La presencia de narcotraficantes colombianos en el parque
Isidoro-Sécure es una clara señal de que por detrás hay toda una
industria que viene operando hace mucho y que sólo espera la
consolidación de una carretera para su despliegue internacional,
gracias a una conexión con Beni y Pando, convertida en una plataforma
de exportación de droga a Brasil y Venezuela. Denuncias realizadas por
expertos en Cochabamba indican que, en realidad, el TIPNIS es un
territorio tomado por los cocaleros del Chapare, quienes han
sustituido a las comunidades indígenas por sindicatos, uno de los
cuales, curiosamente de llama “Nueva Orinoca”. Los productores de coca
han conseguido amedrentar a los pobladores originarios, les han
arrebatado sus tierras y los han condenado a emigrar en busca de
sustento, como les sucedió a los yuquis que merodean por todos lados
hambrientos y tuberculosos. El presidente Morales, que también es
líder de los cocaleros, ha prometido frenar la construcción de la
carretera Villa Tunari-San Ignacio, pero nadie asegura que esa acción
también implique el respeto del TIPNIS, condenado a ser la nueva zona
roja de Bolivia, con o sin carretera.
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