El presidente Morales y el vicepresidente García Linera confirmaron la noche del lunes que ellos fueron quienes dieron la orden de apalear a los indígenas del Tipnis el 25 de septiembre en la localidad de Yucumo. No lo confesaron verbalmente, pero la actitud que demostraron ese día no dejó lugar a dudas. Justo un mes después de la salvaje represión policial, ambos mandatarios se colocaron frente a los líderes de la marcha y pudieron descargar el mismo odio y violencia que aquella vez mandaron a ejecutar a través de los uniformados, a los que han culpado de todo. Al momento de la aprobación de la ley que declara intangible al parque Isiboro Sécure, Morales y García Linera derrocharon su desprecio hacia la demanda indígena y no dejaron de reprocharles y acusarlos de todo lo que les dijeron en 66 días de caminata. No hay duda que los dos respiraron por la herida, demostraron una vez más que obedecer al pueblo es un trago amargo para ellos y obviamente, dejaron en claro que en cualquier momento volverán a la carga con otro “Yucumazo”.
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