“Evadas”, del periodista Alfredo Rodríguez es con seguridad, el libro
más sencillo, breve y liviano que se haya escrito en Bolivia, pero
con la mayor repercusión mundial jamás lograda por ninguna otra obra
literaria boliviana. Evadas llegó a la CNN, a El País de Madrid, a
todos los diarios europeos, a radios internacionales y televisoras
desde Brasil y Nueva York hasta la China. Las “evadas” son un gran
fenómeno comercial. El rodillazo del presidente Morales dio la vuelta
al mundo en unos pocos segundos y cuando habló de los pollos, los
calvos y los homosexuales, medio mundo se tiró a reír durante varias
semanas. A la ministra de Cultura, Elisabeth Salguero, se la ocurrido
que ya basta de “evadas” y no tuvo mejor idea que sacar como perro
sarnoso a Alfredo Rodríguez del stand boliviano de la feria del libro
de Santiago de Chile. El problema es que ese gesto desde ya se
convirtió en una nueva evada y está dando qué hablar en los medios y
sobre todo en las redes sociales. Detener las evadas es como querer
tapar el sol con un dedo. Si hasta la ex secretaria de Estado de
Estados Unidos, Condoleezza Rice se contagió con el fenómeno e incluyó
un par de “evaditas” en su libro autobiográfico.
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