domingo, 20 de noviembre de 2011

Apuntes de la estupidez

Llevamos 186 años tolerando autoridades ineficientes, corruptas, inmaduras y mezquinas. Pero es la primera vez que se observan rasgos tan marcados de estupidez en la administración pública. Lo peor de todo es que la estupidez puede matar. Lo estamos comprobando con el  problema de la inseguridad, en el que campean los gestos de torpeza extrema.

Hace unos días la Policía de Santa Cruz recibió asombrada del Ministerio de Gobierno un lote de motocicletas, automóviles y otros equipos en mal estado. Los agentes del orden tuvieron que llevar a jalones los vehículos y otro poco a empujones.

La inseguridad recrudece en la ciudad; asesinatos y asaltos por todos lados. La Policía se queja de falta de personal y de medios para trabajar en mejores condiciones. En la Gobernación de Santa Cruz hay 21 motocicletas y una gran cantidad de aparatos de comunicación que se están echando a perder. La Policía se niega a recibirlos como donación porque el Ministerio de Gobierno les ha prohibido realizar cualquier actividad con las autoridades locales.

Siempre que se producen desbordes en los índices de delincuencia, la Policía reclama el concurso de la Gobernación y la Alcaldía. En el primer caso, se puso en marcha un plan que incluía el monitoreo de puntos claves en la ciudad, pero hubo órdenes de arriba de impedir que se ponga en marcha.

El Municipio, en su afán de colaborar y paliar la falta de atención al problema, contrató cientos de gendarmes y los ha puesto a disposición de la vigilancia ciudadana. Hace unos meses, guardias municipales descubrieron a policías que extorsionaban a la gente en el mercado La Ramada. La respuesta fue una tremenda paliza, fiscal, cautelar y Palmasola por meterse en lo que no deben.

El Ministerio de Defensa nuevamente está anunciando la salida de cuadrillas de soldados a patrullar las calles. Es la enésima vez que se apela a la misma receta, consistente en poner a grupos de guardias en las esquinas a pedir permisos de conducir y obligar a los conductores a que hagan “el cuatro”. Mucho show, mucha tele, mucha plata, pero lamentablemente los delincuentes no suelen frecuentar los mismos sitios que los patrulleros y, tal como se observa últimamente, los atracos y los asesinatos se producen más bien de día y ante la vista de todos.

¿Cuántos planes de seguridad han sido lanzados desde que Santa Cruz se volvió una ciudad peligrosa? Es posible que estemos llegando al centenar, y el Gobierno del MAS seguramente está llevando la delantera, no solo en cantidad, sino en capacidad de montar espectáculos que no han conducido a nada. Cuántas cumbres, lanzamientos y relanzamientos. Una burla, una estupidez que la gente no debería tolerar con tanta mansedumbre.

Además, nadie quiere ver el origen del problema de la inseguridad. La droga, el narcotráfico, el incremento del consumo de sustancias alucinógenas. Más de la mitad de los crímenes que se cometen en Santa Cruz tienen como trasfondo estos problemas, que el Gobierno se niega a reconocer y menos a atacar.

Santa Cruz siempre fue una región olvidada del Estado Nacional. Ella misma tuvo que buscarse sus propias soluciones. Ese parece ser nuestro destino. En cuanto a la inseguridad, un problema que amenaza con  volver invisible a esta ciudad, sería estúpido no hacerlo.

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