martes, 26 de junio de 2012

La gran oportunidad

Ni siquiera en el gasolinazo se lo vio tan presionado al Gobierno. Es tal la fuerza que se le viene encima, que ni atendiendo todas las demandas de los policías amotinados –que sin duda alguna han exagerado-, las autoridades quedarán libres de la crisis social que parece haber comenzado. Si los uniformados lograran la atención de sus peticiones, hay varios sectores que se pondrán en la fila para conseguir su propia tajada, entre ellos los militares que no se quedarán tranquilos sabiendo que sus más acérrimos enemigos andan igual de  forrados” que ellos (“que estudian más”, según el Gobierno). Antes de repartir tanta sospecha de golpismo que no hace más que exacerbar los ánimos y enviar una serie de mensajes de provocación, los voceros gubernamentales deberían aprovechar para deshacerse de la presión. Solucionar el problema del Tipnis, por ejemplo, sería la mejor opción que se pudiera adoptar en estos momentos tan álgidos. La llegada de los marchistas a La Paz en estas circunstancias sería una bomba de tiempo y tanto los cocaleros, que son los más interesados en la carretera, como los indígenas que no tienen intenciones de tumbar a nadie, estarán de acuerdo en hacerle el gran favor al oficialismo. Es la gran oportunidad de ceder.

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