Desde que se produjo el juicio a Jesús, hace dos mil años, que no se
conocía algo tan absurdo como lo que está sucediendo con el
surrealista “caso terrorismo”, que el régimen del MAS no sabe cómo
resolver. El término “De Herodes a Pilatos” queda corto para describir
lo que ha ocurrido con una causa que debió ser radicada en Santa Cruz,
pero que el Gobierno, mediante un decreto, la trasladó a La Paz, donde
ya tenía instalado su bunker para-judicial compuesto por jueces y
fiscales dispuestos a todo. A través de maniobras muy extrañas el
juicio fue llevado posteriormente a Cochabamba, donde la audiencia
conclusiva ya lleva meses en proceso, porque en realidad no existe la
forma de demostrar la culpabilidad de los 39 acusados de intentar
supuestamente crear un grupo subversivo con fines separatistas.
Recientemente, el juez cochabambino Ricardo Maldonado ordenó que el
proceso sea llevado a Yacuiba (Tarija) simplemente para escuchar a la defensa de
cuatro acusados. Faltó poco para que este juicio sea declarado
“itinerante”, más o menos como son los circos que van de pueblo en
pueblo haciendo gala de sus payasadas y sus monerías. ¿O es que le
cabe otro nombre a este derroche de sandeces?
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