El gobernador de La Paz, César Cocarico,
ha sugerido mandar a colgar a todos los que se opongan al proceso de
cambio. Mucha soga va a tener que comprar el ocurrente líder
oficialista, luego de conocerse una encuesta que indica que más del 70
por ciento de los paceños ya no quieren más “cambios” porque “la mejoría
ha sido pa’ pior”. El comentario de Cocarico tiene sus orígenes en lo
ocurrido el 21 de julio de 1946, cuando una turba de exleales al
presidente Gualberto Villarroel lo colgaron de un farol que aún se
encuentra en la Plaza Murillo. En realidad nadie ha sugerido ni
amenazado hacer lo mismo con el actual presidente y las conjeturas son
producto de los propios temores del oficialismo, que últimamente anda
peleado con sus bases.
En lugar de lanzar semejantes
propuestas, el gobernador paceño debería pensar cómo recuperar el apoyo
que ha perdido su partido en el territorio que más lealtad ha estado
demostrando con el “proceso de cambio”. La otra alternativa es más
difícil pues tendría que buscar cómo prohibir la portación de sogas en
La Paz o de otra manera, derribar todos los faroles que haya en los
alrededores del Palacio de Gobierno.
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