En su enfermizo afán de adular a los militares para que no se achicopalen el día que llegue el próximo Gasolinazo, el presidente Morales acaba de lanzar una “evada” mayúscula que seguramente no será del agrado de los uniformados y menos de las mujeres. Durante un acto celebrado en la Academia de Historia Militar, dijo que el cuartel es el refugio perfecto para los jóvenes que huyen de su responsabilidad cuando han embarazado a una chica. “Ustedes saben, generales, almirantes, oficiales, cuando un jovenzuelo embaraza a su compañera, es preferible escapar al cuartel y cuando sale del cuartel, es intocable ese soldado. Eso pasa porque las Fuerzas Armadas es imagen de servicio a la patria”, afirmó el primer mandatario convencido de que estaba ensalzando hasta lo más alto la institucionalidad y el prestigio del Ejército. Todos sabemos que los cuarteles, aquí, allá y más allá, han sido siempre refugio de ciertas alimañas, pero hasta ahora nadie se había atrevido a poner ese fenómeno como una gran virtud y peor aún, como un gran modelo de servicio a la patria. Cuando se le acaben las embajadas para premiar a sus compañeros que dan el mal paso, el jefazo podría abrirles los cuarteles.
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