Qué calvario el que le ha tocado vivir al departamento de Santa Cruz con el Gobierno del MAS. Es como si todas las plagas juntas se hayan ensañado contra esta región, por obra y gracia de un “mesías” que parece decidido a echar todas sus maldiciones, rencores acumulados y resentimientos reales e imaginarios, precisamente contra la parte del país que más produce, la que más trabajo genera, la que más paga impuestos, la que le da de comer a la mayoría de los bolivianos y la que durante los últimos sesenta años ha servido de colchón para amortiguar todas las miserias ocasionadas por los regímenes andinocentristas como el actual.
Se han cumplido nueve días de un bloqueo criminal en Yapacaní, donde la politiquería masista que ha copado gran parte de los municipios de Bolivia, está ocasionando constante inestabilidad, producto de la angurria política, la avidez por las pegas y por la plata, que generan a su vez divisiones internas, violencia, y lo que es peor, el bloqueo de una ruta que paraliza al departamento, frena las exportaciones y provoca pérdidas por un millón de dólares diarios. A ellos qué les puede importar el sufrimiento de la gente y de los actores económicos, grandes y pequeños. Son herederos del legado que les ha dejado Evo Morales quien se jacta de ser un especialista en el tema y que seguramente tiene el récord en la interrupción del tránsito en la carretera que une a Santa Cruz con el occidente y que sin duda alguna es la columna vertebral del territorio nacional.
Dos días de apagones. Qué tragedia. Inédita en la historia contemporánea de Santa Cruz. Es insólito en que una ciudad de más de un millón y medio de habitantes, con miles de industrias, establecimientos productivos, talleres y un sinfín de unidades económicas, se quede sin electricidad por tanto tiempo, sin mencionar que desde hace cuatro meses los apagones se han vuelto cotidianos, gracias a la ineptitud de quienes nacionalizaron las generadoras eléctricas para empeorar las cosas. Más del 30 por ciento de la población sin el servicio. 100 mil conexiones interrumpidas por siete horas continuas. Una situación que sólo se ha dado en la Venezuela de Hugo Chávez, donde en años no han podido solucionar este problema. Habrá que prepararse entonces.
El sector agropecuario cruceño. El mayor patrimonio productivo nacional. El que debería ser el niño mimado de cualquier régimen que pretenda conducir adecuadamente el destino del país. Siguen las prohibiciones. A la gente del Gobierno no le da la gana de abrir las exportaciones, como lo recomiendan todos los organismos que están preocupados por la seguridad alimentaria en el país. O no se dan cuenta o simplemente tienen un afán destructivo, como lo prueba la excesiva tolerancia de las autoridades con los avasallamientos de tierras, los mismos que son promovidos por agentes políticos afines al oficialismo.
Es que no hay por dónde Santa Cruz pueda levantar cabeza con este Gobierno, ni siquiera para producir y aportar al país como lo ha hecho siempre. La inseguridad, el narcotráfico, las plantaciones de coca que avanzan peligrosamente en la región, la invasión de los parques y reservas forestales, la inseguridad jurídica, la persecución política y la constante reducción de los recursos regionales. Qué manera de aguantar. Qué paciencia la que tenemos todos.
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