas, con fuerte presencia de narcotraficantes y cultivos ilegales de coca. El pasado 6 de mayo, el alcalde del municipio de La Asunta, Vidal Machicado, confirmó que los cuatro pasajeros de la aeronave y los dos tripulantes, dos militares, se encontraban ilesos, luego de producirse un aterrizaje forzoso en un campo deportivo del sector de Quinuni, en la comunidad Las Palmeras. El funcionario dio detalles que fueron recogidos por numerosos medios de comunicación y que luego dieron la vuelta al mundo a través de la cadena CNN. Al día siguiente, sin embargo, se supo que todos habían muerto y que el aparato en realidad se había estrellado sobre unos árboles.  Un medio informativo digital habla del tremendo ajetreo en el que está envueltos el Gobierno y los militares, pues se sospecha que no se trató de ningún accidente. Estando la ONU en el medio es obvio que será difícil ocultar cualquier hecho raro. Y en todo caso, se trata de una mancha más al tigre, bastante salpicado ya con el escándalo del general René Sanabria.

Bolivia importa...de todo


Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sobre la producción y las exportaciones explican por qué, el país sigue batiendo récords en importación de alimentos y los niveles inflacionarios son de los más altos de América del Sur, especialmente en el rubro alimenticio.

Entre enero y marzo, según el INE, la importación de alimentos superó los 143 millones de dólares, frente a los 85 millones del mismo periodo del 2010. El Estado adquirió en tres meses lo que suele comprar en todo un año. Este incremento es casi del 68 por ciento, mientras que las importaciones en general han crecido en más del 40 por ciento entre enero y abril. En el primer trimestre, las compras del exterior pasaron de los 1.168 millones de dólares a los 1.525 millones.

El reporte trimestral del INE pone énfasis en la fuerte caída que siguen experimentando las exportaciones no tradicionales, es decir, las relacionadas con la agropecuaria (principalmente soya y sus derivados), la agroindustria (azúcar), la actividad forestal, las manufacturas (textiles) y las artesanías (joyería). En los últimos meses no sólo ha caído el valor de las ventas de estos productos (74 millones de dólares), sino también, el volumen (183 mil toneladas) lo que representa una disminución de la producción y por ende, pérdida de empleos, ya que se trata del sector con mayor incidencia en la generación de puestos de trabajo.

La caída de la producción y las exportaciones se da justamente cuando las cotizaciones internacionales de las materias primas se encuentran en auge, aunque este fenómeno no es privativo de las ventas no tradicionales. La minería boliviana también ha experimentado una disminución de sus volúmenes, lo que termina de evidenciar la ausencia de políticas públicas orientadas hacia la productividad y en el caso de los alimentos, la puesta en marcha de medidas que han desincentivado las inversiones y consecuentemente han puesto al país al borde de una crisis alimentaria.

La soya fue precisamente uno de los productos más atacados por el Gobierno y eso explica que las ventas de este grano y sus derivados hayan descendido en un 33 por ciento, lo que representa 34 millones de dólares menos que el primer trimestre del año pasado y una caída en volumen de casi el 40 por ciento. Las ventas de girasol bajaron casi un 60 por ciento y los textiles un 14 por ciento. El mismo fenómeno se ha dado en el azúcar, el alcohol y sus derivados (-88% en volumen), café (-44%), frejol (-86%) y castaña (-12%).

Algunos rubros han registrado aumentos gracias al efecto precio, sin embargo, de persistir este deterioro de la producción, podría romperse el equilibrio. Como se mencionó, el empleo se ha ido deteriorando y Bolivia ha aumentado sus niveles de dependencia externa. Los ingresos del país se mantienen altos gracias a las cotizaciones  internacionales, especialmente de las exportaciones mineras y de los hidrocarburos. El régimen de Evo Morales ha profundizado el esquema extractivista, lo que hace extremadamente sensible a los vaivenes de la economía mundial. La dependencia de los recursos naturales no renovables es de alrededor del 90 por ciento y sin una estructura productiva propia, sin industrialización, con crecimientos tan bajos de la economía, sin generación de empleo y con ingresos que se gastan cada vez más en subsidiar combustibles y alimentos, es natural anticipar una fuerte crisis que ya comenzó a dar sus primeros  coletazos.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Las leyes enferman


Pese a que el Estado Plurinacional ha diseñado una Constitución y decenas de leyes que le permiten a los gobernantes hacer y deshacer a su antojo, el presidente Morales sigue insistiendo que el mejor camino para gobernar es lo ilegal. Recientemente volvió a insistir en su paradigma: “yo digo que hago ilegalmente las cosas y que el abogado legalice. Así se puede avanzar, si no, estamos sometidos a los técnicos y a los abogados y no hay resultados”. Es posible que el Primer Mandatario esté aquejado por una enfermedad denominada “hiperlegislación” que caracteriza a los regímenes autoritarios, donde “todo está prohibido o todo es obligatorio”. La abultada cantidad de legislación ha llevado, por ejemplo a Cuba, a convertirse en un “Estado-prisión”, donde las leyes se tornan invisibles y no existe el ejercicio de la justicia. Las normas se vuelven contradictorias unas con otras y al final termina imponiéndose el capricho de los gobernantes. El régimen llevó las cosas a un grado tan insólito que creó la figura jurídica denominada “peligrosas social pre-delictiva”, que le permite a los tribunales revolucionarios meter preso a un individuo que no ha cometido un delito, pero que, a “ojo de buen cubero”, podría cometerlo.

Adiós a una demócrata


Duele cuando muere una demócrata. Duele cuando  se va una incansable defensora de las libertades ciudadanas, que luchó por mantenerlas cuando acechaban en el país fuerzas que pretendían desterrarlas para siempre e instaurar una dictadura de largo aliento. Duele cuando los ideales de Lidia Gueiler Tejada están en riesgo otra vez. Duele que esta valiente mujer no haya podido ser testigo de la consolidación del estado de derecho en Bolivia y que precisamente hoy, esté en marcha un proceso político cuya finalidad es destruir la democracia y las leyes y someter a la población a un régimen autocrático.

Lidia Gueiler, la primera mujer que ocupó la presidencia de Bolivia, comenzó a luchar por la democracia desde la clandestinidad; fue detenida, exiliada y también sufrió los horrores del golpismo y el abuso de las dictaduras militares que interrumpieron tantas veces el lento y sacrificado trabajo de construcción del sistema democrático en Bolivia.

Semejante golpes no cambiaron las convicciones de Lidia Gueiler. Asumió el poder en uno de los momentos más delicados de la vida del país, cuando estaba por conseguirse finalmente el gran consenso nacional dirigido indeclinablemente hacia la democracia y que fue interrumpido torpemente por la peor calaña de sujetos vestidos de uniforme que hayan anidado en las Fuerzas Armadas y que condujeron al país por un sendero de muerte, represión, abusos y narcotráfico.

El mayor anhelo de Lidia Gueiler era precisamente convertirse en la gran bisagra de la historia contemporánea de Bolivia, aquella que hubiera permitido cerrar definitivamente las negras páginas de la dictadura y el autoritarismo e inaugurar un proceso irreversible de construcción de un modelo democrático de profunda raigambre social, pluralista, respetuoso de las leyes y concentrado en la solución de los problemas estructurales que lamentablemente hoy siguen aquejando al país. Esa frustración originada en el golpe de estado de 1979 la llevó hasta su muerte, pues en los últimos años de su vida no sólo fue testigo del rebrote de la inestabilidad política, sino también del fuerte retroceso que ha experimentado la democracia recientemente, por la irrupción de un movimiento que pretende involucionar hacia la dictadura.

Lidia Gueiler perteneció a una generación de políticos de fuertes convicciones, de gran vocación de servicio y un indeclinable espíritu conciliador. Eran líderes que no buscaban el enriquecimiento personal, que nunca aspiraron a perpetuarse en el poder y que pusieron por delante los intereses del país a las conveniencias de su grupo, sindicato o su partido. Las heridas “de guerra” nunca consiguieron torcer su fe en los métodos democráticos, en el diálogo y la búsqueda de unidad. El resentimiento jamás anidó en ella y sus heridas se convirtieron en cambio, en fortaleza para seguir luchando por la búsqueda de un país basado en consensos y no en imposiciones.

Desafortunadamente hoy se quiere negar que en Bolivia mucha gente luchó incansablemente por mantener la vigencia de la democracia; pretenden hacer creer que todos los políticos y líderes del pasado fueron malos y que todo lo que hicieron fue negativo. Afortunadamente las nuevas generaciones pueden contar con testimonios como el de Lidia Gueiler para inspirarse y persistir en su utopía.

martes, 10 de mayo de 2011

El espejo ecuatoriano

El régimen de Evo Morales debería mirar atentamente lo que acaba de ocurrir en Ecuador, donde el presidente Rafael Correa sometió a referéndum varias decisiones, entre ellas, una profunda reforma de la justicia y la limitación del trabajo de los medios de comunicación.

Pese a que el mandatario ecuatoriano salió eufórico a celebrar un triunfo basado en los primeros conteos, este lunes los últimos datos hablaban de un empate técnico, lo que obviamente, le resta legitimidad a los cambios constitucionales que impulsa el gobierno, que naturalmente esperaba una aplastante victoria, gracias a mismas mañas y trampas que pretenden aplicar en Bolivia en la elección de autoridades del Órgano Judicial. Las encuestas de los últimos meses reflejan altos niveles de rechazo hacia el Gobierno de Evo Morales y es posible que se mantengan hasta septiembre, el mes fijado para los nuevos comicios. El régimen del MAS se quiere pasar de vivo con un plan cuya finalidad es meterle los dedos a la boca a la ciudadanía a la que cree desproporcionadamente tonta e ignorante. Cuidado que esas mismas proporciones, pero a la inversa, se reflejen el día de la votación.

La gran ruptura


El divorcio de la COB y el Gobierno del MAS se está consolidando y tiende a ser irreconciliable. Las disputas van más allá de una pelea coyuntural por un aumento salarial y podría tratarse de la ruptura que va a marcar finalmente el verdadero rumbo del “proceso de cambio”, cuyas principales utopías han fracasado rotundamente, sobre todo, la construcción de un sistema socialista-comunitarista en el país, dirigido a un estado de bienestar social concebido como “vivir bien”.

Pese a que el Presidente accedió a la insistencia de los dirigentes de la COB de eliminar el decreto 21060, considerado como el sustento jurídico e ideológico de la vigencia del neoliberalismo en Bolivia, Evo Morales ha vuelto a calificar a la cúpula obrerista como instrumentos de la derecha y de los que defienden la economía de libre mercado en el país.

Con el gasolinazo, Evo Morales le quitó el velo ideológico a su régimen, movida que le salió muy mal porque no sólo perdió credibilidad, sino que también fue la causa de una gran ruptura con aquellos sectores de la sociedad que creían en el proyecto de crear un Estado socialista con una economía planificada, que se apodere de los medios de producción, consolide empresas estatales y por ende, construya un inmenso proletariado con la capacidad de gobernar indefinidamente y reproducir el poder.

Evo Morales no sólo ha destruido esa utopía de los trabajadores, sino que está decidido a aniquilar todo vestigio de formalidad en la economía boliviana y llevar al país a un estado de primitivismo, caos e ilegalidad, bajo el pretexto de la descolonización. Hace poco dijo que los sindicatos fueron un invento del “imperialismo” y desde las más altas esferas gubernamentales insistieron en descalificar al sector de los asalariados como “una minoría”. Después de la “eliminación” del decreto 21060, el Gobierno se ha encargado de aclarar que el libre mercado seguirá vigente para todas las actividades informales (el 70 por ciento de la economía), mientras que las únicas sujetas a control (restricciones y prohibiciones) serán las empresas que pagan impuestos y ocupan asalariados.  El ataque al empresario cementero Samuel Soria Medina tiene que ver con ese paradigma y obviamente, el nuevo auge de la invasión de tierras productivas y la toma de concesiones mineras, ha incrementado la inseguridad jurídica.

Desde el punto de vista político, el régimen ha reactivado sus mecanismos de persecución y de apropiación ilegal del poder, cuya finalidad es propagar el miedo y evitar que más sectores se sumen a las manifestaciones de descontento popular.

Para los que creían que el Gobierno se había debilitado, el sistema se encargará de dejar en claro que su esquema jurídico-militar represivo está intacto y para todos los que estaban convencidos que el MAS había perdido sustento ideológico, la respuesta es este encarrilamiento decidido y definitivo hacia un modelo en el que cada vez cobrarán mayor vigencia los ayllus que protegen al contrabando, los cocaleros que conviven con el narcotráfico y todos aquellos grupos que necesitan que Evo Morales les otorgue la protección necesaria para ejercer libremente sus actividades.

Ante el fracaso del Estado Plurinacional, se fortalece un Estado policiaco dirigido a cobijar a esa gran porción de bolivianos que vive de la ilegalidad. La sociedad boliviana, profundamente individualista, sabrá acomodarse a este nuevo proyecto. Es más, la inventiva de la gente es grande y seguramente florecerán nuevos y variados emprendimientos. En Somalia, por ejemplo, uno de los sectores más prósperos de la economía es el secuestro de barcos, que goza de la promoción y protección estatal.

lunes, 9 de mayo de 2011

Sabiduría indígena


La nueva Ley de Educación, “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”, obliga a las universidades y otras instituciones que realizan investigaciones científicas a incorporar  todos aquellos saberes de las comunidades indígenas. Sin embargo, muchos no están de acuerdo. Algunas agrupaciones de amautas se han quejado porque, según dicen, han estado proliferando muchos impostores que no sólo se inventan ritos y leyendas, sino que también se roban los conocimientos ancestrales, celosamente guardados por los ancianos y maestros durante siglos. Denuncian que han surgido muchos charlatanes que simplemente se disfrazan y comienzan a repetir tonterías, a las que hacen pasar por “sabiduría indígena”, sobre todo aymara. Recientemente han decidido ser más vigilantes de sus tradiciones y, más que todo, se han negado a transmitir de forma masiva sus conocimientos. Algunas universidades se han quedado con los crespos hechos, pues ya habían laboratorios listos para desarrollar la metodología que ayuda a identificar el sexo de las piedras. Otras querían patentar el método para leer las arrugas de los ancianos.

domingo, 8 de mayo de 2011

Error con error se paga


El Gobierno está decidido a morir cometiendo los mismos errores. El
Ministerio de Desarrollo Productivo acaba de fijar en 6 bolivianos el
precio del azúcar a partir del próximo 23 de mayo, confiando en que la
zafra cañera inundará de blanco el mercado y que los contrabandistas
se irán de vacaciones. Con su estilacho prepotente, la ministra Teresa
Morales, ha dicho que quienes compraron azúcar colombiana a mayor
precio y la están comercializando a diez y más el kilo, tendrán que
apurarse a salir de su mercadería si no quieren clavarse, porque de
aquí a unos días, volverán las brigadas plurinacionales a aplicar los
controles y las incautaciones. Insistimos, todo eso puede funcionar,
si el mercado así lo determina, de lo contrario, no habrá burro o
mamadera que alcance para llevar “azuquita pa’l café” a Perú o
Argentina, donde los precios son más altos. ¿No era mejor dejar el
precio como lo dejó el mercado? No vaya a ser que de aquí a unos
meses, el mismo Gobierno tenga que decidir un incremento del azúcar,
que seguramente arrastrará a otros productos. Si eso pasara (Dios no
lo quiera), ya no aparecerán voluntarios para importar azúcar de
ningún lado y será doña Teresa la que tenga que beberse el trago
amargo.