Después de varios días de andar buscando a los culpables de la intervención de la marcha indígena en Yucumo, el presidente va y se estrella contra los policías, tal vez el sector más duro de roer en el país. El lunes por la noche dijo en una entrevista de televisión, que sospecha que en la Policía hay gente que quiere hacerlo quedar mal a él y a su Gobierno y denunció que toda esa salvajada contra los indígenas del Tipnis fue parte la trama de algunos uniformados para desacreditarlo. El dice que no lo quieren y anuncia una investigación de los tristes sucesos del 25 de septiembre. En la institución del “orden” andan indignados por las declaraciones del jefazo. Uno de los dirigentes policiales ha dicho que es mejor no hurgar la lengua y denunció que en realidad aquel día los militares no quisieron acatar la orden de reprimir y que entre los apaleadores de indígenas había un grupo bien grande de colonizadores. Una de las evidencias –según dijo-, de la convocatoria a las Fuerzas Armadas, fue la presencia del avión que debía evacuar a los originarios desde Rurrenabaque.
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