martes, 5 de junio de 2012
El papel de la OEA
Hay dos bandos totalmente opuestos que están de acuerdo en una sola
cosa: eliminar a la OEA porque supuestamente no sirve para nada. Desde
hace décadas se critica a la OEA porque ha sido tolerante con regímenes
políticos pintorescos, extremistas y otros demasiado estrafalarios,
tanto de izquierda como de derecha, que se han encargado de impedir el
avance de la democracia y los derechos humanos en el continente. La
última andanada de críticas hacia el organismo internacional tienen que
ver con la complacencia demostrada hacia los regímenes populistas
comandados por el venezolano Hugo Chávez y los miembros del ALBA, que
ahora andan muy descontentos con la OEA porque, al parecer, la
alcahuetería ha cesado. Históricamente, el más descontento con el
sistema interamericano ha sido Estados Unidos, el principal financiador
de la OEA. Nunca le ha gustado ver cómo el dinero de sus contribuyentes
sirve para auspiciar a países abiertamente antinorteamericanos. Estos
últimos, que han fracasado en su intento de crear entidades paralelas o
sustitutas de la OEA, ahora hablan de una refundación. Será la única vez
que todos se pongan de acuerdo.
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