jueves, 10 de noviembre de 2011

Me gusta

Todavía me topo con ilustres enemigos de las redes sociales. No creo
que hubieran aparecido tantos críticos cuando fueron inventadas las
autopistas, porque de eso se trata. Facebook, Twitter, Youtube y
otras, no son más que inmensas carreteras que te pueden llevar adónde
quieras y, como cualquier tipo de ruta, tienen sus riesgos. A menos
que prefieras no salir de tu casa por temor a que te atropellen. Te
informo que la mayoría de las personas del mundo mueren en sus camas y
no por eso uno deja de echarse una siestecita.

Yo uso mucho las redes sociales, pero no dejo que me usen, algo que
suena contradictorio porque ya sabemos qué hace el señor “Facebook”
con nuestra información. Pero al margen de eso, los beneficios que
obtengo son increíbles: en información, para estudiar, para investigar
y tantas otras cosas que me resultan edificantes. Claro que sí, para
“chusmear” también. Quién no.

Y dentro de todo, lo que más me gusta es precisamente ese letrerito
“Me gusta” que aparece debajo de cada elemento que uno cuelga. Jamás
me he topado con alguien que haga click en algo que sea desatinado,
incoherente, falto de estética o de cordura. En cambio, cada vez que
alguien cuelga algo insensato, le llueven los comentarios de
desaprobación.

Últimamente, tanto Facebook como Twitter, se han
convertido en los grandes foros en los que la gente se ha dicho “Me
gusta la democracia”, “No me gustan los tiranos”, “Estoy indignado con
los mafiosos que manejan la economía y la política de los países” y en
Bolivia, sin duda alguna, fueron las redes sociales las grandes
protagonistas de esa gran conciencia colectiva que manifestó su
rechazo a la patraña llamada elecciones judiciales.

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