lunes, 24 de octubre de 2011

Diez minutos

Dos días después de la llegada de los indígenas del TIPNIS a La Paz y
68 días después de haber iniciado su octava marcha desde el Beni hacia
la sede de Gobierno, el presidente Evo Morales les concedió diez
minutos de su tiempo en la Plaza Murillo, donde miles de originarios
se mantenían en vigilia exigiendo la presencia del primer mandatario.
Después de la paliza que recibieron en Yucumo, después de los insultos
y las acusaciones, los nativos de las tierras bajas se mostraron
humildes con el jefazo. Se aglomeraron ante él, le tendieron la mano y
le ofrecieron muestras de afecto. Los indígenas han conseguido el
apoyo de todo un país. Han logrado que en Bolivia se establezca un
nuevo pacto que incluye a los habitantes de las zonas urbanas, de los
pueblos, las clases medias, los mestizos y los indígenas. El
presidente les concedió esos diez minutos a regañadientes, obligado
por las circunstancias, después de haberles reprochado su presencia en
La Paz, donde nadie puede hacer política más que él. Para la próxima,
tal vez no haya tantas oportunidades para Evo Morales.

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