martes, 12 de junio de 2012

Tarde los bomberos

Días después de que Brasil le concedió asilo político al senador opositor Róger Pinto, aparecieron los bomberos, pero demasiado tarde para apagar el incendio. La ministra de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Nardi Suxo decidió retirar dos de los 22 cargos que ha estado impulsando el Gobierno y sus operadores contra el legislador, que terminó acobardándose y exigiendo la protección de la Embajada de Brasil, donde se mantiene alojado porque el Gobierno se niega a entregarle un salvoconducto para que pudiera trasladarse a Brasilia. Las dos acusaciones retiradas por Suxo corresponden a denuncias por “desacato”, una figura jurídica propia de la Edad Media muy a tono con las salas de tortura y las fogatas donde se quemaban a las brujas. Precisamente, luego de semejante sacudón que empaña la imagen internacional del régimen gobernante, el oficialismo ha abierto la posibilidad de reformar el Código Penal para retirar el delito de “desacato”, tal como lo han hecho casi todos los países civilizados del mundo donde no existe persecución política. La propuesta llega cuando hay más de 600 exiliados y refugiados de Bolivia en el exterior y cientos de procesos judiciales contra líderes opositores por este “crimen” consistente muchas veces en exigirles cuentas a los gobernantes.

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