Ha pasado más de un año desde que el líder cubano Fidel Castro afirmó públicamente que el modelo socialista ya no les sirve ni a ellos mismos. Nadie puede decir que los cambios ocurren vertiginosamente en la isla caribeña, pero no hay duda que ya nadie aspira a profundizar y menos volver al viejo esquema, como están tratando de hacer en Bolivia, por ejemplo, donde ayer nomás el presidente Morales reiteró que el país se inclinará por un modelo comunitario. En Cuba está comenzando a surgir el mercado. La gente ya puede comprar y vender inmuebles, son permitidos muchos negocios y recientemente, el régimen castrista ha autorizado a los agricultores a vender sus cosechas al mejor postor. Eso será de un gran estímulo para los productores, que en 50 años de revolución vieron cómo los campos se convertían en barbechos llenos de hierba mala. Vanos han sido los esfuerzos por obligar a los cubanos a cambiar de mentalidad y abandonar la idea del Estado protector. Tuvieron que meterle la idea de la competencia y el mercado para que las cosas cambien. Mientras tanto, en Bolivia se imponen los cupos y las prohibiciones. Si de copiar se trata, por qué no inclinarse por lo que funciona y conviene.
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